A todas luces ha quedado claro que la temporada 2017-18 se ha hecho muy pesada y larga para los Warriors. Y eso que ha sido la campaña NBA que antes ha terminado desde 1986.
Precisamente ese anticipo de fechas en lo que viene siendo habitual a la hora de terminar el curso pudo ser uno de los elementos a los que se agarró Steve Kerr para motivar a sus jugadores antes de enfrentarse a Cleveland en el cuarto partido de las Finales 2018. Si fue así, funcionó, porque los Warriors no tuvieron piedad de su rival y cerraron la eliminatoria por la vía rápida. 4-0.
“Han ocurrido tantas cosas detrás de las cámaras que la gente alucinaría si se supieran”, dijo David West al periodista de ESPN Marc Spears minutos después de concluir la serie ante los Cavaliers. “Estamos tan unidos que la gente no sabe por lo que hemos pasado. Han tratado de averiguarlo. No tenemos topos en este equipo”, reveló el veterano ala-pívot según Marcus Thompson de The Athletic.
West, un jugador de 38 años que ha visto de todo en la NBA y que probablemente sepa que su etapa en los Warriors ha terminado, fue el primero en revelar los problemas internos de una plantilla que se ha enfrentado a diferentes enemigos como hastío, complacencia, desmotivación y lesiones.
“Gracias a Steve Kerr por soportar todas nuestras mierdas este año”, añadió otro veterano, Shaun Livingston.
¿Qué ocurrió exactamente en Oakland este curso? Los que no formamos parte de la franquicia lo sabremos o no en el futuro, pero viendo los balances de las temporadas regulares anteriores —ganaron 12 partidos menos que los 70 de media de las campañas 2015-16 y 2016-17— no hacía falta conocer las declaraciones de West y Livingston para intuir que algo sucedió durante esta temporada en ese vestuario.
Lo veían venir desde dentro
Desde luego la directiva no está por la labor de repetir experiencia el año que viene. Ya sabían que esta temporada podía ser dura mentalmente y no quieren que se repitan los problemas de este año, lo cual acarreará, inevitablemente, cambios en la plantilla. No en cuanto al núcleo central de jugadores que han obtenido su segundo anillo consecutivo, pero sí en los secundarios.
“Steve vio venir esto desde el principio”, comentó el general manager Bob Myers a The Athletic hace pocos días. “Lo sabía por su experiencia con los Bulls y Spurs, los equipos campeones en los que ha estado. Dijo ‘este año estoy preocupado. Estoy preocupado por su concentración’. Y en realidad estaba en lo cierto”.
“Estoy preocupado también”, dijo Myers sobre el próximo curso. “No he hablado con él aún. Honestamente nunca sabes qué va pasar. Pero la esperanza que tenemos es que este año fuese el más duro. Pero cada año es diferente, nunca se sabe”.
Juventud en camino para los Warriors
David West, Zaza Pachulia, Nick Young… Todos ellos cuentan con pocas opciones de continuar en La Bahía un año más. Se necesita sangre nueva para tratar de mitigar la carga de trabajo física y mental de los All-Stars que tantos años llevan al frente del equipo. Durant llegó más tarde, pero lleva en primera línea de fuego una década.
Hay muchas esperanzas en el Draft 2018, evento en el que los Warriors poseen la elección número 28 de primera ronda con la que tratarán de conseguir un alero atlético con capacidad de anotación que pueda luchar por entrar en la rotación desde el primer momento. Además de Curry, Durant, Green, Thompson, Iguodala —The Hamptons Five— y Livingston, se espera que también sigan Quinn Cook, Jordan Bell y Damian Jones. Hay esperanzas de que al menos uno de entre Kevin Looney y Patrick McCaw igualmente permanezca si la economía lo permite.
Habrá que completar varios puestos más en la plantilla con la elección propia del Draft, la posibilidad de comprar otra ronda, ver si interesa que retorne JaVale McGee y usar excepciones salariales para encontrar jugadores que aporten mucho más de lo que han hecho este año Young o Casspi.
Lo importante para los Warriors es que hay determinación a rejuvenecer una plantilla que este año ha tirado ciertos partidos de Temporada Regular con la confianza de poder cambiar a modo playoffs en primavera. De hecho se perdieron 10 de los últimos 17 encuentros de la regular season cuando la crudeza de las lesiones apretaba y en las eliminatorias solo Houston ha sido un rival a su altura.
Con esos precedentes los dirigentes de los Warriors saben que en los jugadores puede haber aún más complacencia que en el pasado por lo tediosa que les resulta una regular season que para ellos no deja de ser un largo periodo de seis meses en el que apenas encuentran motivación. Se necesita una segunda unidad diferente porque no siempre basta con apretar un botón para ser el mejor equipo.
“No ha sido perfecto este año”, terminó Myers. “Y la NBA no deja de venir a por ti, no van a parar ahora”. El rival a batir busca savia nueva.