Datos en la NBA hay incontables para hablar de todos los jugadores que la componen, y más en concreto de las estrellas de la misma. Sin embargo, queremos aprovechar la suspensión de la NBA para indagar en aspectos de estos grandes jugadores que nos acerquen a un lado más personal y curioso de los mismos que quizás desconocías. Hoy llega el momento de ocuparse de un jugador ya retirado que se convirtió en un icono para muchos desde su aterrizaje en la NBA: Allen Iverson. Su pasado, su pasión por el baloncesto y su legado contado en 10 pinceladas.
Infancia complicada. Hablar de Iverson sin referirse a su infancia es dejar todo lo demás fuera de contexto. Nacido y criado en Hampton (Virginia) la que sería estrella de la NBA creció en una familia desestructurada en la que su madre lo tuvo a los 15 años y su padre se desentendió desde el primer momento. En un barrio conflictivo, los robos, las peleas, las drogas… Todo ello era el día a día de un Iverson que tuvo que presenciar asesinatos e incluso como alguno de sus amigos eran tiroteados. Dada la adicción de su progenitora, un jovencísimo Iverson debió hacerse cargo incluso de su hermana pequeña sin llegar saber dónde dormirían o si podrían comer, llegando a pedir ayuda a amigos y familiares. En relación a esto, su entrenador del instituto, Mike Bailey, cuenta lo siguiente. «A veces Iverson no sabía ni dónde o cuándo sería su siguiente comida. Ni siquiera podía ducharse porque les cortaban el agua».
Sentenciado a cárcel e indultado. Si hubo un momento que marcó la vida de Iverson ese fue el 14 de febrero de 1993. Aquel día acudió a una bolera con sus amigos. Allí se inició una discusión con un grupo de chicos blancos que terminó en una gran pelea que se saldó con cuatro detenidos, todos de ellos negros. Iverson fue acusado, y pese a no tener antecedentes, se le juzgó junto a los demás como adultos. En un juicio que terminó siendo mediático, Iverson acabó siendo condenado a quince años de prisión. Su carrera parecía acabarse justo cuando ya era una estrella de instituto. Sin embargo, el apoyo de la comunidad negra, la falta de pruebas y el sesgo racista del caso, llevó a que el gobernador revisara el juicio hasta que todo se saldó con el indulto de Iverson, quien pasaría cuatro meses en la cárcel.
Jordan, su motivación. No es porque acabe de emitirse ‘The Last Dance’, pero si hay un jugador que inspiró a Allen Iverson a llegar a ser el jugador que fue ese es Michael Jordan. Como ejemplo de ello tenemos una conversación que el propio Iverson contó. Corría el año 1992 cuando Iverson estaba comiendo con sus compañeros de equipo en una hamburguesería cuando de pronto dijo: «Creo que podría ganar a Michael en un uno contra uno». Todos pensaron que hablaba de Michael Evans, uno de los componentes del equipo, y le dijeron que todos sabían que podía ganarle. «No, no. Apuesto a que podría ganar a Michael Jordan», sentenció ante la sorpresa de todos.
Causa del código de vestimenta. Iverson llegó a la NBA en 1996 y lo hizo con un estilo propio que podríamos catalogar como ‘hiphopero’. Cadenas, ropa ancha, gorras, bandanas, joyas… La cultura hip-hop se fusionó con la NBA hasta el punto de que la NBA decidió que debía ponerle freno. Así, en 2005 el comisionado de la Liga, David Stern, implementó un código de vestimenta prohibiendo justo la manera que Iverson y otros jugadores vestían. Iverson criticó duramente tal medida señalando que esta «no cambiará el carácter de una persona independientemente de la ropa que usase. Asociar la vestimenta hip-hop con violencia, drogas y malas conductas es de racistas».
Documentales. Todos conocemos la figura de Allen Iverson, pero no por ello deberíamos dejar pasar la oportunidad de conocerlo más a fondo; algo que podemos hacer a través de algunos documentales que se han centrado en su persona. Así, de 2014 tenemos ‘Iverson’, un trabajo de Zatella Beatty en el que se repasa la inestable vida e infancia de este chico de Virgina para llegar a convertirse en una estrella de la NBA. También es interesante ‘No Crossover’, un documental de Steve James en el que se trata el juicio y condena de Iverson por el altercado que se vivió el 14 de febrero de 1993.
Arruinado. Pese a tener una enorme carrera en la que ganó más de 150 millones de dólares con sus contratos de baloncesto —llegó a estar alguna temporada entre los 10 jugadores mejor pagados de la NBA—, Iverson se retiraría prácticamente en la ruina. Sin rodearse de las personas más adecuadas quizás, fue dilapidando su fortuna con noches como la que vivió en un casino de Atlantic City en la que gastaría un millón de dólares. Sus problemas financieros llegaron a tal punto como para perder su mansión de Alpharetta (Georgia) al no pagar la hipoteca, así como otra propiedad tasada en 3,8 millones de dólares que adquirió durante su etapa en Denver Nuggets.
The Answer. En la NBA los apodos y motes están a la hora del día. Cada jugador, y sobre todo las estrellas, son conocidos con diferentes sobrenombres que les otorgan aún más singularidad respecto a los demás. Iverson también cumple esa premisa, pero en su caso ocurre algo distinto, y es que su principal apodo, The Answer, llegó de motu propio. Aunque hay quien apunta a que se le conoció así por ser la respuesta a todo para los Sixers, la realidad es que Iverson ya tenía tatuado The Answer sobre un bulldog antes de llegar a la Liga. La explicación es que para Iverson el baloncesto era ‘su respuesta’ en la vida a a vez que un modo de dar ‘respuesta’ a un problemático pasado.
Rapeando. En el año 2000 Allen Iverson –Jewelz como nombre artístico– se lanzaría al mundo del rap grabando un álbum titulado ’40 Bars’. Con todo listo para su lanzamiento, las críticas por sus polémicas letras, a las cuales se sumaron activistas y el propio comisionado de la NBA David Stern por incluir partes ofensivas para los homosexuales, acabaron por hacer que Iverson decidiera no publicar el trabajo. Se rumoreó con que cambiaría las letras para darle salida, pero finalmente no ocurrió.
El pasado, siempre presente. Allen Iverson es uno de esos jugadores que llegaron a la NBA fuertemente marcados por todas las vivencias de una infancia y adolescencia realmente complicadas. Para él la vida era un ejercicio de superación, y como tal optó por tatuarse la frase ‘solo los más fuertes sobreviven’. Con ella quería recordarse cada día de dónde venía y cuán importante era el seguir luchando y trabajando para conseguir lo que se propusiese. Las Finales de 2001, las únicas de Philadelphia en más de 40 años, son su legado.
Su jugada favorita. Como estrella de la NBA que ha sido, y más por su estilo de juego, los highlights se han acumulado durante su carrera. Sin embargo, a la hora de elegir su mejor acción no duda. En su año de novato, exactamente el 12 de marzo de 1997, Iverson se enfrentó a los Chicago Bulls de Michael Jordan. En ese encuentro, y en un uno contra uno con el ’23’, realizó un crossover con el que dribló a la leyenda de Illinois antes de anotar en suspensión. En una entrevista realizada bastantes años después Iverson admitiría que es la jugada que más disfrutó de su extensa carrera.
Campeón en baloncesto y fútbol americano. Allen Iverson era por encima de todo un atleta, un chico cuya condición física le permitía realizar actividades deportivas a nivel de élite. Muestra de ello es que en su segundo año en el instituto de Bethel (Virginia) sería campeón estatal de Virgina tanto con el equipo de baloncesto como con el de fútbol americano, en el cual jugó tanto de quaterback y running back entre otras posiciones. Tal fue su rendimiento en ambos equipos que Associated Press le recompensó nombrándolo el mejor jugador de instituto de ambas disciplinas. Años después Larry Brown aseguraría que nunca había visto a alguien tan competitivo como él. Razón no le faltaba.
¿Lo sabías todo? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido? En las próximas fechas seguiremos con estas entregas personalizadas en algunos de los jugadores de la NBA para conocerlos más allá del enorme talento que muestran sobre las pistas. Historias y características que hacen de ellos personajes aún más únicos.
(Fotografía de Jed Jacobsohn/Allsport)