El drama entre James Harden y los Philaldephia 76ers tiene de cabeza a los aficionados de la franquicia, no tanto por el problema en sí como por lo que puede llegar a generar. Muchos temen que esta situación desestabilice el equipo tanto a nivel deportivo como de química de vestuario y agote más rápidamente la paciencia de Joel Embiid, pudiendo propiciar que acabe pidiendo el traspaso, pero parece que la cosa no está evolucionando en esta dirección.
Según afirma Ramona Shelburne, periodista de ESPN, el pívot camerunés ha asegurado a la franquicia encontrarse cómodo con la forma en que se está gestionando la situación, generando una mayor tranquilidad con respecto a lo que pueda ocurrir. Pese a que su objetivo siempre ha sido ganar a Philadelphia, a pocos meses de cumplir los 30 años es inevitable preguntarse cuántos intentos más está dispuesto a realizar en un equipo con el que no ha llegado siquiera a disputar las Finales de Conferencia, e incluso en algunas declaraciones ya ha dejado entrever la posibilidad de salir para mejorar sus opciones. Pero por ahora, en Pensilvania respiran con alivio.
Un aspecto que hace a este caso particularmente interesante es que, a diferencia de lo que ocurrió con Ben Simmons, la plantilla de los 76ers sigue manteniendo una buena relación con Harden. El propio Embiid invitó al escolta a su boda en el mes de julio, y Tyrese Maxey ha seguido en contacto con él y se mostró bastante comprensivo con su postura en unas declaraciones al respecto. Por tanto, parece que aceptarán el devenir de la situación ocurra lo que ocurra y que, lejos de lo esperable, esta podría no desgastar tanto la relación con la organización.
Con todo, el verdadero problema de Philadelphia podría tener que ver con cómo llenar el hueco dejado por Harden. Porque si la plantilla pierde nivel y las opciones de anillo se reducen… Embiid podría no ver eso con tan buenos ojos.
(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)