Poco a poco empiezan a sonreír en Minnesota. Tras protagonizar una trayectoria irregular que alimentó las dudas iniciales sobre la adquisición de Rudy Gobert, las últimas tres victorias conseguidas, todas ellas como visitantes, han situado a los Timberwolves en sexta posición de la Conferencia Oeste con un récord positivo de 34-32.
Si bien es cierto que el equipo no se puede dormir en los laureles ante lo comprimido de la clasificación y los duros rivales que emergen en el horizonte, las sensaciones que han devuelto desde el traspaso por Mike Conley en el cierre de mercado han sido realmente buenas, principalmente durante los triunfos recientes ante Clippers, Lakers y Kings.
La mejor versión de Rudy Gobert en Minnesota ha coincidido con esta racha triunfal. Un buen nivel de juego sustentado sobre su conexión con el propio Conley, con quien construyó un sólido vínculo, en pista y fuera de ella, durante su estancia en Salt Lake City. De hecho, el propio técnico de los Timberwolves, Chris Finch, ha confirmado que la llegada del veterano base ha impulsado el techo competitivo y la química del equipo.
«Creo que lo vemos. La química es obvia», afirmó Finch, de acuerdo con el periodista del Minneapolis Star Tribune, Chris Hine. «Podríamos haber jugado otros 40 partidos [sin Conley] y estaríamos todavía empezando a desarrollarla. Él quiere que funcione y entiende cómo hacerlo funcionar. Pueden jugar bien [Gobert y Conley] el uno con el otro. Rudy ha dado un paso al frente enérgico.»
De hecho, el internacional francés ha promediado 16,3 puntos, 12,6 rebotes y 2,0 tapones desde el debut de Conley, unos números superiores a los que registraba hasta entonces: 13,2 puntos, 11,4 rebotes y 1,3 tapones. Por su parte, el base ha comenzado su andadura en Minnesota promediando 11,1 puntos, 5,1 asistencias y 1,1 robos en ocho partidos, todos ellos como titular.
(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)