¿Cuál es el límite de un entrenador a la hora de tratar a sus jugadores? ¿Cuál es el de los medios de comunicación cuando se habla de los protagonistas deportivos? ¿Cuál el de los aficionados opinando?
A través de un reportaje de Bleacher Report, Nate Robinson ha abierto de par en par su interior para transmitir algunos de los elementos más importantes de su vida: sus hijos, su personalidad, su caída en la depresión debido a la NBA y su deseo de volver a la Liga pese a ello.
Nate Robinson disputó 11 años en la NBA con ocho equipos diferentes —New York, Chicago, Boston, Denver, Golden State, Oklahoma City, Los Angeles Clippers y New Orleans—, ganó tres veces el Concurso de Mates del All-Star y tal vez en la temporada 2012-13 alcanzó la cima de su carrera. Aquella campaña la disputó con los Bulls saltando a la pista en los 82 partidos de Temporada Regular, fue elegido Jugador de la Semana el 3 de febrero de 2013 e incluso hizo ganar a su equipo un mítico partido de playoffs con tres prórrogas tras anotar 23 puntos en el último cuarto y quedarse a un solo tanto de igualar un récord de Michael Jordan.
Pero ni siquiera ese despliegue de talento le hizo mantener la confianza del entrenador Tom Thibodeau —hubo tensión al alza entre ambos según comenta Robinson— y dos meses después de aquella noche firmó por Denver como agente libre… donde solo aguantó un año jugando apenas 44 encuentros.
Depresión por no ser lo que otros querían
Precisamente fue en el curso 2012-13 cuando Robinson comenzó a asistir a terapia a causa de su depresión, algo que le ayudó a sacar de su interior uno de los pasajes más humillantes que hemos podido conocer sobre la NBA, sucedido en New York.
En una ocasión Nate Robinson se hartó de que su entrenador en los Knicks, Larry Brown, le llamase de forma diaria “el pequeño mierda” y acudió a su despacho llorando para implorarle que no le llamase más de ese modo. La respuesta de Brown vino 10 minutos después. Delante de todo el equipo se refirió a Robinson nuevamente como “el pequeño mierda” para decir que había estado llorando. (Como nota hay que recalcar que Brown, contactado por Bleacher Report, ha dicho que no recuerda aquel momento pero que tampoco lo niega).
“Lo más duro en mi vida, de mis 34 años de existencia en el planeta, fue soportar 11 años en la NBA tratando de ser alguien que los entrenadores NBA querían que fuese”, confiesa Robinson.
Robinson también fue ampliamente criticado por jugar a videojuegos hasta la madrugada cuando formaba parte de la NBA. Él dice que ahora se aplaude a los jugadores que participan en batallas de Fortnite. “¡Estaba en mi habitación!”, se defiende Robinson. “Pregunta a los demás. ¿Llegaba tarde a la siguiente mañana? ¿No estaba preparado para entrenar al día siguiente?”.
¿Tiene sitio Nate Robinson en la NBA actual?
La última vez que Robinson pisó una cancha NBA en partido oficial fue el 28 de octubre de 2015, pero él sigue buscando su regreso tras no haber dejado de entrenar y participar en las ligas de Israel y Venezuela o la G-League.
“Jugué 19 minutos, metí 18 puntos”, dice. “Nombra a alguien en algún equipo que pueda hacer eso. Te espero. No hay una persona en la NBA ahora mismo que pueda salir del banquillo y hacer lo que hago. Todo el mundo que puede hacerlo es titular: Kemba Walker, John Wall, y les costaría. Chris Paul, él también. Steph Curry, tú también. Kyrie Irving, tú también. Isaiah Thomas, tú también”.
Será difícil que este otoño, cuando se cumplan tres años de su última aparición en la NBA con la camiseta de los Pelicans, Robinson vuelva a tener una oportunidad de participar en la mejor liga de baloncesto del mundo, pero por tesón no va a ser.