A río revuelto, ganancia de pescadores. Justo eso están pensando en las oficinas de los Clippers viendo a James Harden revolverse contra Philadelphia y, de paso, amenazando con hacer la vida muy incómoda al que aún es su equipo. Según informa Law Murray de The Athletic, la organización californiana está contenta con el desarrollo de los acontecimientos, ya que creen que en estos momentos solo necesitan sentarse a esperar y ver cómo se desarrolla la situación entre La Barba y los 76ers.
Aunque los primeros intentos para cerrar su traspaso no han fructificado, algo que confirmaron los angelinos al dar por finalizadas las negociaciones, en los Clippers creen que es cuestión de tiempo que desde Pensilvania aprieten el gatillo, por lo que tienen decidido quedarse con los contratos necesarios para cerrar un trato por Harden.
Con dos meses hasta el inicio del curso, la paciencia en California ha crecido al mismo nivel que la tensión en Pensilvania. Tras ver a Harden señalar a Daryl Morey como mentiroso, en los Sixers prefirieron mantener un perfil bajo y deslizar que el plan seguía siendo contar con él en el training camp; sin embargo, La Barba parece decidido no acudir a tal reclamo aunque ello le termine perjudicando.
Si bien en los Clippers no tienen prisa, tampoco pretenden que esto se alargue eternamente. En el que puede ser el último intento de anillo con Kawhi Leonard y Paul George, los californianos llegarán a un punto en el que mover esos contratos que quieren enviar a Philadelphia por Harden será una necesidad, ya que podría ayudarles a conseguir otras piezas de cara a ser más competitivos. Por ahora toca esperar acontecimientos.
(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)