Carmelo Anthony ha llegado a un acuerdo con los Hawks para rescindir el contrato que tenía con la franquicia de Gegorgia y por valor de 27,9 millones de dólares. Anthony llegó a los Hawks desde los Thunder hace apenas dos semanas, traspasado a cambio de Dennis Schroder, en una operación que también implicó a más jugadores y donde estuvieron involucrados los 76ers.
Atlanta en ningún momento mostró otra intención que la de deshacerse de Anthony, presto el anotador a firmar por los Rockets. Los plazos, las negociaciones y el papeleo propio de este tipo de traspasos han dilatado el despido de Carmelo algunos días. Ahora se ha hecho efectivo vía buy out, según apunta Adrian Wojnarowski, para ESPN.
Perdona 2,4 millones de dólares
Como en todo buy out que se precie, el jugador debe dejar algo del dinero de su contrato en la franquicia que lo despide. Anthony ha perdonado, según informa Woj, un total de 2,4 millones de dólares de esos 27,9 millones que tenía firmados para la 2018-19. Eso será lo que se ahorre Atlanta de nómina a abonar a Anthony y ese ahorro también aparecerá reflejado en su libro de salarios, que aumenta el espacio en 2,4 millones.
Firma por Houston
Precisamente, esa cantidad que deja Anthony en Atlanta la recuperará por otro lado. Casi desde el momento en que fue traspasado de OKC a los Hawks, se supo que Melo iba a firmar por los Rockets. Y así va a ser, por el mínimo de veterano, que para un jugador con 10 o más cursos de experiencia en la NBA es de 2,4 millones de dólares de cara a la campaña que llega. Cuentas cuadradas.
Ahora, Atlanta ha emplazado a Anthony a los waivers y cuando pase el plazo de 48 horas estimado, el jugador será libre completamente para unir su destino al de los Rockets. Carmelo, de 34 años, jugará para su cuarta franquicia en la NBA, tras los Nuggets, los Knicks y los Thunder.
En Houston, Carmelo se encontará con un conjunto aspirante a poder plantar cara a los mejores de la NBA, liderado por James Harden y Chris Paul, y deberá acoplarse debidamente si quiere hacer mejor al cuadro texano —la pasada semana ya nos preguntamos si son mejores los Rockets desde su llegada—.