Los Hawks completan la machada en Philadelphia y se citan con los Bucks

Al igual que hicieron los Bucks en Brooklyn, los Atlanta Hawks han logrado llevarse el séptimo partido de su serie a domicilio para hacerse con una plaza en las Finales del Este. El conjunto de Nate McMillan se impuso por 96-103 a los 76ers, que caen en segunda ronda pese a haber terminado la temporada regular como el mejor equipo de la conferencia y suman un nuevo tropiezo en postemporada que podría implicar grandes cambios este verano.

Atlanta se clasificó así para unas Finales de Conferencia por segunda vez en 50 años, siguiendo el camino que ya recorrieron en 2015 de la mano del que será su rival en la siguiente ronda, Mike Budenholzer. Pese a que dejar escapar la oportunidad de cerrar la eliminatoria en casa podría haber supuesto un mazazo anímico, la plantilla se ha repuesto a pesar de su inexperiencia y ha sumado uno de los triunfos más importantes de la historia de la franquicia.

Uno de los grandes artífices del mismo fue Kevin Huerter, quien, tras una temporada en el que el aumento de competencia en su puesto le ha hecho perder galones, sacó su mejor cara justo en la noche más necesaria. El escolta, con 27 puntos, firmó su mejor anotación en los últimos dos años, y lideró a los suyos en una madrugada en la que muchos de sus compañeros tuvieron problemas para ser efectivos. A él, sin embargo, no le tembló la muñeca, y su precisión desde el triple y, sobre todo, desde media distancia, le hizo terminar con un 10/18 que le consagró como el más acertado de los suyos.

Trae Young, por contra, vivió una de sus noches más desacertadas y se quedó en un paupérrimo 5/23 en el tiro, incluido un 2/11 en el triple. Si bien sus 11 viajes a la línea de personal le permitieron llegar hasta los 21 tantos, es obvio que el base no logró ser la referencia anotadora que acostumbra, aunque gracias a sus 10 asistencias logró mantenerse como una figura importante en el ataque de los suyos. De hecho, varias de sus canastas y de sus tiros libres llegaron en los instantes finales, en los que no le pudo la presión ni le pesaron los fallos anteriores y ayudó a los suyos a cerrar la eliminatoria.

Danilo Gallinari, por su parte, terminó tercero en anotación con 17 puntos, y fue el mejor de entre los hombres que salieron desde el banquillo, aportando un plus de frescura a los suyos. Además, John Collins logró un doble-doble de 14 tantos y 16 rebotes, y protagonizó una de las anécdotas de la noche apareciendo en rueda de prensa con una camiseta en la que había serigrafiada una foto del mate que realizó sobre Joel Embiid en el Game 6.

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Precisamente Embiid, con 31 puntos y 11 rebotes, fue quien más insistentemente trató de mantener con vida a los suyos. A pesar de su acumulación de problemas físicos y molestias, el pívot ejerció una vez más como gran referencia de los de Doc Rivers, quienes esta vez no pudieron ayudarle a convertir su gran rendimiento en una victoria. El camerunés, como ha sido habitual durante la temporada, elevó sus prestaciones en el último cuarto, en el que llegaron 11 de sus tantos, pero sus compañeros tuvieron más problemas de los habituales para encestar sus tiros y el triunfo se les fue poco a poco escapando de las manos.

Uno de los principales señalados fue Ben Simmons, quien no pudo pasar de los 5 puntos tras lanzar a canasta solo en cuatro ocasiones. Si bien el base terminó con 13 asistencias y 8 rebotes, pecó de no mirar el aro en demasiadas ocasiones (algunas de ellas incomprensibles), y los 76ers echaron mucho de menos el impulso que da a su ataque cuando despliega su versión más agresiva.

De hecho, Doc Rivers fue preguntado en rueda de prensa si el australiano podía ser el base de un equipo que aspirase a ganar el anillo, a lo que el técnico contestó diciendo que no tenía respuesta para eso. Embiid, por su parte, hizo incluso alusión indirecta a una jugada en la que Simmons no se atrevió a lanzar pese a encontrarse prácticamente solo bajo el aro, señalando dicha acción como uno de los momentos clave.

Fueron Tobias Harris y Seth Curry, con 24 y 16 tantos respectivamente, quienes se encargaron de apoyar a Joel a nivel anotador, aunque ninguno de los dos terminó bien el partido. Esto generó que los 76ers, como ya les ha pasado más veces en la serie, viviesen un pequeño colapso ofensivo en el último cuarto, algo que los Hawks no desaprovecharon para tomar la delantera y no dejarla escapar.

(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)


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