Indiana apostó en la noche del draft de 2023 por adquirir a Jarace Walker con el número 8. Sin ser uno de los jugadores que más hype provocaron en las jornadas previas a la gala de novatos, este chico formado en la Universidad de Houston es igualmente visto por los Pacers como un encaje perfecto para lo que quieren montar bajo la batuta de Rick Carlisle.
Promediando 11,2 puntos y 6,8 rebotes por noche en su año college, en Indianapolis creen que les aportará la energía y fortaleza que necesitan bajo los aros, algo que coincide con la visión del jugador de 19 años, quien se ve listo para sumar al equipo desde el primer día junto a otros nuevos elementos como Obi Toppin, quien llegó desde los Knicks a través de un traspaso.
«Siento que nos vamos a complementar muchísimo. Me encanta pasar, hacer jugadas, dar el balón a mis compañeros… y él es un jugador muy versátil tanto ofensiva como defensivamente. Siento que lo que podemos aportar al equipo es justo lo que necesitan, siento que somos dos piezas clave para la organización», comenta en declaraciones a Scott Agness de The Fieldhouse Files.
Antes de que pueda demostrar sobre el parqué lo que anuncia, Walker deberá recuperarse plenamente de una intervención menor a la que se sometió mediado el mes de julio para extraer cuerpos sueltos en su codo derecho. Los Pacers señalaron en ese momento que estaría plenamente recuperado para el training camp. No tardaremos mucho en saber si es así.
(Fotografía de Jamie Squire/Getty Images)