Mucho se ha comentado del amor de Damian Lillard a Portland. Hasta hace no mucho, escuchar al base hablar de su deseo de pasar toda su carrera en los Trail Blazers era algo habitual. Sin embargo, esa llama se ha ido apagando para llegar al punto actual: petición de traspaso y tensa esperar para dejar la franquicia.
Ante tal nuevo escenario se podría pensar que el All-Star se habría desentendido por completo de la dinámica del equipo mientras aguarda para conocer su futuro. No sería extraño que ocurriese así. Con su etapa en la organización de Oregon finiquitada y pensando en cómo acabará esta historia, nadie le echaría en cara que marcase distancias; la cuestión es que Lillard no es así.
Según informa Bill Oram de The Oregonian, Lillard no ha abandonado el barco sin más. Sabiendo que su figura ha sido esencial en Portland y su comunidad durante una década, no ha abandonado a la gente ni a sus compañeros; tanto es así que ha seguido ayudando a la ciudadanía y, lo que más puede sorprender, se ha ocupado personalmente de Scoot Henderson.
El número 3 del draft, quien está llamado a ser el nuevo referente del equipo, ha afirmado al citado periodista que ha estado comunicándose con Lillard para charlar sobre varios asuntos que en algunos casos van más allá del ámbito deportivo, ya que incluso le ha dado consejos sobre cómo vivir en Portland. El hecho de que el veterano jugador esté en la rampa de salida no cree que deba ser impedimento para perderse lo que sin duda es una valiosa formación.
«Estoy aquí para trabajar. Estoy aquí para venir y ganar algunos partidos. Nunca me he centrado en ninguna otra situación», comenta antes de señalar que Lillard es para él un referente tanto dentro como fuera de la pista, ya que ha visto el comportamiento de su aún compañero con la comunidad.
«Definitivamente puedo aprender de eso y de ver cómo se esfuerza por hacer ciertas cosas para los aficionados de aquí. Eso es algo que he visto y oído. Así es como también soy yo como persona», sentencia.
La realidad es que sus compañeros siguen con él. Quizás la relación con la oficial principal esté rota –por llamarlo de alguna manera–, pero los lazos que ha ‘trazado’ en el vestuario siguen ahí; tanto es así que jugadores como Anfernee Simons no han dudado en mostrarle todo su apoyo públicamente; y no pensando únicamente en que se quede, sino en simplemente que haga lo mejor para él.
Definitivamente Lillard no ha dado la espalda a los suyos. Son 10 años siendo el alma de un equipo que llevó hasta las finales de la Conferencia Oeste en 2019. Es obvio que le hubiese gustado hacer más, conseguir más… pero en cualquier caso sigue siendo la franquicia de su vida. Ha pedido el traspaso y va a irse, pero no va a borrarse del mapa. El Dame Time seguirá vigente y comprometido hasta que coja la maleta y el billete para no mirar atrás.
(Fotografía de Steph Chambers/Getty Images)