El exjugador estuvo a punto de abandonar su equipo de siempre en dos ocasiones; en una de ellas anduvo cerca de los Clippers
Son hechos conocidos pero tampoco se han descrito demasiado en los últimos tiempos. Durante un par de momentos comprendidos entre el año 2004 y el 2007, Kobe Bryant deseó de manera vehemente salir de Los Angeles Lakers.
La primera de las veces, su erosionado matrimonio con Shaquille O’Neal había terminado por quemar su situación hasta el exceso. Habían perdido las Finales de aquel año ante Detroit y la relación de ambos no podía continuar dentro del mismo vestuario; eso parecía claro. Kobe Bryant llegó a convencerse de que era él quien tenía que salir del equipo, sensación motivada además por que la oronda silueta de Shaq empobrecía su papel dentro de las conquistas (del 2000 al 2002) en los Lakers. «Yo pensaba, cuando me retire, no quiero que la gente diga que gané solo porque estaba con Shaq», admitía Bryant muchos años después, en una conversación cara a cara, entre amigos, con O’Neal grabada en un especial de NBA TV.
El caso es que Kobe había llegado a la conclusión de que quería labrarse su propio camino y ese no ocurriría dentro de los Lakers. Mucho menos junto al gigante que tenía por compañero y ‘ladrón’ de protagonismo.
En aquella ocasión Bryant llegó a pensar que sería traspasado a Chicago, destino que le convencía sobremanera. Y él y su mujer llegaron a convencerse de que ocurriría. «Estuvimos hasta mirando casas en Chicago, mirando colegios, lugares para vivir», admitía Kobe.
El escolta ya había hablado con directivos de los Lakers y había hecho saber su posición. Quería marcharse y no había vuelta atrás. Sin embargo, la voluntad de Shaq de ser traspasado sorprendió a todo el mundo pocos días después. Los Lakers eligieron quedarse con Kobe como piedra angular de su futuro traspasando al, más entrado en años, O’Neal a los Miami Heat. La (primera) crisis se hubo resuelto y Bryant encontró el espacio suficiente que tanto demandaba dentro de su equipo de toda la vida.
Tres años después
Existió una segunda ocasión, hacia el año 2007, en la que Kobe Bryant sopesó muy mucho salir de los Lakers, tal como el propio exjugador admitió años después. También en esta llegó a convencerse de su partida.
Habían pasado tres años desde la marcha de Shaq y en ellos la sequía de conquistas era evidente: ni siquiera hicieron playoffs en la temporada 2004-05 y en las dos siguientes no pasaron de primera ronda. Kobe ya tenía su lugar como emperador supremo en Los Angeles pero le fallaba el ecosistema. No contaba con un equipo suficientemente competitivo como para asaltar el título actuando él como líder y MVP.
La espera en busca de un nuevo equipo ganador se le hizo eterna, no confiaba de hecho en que los directivos angelinos pudieran volver a reunir un grupo campeón (cosa que sí hicieron después). Tanto se consumió la paciencia del jugador que, de nuevo, manifestó su voluntad de salir del equipo. Deseaba un equipo ganador y tenía la sensación de que allí no podrían proporcionárselo. Él estaba convencido de seguir expandiendo su legado no solo con ejercicios promediando 30 puntos (35,4 y 31,6 en esos años).
De nuevo, Bryant se había obsesionado con que si había de salir. Sería con rumbo a Chicago, donde había jugado su ídolo y obsesión eterna, Michael Jordan. «Chicago era mi primera opción», pudo admitir Bryant en declaraciones recogidas por Grantland Basketball Hour.
Los Bulls
Lo había vuelto a preparar todo para marcharse. Otra vez. Los Lakers negociaron con los Bulls pero no se llegó a ningún acuerdo. El diario Los Angeles Times apuntó en su momento que Luol Deng era otra clave de aquella operación que no llegó a personificarse. Sin trato con Chicago, los Lakers también estuvieron cerca de montar un traspaso por Kobe con los Pistons. Jugadores ilustres como Richard Hamilton y Tayshaun Prince habrían estado en el ajo además de rondas del draft por parte de de la entidad de Michigan. Sin embargo Bryant no deseó en ningún momento acabar en Detroit y por ello las conversaciones se enfriaron.
Los Lakers consiguieron retener a Bryant a falta de un traspaso-destino que le convenciese y entonces, en febrero del año 2008, la franquicia angelina adquirió a Pau Gasol de los Memphis Grizzlies, sembrando el éxito posterior con el que Kobe conseguiría dos anillos y tres Finales más en su dorado palmarés.
El padre West
Bryant pasó en los Lakers toda su carrera, 20 años exactos, de 1996 a 2016, y en ellos coincidió casi siempre con Jerry West, antes directivo principal de la organización y más tarde asesor de otras franquicias (ahora Clippers).
En un muy emotivo especial sobre Kobe Bryant emitido el pasado martes en la cadena TNT, junto a otros ilustres como Shaq, Dwyane Wade o Derek Fisher, West, roto de dolor en sus palabras, reveló uno de los episodios en los que el escolta quiso abandonar los Lakers.
Además, West hizo también hincapié en la idea de que él fue todo un mentor, como un padre, para el Kobe Bryant más joven, el más impetuoso y visceral. El tono y emoción de sus palabras sobrecogen al segundo de audición.
«Recuerdo cuando quería irse de los Lakers… Nunca le había contado esto a nadie. Él venía hablando sobre los Clippers, con quienes yo hoy trabajo con consultor especial. Y yo le dije ‘Kobe, bajo ninguna circunstancia puedes hacer eso’. Él estaba enfadado con todo el mundo en los Lakers. Con el dueño, con todo el mundo. Pero yo le dije, ‘no puedes jugar para los Clippers, no puedes jugar para ese propietario (el caído en desgracia, Donald Sterling)’. Punto. Tuvimos dos conversaciones sobre aquello. Él había establecido un supuesto compromiso con los Clippers después de la última ocasión en la que hablamos. Pero en muchas cosas de las que hablábamos él estaba como reuniendo información cuando hablaba. Honestamente yo sentía como si fuera su padre durante dos años. No sé si puedo soportar esto, no lo sé…», concluía West, abrasado por el dolor tras la pérdida de Bryant.
Leyenda, mito y héroe de muchos. Hasta de quienes, como Jerry West, fueron su mentor durante sus años más revolucionarios en la NBA.
(Fotografía de portada: Lisa Blumenfeld/Getty Images)