Situémonos. Junio de 1988. Forum de Inglewood. Ramón Trecet se encontraba en Los Ángeles como enviado especial por Televisión Española y en su máximo esplendor en su labor de comentarista NBA nos hacia vivir los partidos con pasión.
Las Finales de la NBA entre Los Angeles Lakers y Detroit Pistons estaban 3-2 con ventaja para Detroit después de una disputada eliminatoria. La serie había llegado 1-1 al Pontiac Silverdome y allí los Pistons no pudieron ganar los tres encuentros, por lo que tuvieron que volver a California. Recordemos que por aquel entonces y durante varios años más, ningún equipo había conseguido ganar los tres partidos consecutivos que se jugaban en casa de la franquicia con peor record de las Finales (formato 2-3-2).
La lesión de Isiah
La gran historia de aquel día fue la lesión que Isiah Thomas se produjo en este encuentro. Llamaba la atención por partida doble; por el dolor que Isiah mostraba cuando se lesionó y por la injusticia que suponía para los Pistons que la estrella de su equipo se lesionase cuando quedaban 16 minutos para acabar un partido que podía proporcionar el primer anillo de campeón la franquicia y un mas que probable MVP de las Finales a Thomas.
Pero fue precisamente a partir de ese percance físico cuando Isiah Thomas realizó una de las mas grandiosas actuaciones de un jugador en un partido de baloncesto. En un contrataque pisó el pie de Michael Cooper y se realizó un esguince severo. El Forum enmudeció mientras comprobaba como Thomas se retorcía por el dolor y se le llevaban en volandas al banquillo.
Sólo 35 segundos después volvía al encuentro jugando cojo los últimos 16 minutos para conseguir 25 puntos en el tercer cuarto (record Finales NBA) y 43 en total a los que añadió 8 asistencias, 6 robos y la entrada en la leyenda más absoluta, ya que aparte de todo lo comentado, James Worthy le arañó la cara y le metió el dedo en un ojo. Casi nada, Isiah Thomas.
Lo que tenían los Lakers
Por parte de los Lakers destacaron Magic Johnson, quien realizó un gran partido anotando 22 puntos y repartiendo 19 asistencias, James Worthy con sus contrataques finalizados como un rayo y el acierto en los tiros libres por parte de Kareem Abdul-Jabbar. Precisamente fueron los últimos tiros libres del legendario pívot los que pusieron por delante definitvamente a L.A. con 14 segundos por jugar. Es curioso que durante toda la serie Jabbar promediara un 60% desde la línea y en este encuentro convirtió 8 de 8 incluyendo esos dos fundamentales.
Los Lakers perdían 99-102 quedando un minuto y en el vestuario de los Pistons todo se preparaba para celebrar el título. Incluso en el banquillo durante un tiempo muerto alguien dijo «un minuto y todo será historia». Pero nada mas lejos de la realidad, los Pistons no volvieron a anotar. Quedando 8 segundos y con 103-102 en el marcador, Joe Dumars falló una entrada a canasta. Hubo falta en la siguiente jugada (con bronca incluida) y Byron Scott falló los 2 tiros libres, pero en los 5 segundos que restaban los Pistons no tenían tiempos libres disponibles para preparar una jugada y no les dió tiempo a lanzar a canasta de nuevo ante la invasión de pista por parte del público.
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Los ‘Bad Boys’
Aparte de Thomas en los Pistons de esa época siempre destacaba el grupo. Nadie anotaba mas de 20 puntos por partido, pero muchos colaboraban cada noche como Bill Laimbeer, Joe Dumars, Mark Aguirre, John Salley, Dennis Rodman… Por aquel entonces Rodman ya se estaba convirtiendo en una gran fuerza defensiva y reboteadora y en los minutos finales de este encuentro lo volvió a demostrar.