Phoenix Suns y Sacramento Kings son dos de las franquicias que muchos analistas y seguidores de la NBA han incluido en sus respectivas listas de equipos a seguir este curso. Las razones son variadas: la juventud de sus plantillas, un prometedor núcleo de jugadores, un estilo de juego rápido y atractivo para el aficionado,…
Y, esta madrugada, hemos podido ver a ambos proyectos en acción, frente a frente, en un partido con dos caras muy diferenciadas. La primera, una batalla de tú a tú. La segunda, un monólogo que ha concluido con una abultada victoria (124-95) a favor de los intereses de los de Arizona. Un triunfo en el que Ricky Rubio ha comenzado a ejercer el papel de líder de la joven camada a las órdenes de Monty Williams.
El base español fue el nexo de unión entre el ataque y la defensa, aportando un doble-doble de once puntos y once asistencias, además de sumar seis rebotes y cuatro robos. En su papel de organizador y director de orquesta, sus pases hallaron multitud de aliados durante todo el encuentro, siendo Kelly Oubre Jr., DeAndre Ayton y Devin Booker los más beneficiados. Una circulación de balón que se extrapoló a todo el equipo y que quedó patente en la gran diferencia en el número de asistencias de uno y otro equipo (31-17).
Porque los Kings no solo estuvieron desacertados en ataque -firmaron un 39.7% en tiros de campo-, sino que cometieron 26 pérdidas de balón -el mayor registro de una franquicia desde 2010- y fueron un auténtico coladero defensivo en la zona, donde permitieron 68 puntos. Tan solo Buddy Hield, con 28 puntos y un 52% de acierto, pudo salvarse de la quema.
En este cerrojo defensivo impuesto por los de Monty Williams, la figura de Ricky volvió a ser fundamental. D’Aaron Fox y Cory Joseph eran incapaces de romper la primera línea defensiva, mientras Kelly Oubre Jr. y Mikal Bridges conseguían neutralizar la anotación exterior más allá de Hield. En base a este planteamiento, los Suns se quitaron los complejos y fueron creciendo paulatinamente hasta destrozar al rival en una segunda mitad de ensueño (70-36) en la que rozaron la perfección.
Superado este primer escollo, a los de Phoenix les espera un calendario muy poco halagüeño: en apenas cinco días tendrán que medirse a Nuggets, Clippers, Jazz y Warriors.
Enorme revés para Sacramento
Aunque esto no haya hecho más que comenzar y se trate de un solo partido, los chicos de Luke Walton han recibido una dolorosa paliza que pocos podían esperar. Los Kings fueron el curso pasado novenos en la Conferencia Oeste y para este año el planteamiento es asaltar los playoffs. Como decimos, una derrota no será determinante, pero que llegue contra uno de los peores conjuntos de la campaña pasada (Phoenix logró solo 19 victorias) y que además se dé por 29 puntos de diferencia, no vaticina nada bueno. Tienen mucho trabajo por delante en la capital de California.
(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)