Los Jazz presentan sus credenciales ante Milwaukee

El Vivint Smart Home Arena pudo disfrutar de uno de los mejores partidos de la temporada hasta el momento. Un apoteósico duelo entre dos de los equipos llamados a copar la zona alta de sus respectivas conferencias. Dos estilos muy diferenciados que midieron sus fortalezas en dos mitades contrapuestas que convergieron en un vibrante final de partido. Bojan Bogdanovic –máximo anotador del encuentro con 33 puntos– fue el gran héroe local y verdugo de los Bucks con un triple sobre la bocina (103-100) en un partido con decenas de matices y detalles a valorar.

No es casualidad que los mejores momentos de los Jazz este curso hayan coincidido con la mejor versión de Mike Conley, la cual comienza a relucir. Como tampoco lo es que la segunda unidad mantenga el nivel de la primera, liderada por un Joe Ingles que representa fidedigna y minuciosamente el sistema de Quin Snyder. Nadie entiende mejor el baloncesto en Utah que el australiano. Una simbiosis forjada en una ambición defensiva sin límites que se tradujo en un dominio incuestionable durante la primera mitad.

Defensa. La clave para desquiciar a Antetokounmpo en un primer cuarto en el que se fue al banquillo tras apenas cuatro minutos con su casillero particular en cero puntos. Así, la única alternativa de los Bucks se centró en un lanzamiento exterior especialmente errático que, por el contrario, cimentó las primeras ventajas locales de la mano de Bogdanovic y Conley.

La maquinaria colectiva de los Jazz rozaba la perfección e incluso menos habituales como Tony Bradley y Georges Niang se atrevían a dejar su sello y ayudar a ampliar una ventaja que alcanzó los veinte puntos al descanso. Antetokounmpo –0 de 7 en tiros de campo tras los primeros dos cuartos– seguía sin hacer acto de presencia y tan solo Middleton se atrevía a plantar cara tímidamente mientras las pérdidas incrementaban las arcas peligrosamente.

El paso por los vestuarios marcó el renacer de los Bucks y la irrupción de un partido completamente distinto al vivido hasta el momento. Una salida en tromba significó un parcial de 16-3 en menos de cuatro minutos que recortaban las distancias y metían el miedo en el cuerpo. Ahora sí, los de Budenholzer encontraban la forma de hacer daño a través de Middleton y Bledsoe, mientras equiparaban fuerzas bajo los tableros y el MVP de 2019 comenzaba a resurgir.

Unos minutos de crisis en los que los Jazz apelaron a Bogdanovic para mantener su ventaja en el marcador y aguantar las embestidas rivales. También apareció Mitchell –inédito en la primera mitad, más centrado en labores de dirección ante la ausencia de recambios para Conley por lesión– , pero sus 19 puntos finales se vieron ensombrecidos por ocho pérdidas, dos de ellas en momentos clave que bien pudieron costar el partido a su equipo.

Poco a poco, con Giannis completamente entonado y recuperadas sus plenas facultades catalizadoras del juego, los Bucks lograron superar la resistencia rival para ponerse por delante por primera vez a menos de seis minutos para el final.

Ante la inminente amenaza de echar por tierra todo el trabajo realizado en la primera mitad, los Jazz subieron una nueva marcha en defensa, provocando varias malas decisiones en ataque de los Bucks. Un triple de O’Neale revertía la situación y un rebote ofensivo de Rudy Gobert culminaba en una gran canasta de Donovan que abría una renta de ocho puntos a minuto y medio para el final que parecía sentenciar el partido. La expulsión de Antetokounmpo por faltas –acabó el encuentro con 30 puntos, 13 rebotes y 4 asistencias– era celebrada por el banquillo local pero los Bucks no habían dicho todavía su última palabra.

Dos penetraciones sin apenas oposición de Bledsoe y Sterling Brown recortaban las diferencias y varios errores en ataque de los Jazz en los que Mitchell perdió dos balones vitales permitieron a Middleton empatar el encuentro desde la línea de personal.

El propio Middleton tuvo en sus manos la victoria de su equipo. Con dos segundos por disputarse, el escolta recibió en una esquina pero no pudo evitar cometer pasos ante la rápida intimidación de Rudy Gobert. Después de una revisión por vídeo se dictaminó que todavía restaba poco más de un segundo por jugarse, con posesión para los Jazz. Esta vez, Bogdanovic no falló desde la esquina y anotó un triple sobre la bocina con el que certificó la victoria de los de Salt Lake City y puso la guinda perfecta a un final de partido de infarto.

Con este triunfo, los Jazz mantienen inexpugnable su feudo –cinco victorias en cinco partidos– y se asientan en la cuarta posición de la Conferencia Oeste, el mismo puesto al que quedan relegados los Bucks en el Este tras sufrir la tercera derrota del curso.

(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)


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