El ’23’ protagonizó uno de los discursos más emotivos de la ceremonia, donde dio a conocer la enorme amistad que le unía a la leyenda ‘laker’
Su alteza real (His Royal Airness) volvió a pisar una cancha este lunes. Después de encadenar todos los títulos habidos y por haber durante su etapa como jugador, Michael Jordan volvió a recordar el oficio de cuajar una actuación memorable, de diez, en el homenaje a la figura de Kobe Bryant y su hija Gianna, ambos fallecidos hace unas semanas.
Altamente emocionado y bañado en lágrimas desde el minuto cero de su aparición, Jordan no solo asistió a la cita sino que también fue maestro de ceremonias mediante un emotivo discurso. En él, MJ reveló la enorme amistad, complicidad y anécdotas que le unieron a Kobe. No es solo que hubieran compartido cancha durante unos pocos años o que el Bryant más joven quisiera imitar cada uno de sus movimientos; también ambos desarrollaron una relación especial, muy estrecha.
«Tal vez la gente se sorprenda al saber que éramos buenos amigos, pero éramos muy buenos amigos. No solo era un gran amigo, era como un hermano pequeño para mí. Todo el mundo quiso hablar siempre de las comparaciones entre él y yo. Pero yo solo quise hablar sobre él. Todos tenemos hermanos o hermanas pequeños que, por unas razones u otras, siempre quieren llevar tus mismas cosas. Ropa, zapatos, todo. Eso es como un sinsentido, pero se convierte en amor con el paso del tiempo. Solo por la admiración que existe. Quieren saber cada detalle de la vida que van a vivir… Él (Kobe) solía escribirme a todas horas, a las once, dos, tres de la mañana. Hablando que si de movimientos al poste, de trabajo de pies y algunas veces sobre el Triángulo. Primero, todo aquello eso era un marrón. Pero se volvió una pasión. Ese chico tenía una pasión que nunca imaginaríais», comenzaba el emocionado Jordan, que subrayó varias veces la pasión con la que Kobe se empleaba en cada capítulo de su existencia. «En el baloncesto, en la vida o como padre, Kobe no se dejó nada en el depósito. Gastó absolutamente todo».
«Lo que Kobe era para mí era la inspiración de alguien al que realmente importaba la manera en que jugaba y la manera en la que él quería jugar. Él quería ser lo mejor que pudiera. Y desde que le conocí siempre quise ser el mejor hermano mayor que pudiera», continuaba Jordan. «Él trataba de ser mejor persona y mejor jugador cuando hablaba conmigo. Hablábamos de negocios, de familia, hablábamos de todo. Él quería ser mejor persona…».
El famoso meme llorando
Michael Jordan hasta tuvo tiempo de hacer referencia al archi-conocido meme de sí mismo envuelto en lágrimas que cada dos por tres inunda Internet. MJ bromeó con que la gente que hacía uso de ese tipo de recursos se estaría relamiendo viendo lo emocionado que conducía su discurso en homenaje a Kobe.
«Y ahora yo tendré que ver otro meme llorando los próximos años. Eso es lo que Kobe me ha hecho», decía Jordan, arrancando la ovación cerrada y carcajadas de todo el público congregado.
Jordan se mostró tan emocionado como sincero, elocuente y acertado; alternando la versión más cruda de su alma con momentos en clave de comedia.
«Hace un par de meses me mandó un mensaje diciendo que estaba intentando enseñar a su hija algunos movimientos de juego. Me preguntó que cómo lo veía y eso. ‘Como lo harías, mientras estás creciendo para trabajar en tus movimientos’. Le dije que de qué años estábamos hablando. Y me dijo que 12. Yo le dije que a los 12 estaba intentando jugar a baseball (risa del público). Y eso era a las dos de la mañana. Podíamos hablar de asuntos relacionados con el baloncesto pero también de la vida. Nos habíamos hecho tan amigos que podíamos tener ese tipo de conversaciones», confesaba Jordan, entre un nuevo arranque de risas del público.
«Él sabía llegar a ti de una manera que te llegaba muy personalmente, aunque hubiera sido un grano en el culo. Pero siempre tenías amor para él porque sacaba lo mejor de ti». La admiración, respeto y lealtad que se profesaban Kobe y Jordan eran muy, muy intensos.
Kobe inspiró a Jordan
Durante su discurso, Jordan rescató también un pasaje de una de las primeras veces en la que coincidió con Kobe. Nada más conocer en persona a quien era su ídolo y producto de obsesión más intensa, Bryant le dijo: «Pero ¿te has traído las zapatillas? ‘No, no estaba pensando en jugar», respondió Jordan. «Su actitud era la de competir contra alguien que él pensaba que podía mejorar su juego. Eso me encantaba del chico. Le admiraba por su pasión. Alguien que intentaba progresar cada día. No solo como jugador, sino como persona y como padre. A mí me inspiró lo que él hizo con Vanessa y sus hijas.
Jordan también alabó la faceta de jubilado de Kobe Bryant. Siempre con curiosidad, energía y constancia inagotables para abordar y tener éxito en cualquier materia. «Cuando se retiró, mostró un lado creativo que yo no pensé que ninguno de nosotros tendría. Estaba muy contento con el retiro, encontró nuevas pasiones. Era un padre y un marido increíble, que se dedicaba por completo a su familia. Cuando Kobe murió, una parte de mí también lo hizo».
Muchos años después de sus últimas fechorías contra Utah o del regreso en la capital, el mejor Michael Jordan ha vuelto a hacer acto de presencia. En la cancha. Durante el homenaje póstumo a uno de los mejores colegas que le dio la profesión de ser el mejor de todos los tiempos. Un bravísimo muy elevado por él.
(Fotografía de portada: Kevork Djansezian/Getty Images)