Brandon Ingram ha apostado fuerte. Tras firmar su actual contrato en verano de 2020, en el presente verano ya es elegible para un extensión de veterano; sin embargo, el alero All-Star ha echado el freno a tal posibilidad aplazando el acuerdo de un nuevo contrato para 2024; tal y como informa Christian Clark de NOLA.com.
Sin duda se trata de un movimiento con cierto riesgo. Si Ingram sufriese una lesión de importancia –esperemos que no sea así– quizás el salarial máximo que lo pondrían ahora sobre la mesa ya no sería tal. En cuanto a los posibles beneficios de esperar, el más claro es que dentro de un año podrá firmar por una cantidad de dinero mayor a la del presente.
En cualquier caso, esta decisión de postergar su renovación no atiende a dudas sobre seguir o no en New Orleans, sino a un simple deseo económico; tanto es así que el citado periodista incide en que la organización de Luisina no siente nerviosismo alguno ante la espera, ya que saben de primera mano que el jugador quiere continuar con ellos.
En cuanto a la diferencia entre firmar ahora o en 2024, la realidad es que es sustancial. En estos momentos estaríamos hablando de un acuerdo por tres años y unos 161 millones de dólares que empezaría a contar a partir de la finalización del acuerdo ya existente; es decir, desde 2025. Sin embargo, dentro de un año podría irse hasta los cuatro años y 221 millones de dólares. Por supuesto que estamos hablando sobre el supuesto de que New Orleans estuviese dispuesto a ponerle el máximo sobre la mesa.
Lo cierto es que el que fuese número 2 del draft de 2016 ha mostrado un muy buen baloncesto desde que llegó al equipo en 2019. En el último curso ha promediado 24,7 puntos, 5,8 asistencias y 5,5 rebotes en 34,2 minutos por partido (45 partidos). Aún está por ver qué puede conseguir junto a Zion Williamson en una temporada en la que los dos estén sanos de principio a fin.
(Fotografía de Yong Teck Lim/Getty Images)