Brad Stevens, presidente de operaciones de baloncesto de los Boston Celtics, ha declarado que espera a Kristaps Porzingis desde el primer día del training camp, a pesar de la fascitis plantar que sufre en el pie derecho que lo obligó a perderse el Mundial 2023 con Letonia.
La organización anunció el pasado 16 de agosto que su rehabilitación necesitaría de cuatro a seis semanas. La apertura de los campos de entrenamiento está pautada para el 3 de octubre, de modo que estaría disponible desde el inicio.
El interno fue traspasado a Boston desde los Washington Wizards en uno de los cambios más importantes de la última agencia libre. Las expectativas con él son muy altas, aunque su historial de lesiones genera dudas. Pero en esta ocasión, Stevens llama a la calma. «No estoy preocupado por eso. Está haciendo su rehabilitación (con la selección letona en el Mundial). Nuestro personal de entrenamiento estuvo con él en los 10 días cuando se le diagnosticó la fascitis plantar. Intentó jugar, pero decidió que no quería tener que lidiar con efectos persistentes en el futuro», afirmó al medio WEEI.
«Esto es algo que debemos ser capaces de navegar y gestionar en las próximas semanas para que llegue al training camp. Planeamos contar con él desde el primer día. Tenía muchas ganas de estar con su país, así que le rompió el corazón no hacerlo. Pero eliminó la posibilidad de que le quedaran secuelas al abordar la lesión ahora. No debería ser un gran problema», insistió el otrora coach de los Celtics durante ocho temporadas.
Porzingis viene de tener su mejor temporada en puntos (23,2), asistencias (2,7) y tiros de campo (49 por ciento). También la segunda más destacada en tiros triples con 39 por ciento de efectividad en 66 partidos. «Cuando hablas de traer a alguien que es solo centro, es difícil que juegue con Robert Williams, ¿verdad? Pero con las habilidades de Kristaps y Al (Horford) puedes combinar un poco y jugar grande. Creo que eso es algo que no pudimos hacer el año pasado porque muchos de nuestros mejores jugadores eran guards y por eso terminábamos jugando pequeño. Hay que poder hacer las dos cosas», analizó el dirigente de 46 años de edad.
(Fotografía de portada: Kathryn Riley/Getty Images)