La moral de los Lakers ha vivido tiempos mejores. El entusiasmo por el fichaje de LeBron James en verano se ha topado con la realidad de una feroz Conferencia Oeste sin mucho perdón para los errores. El balance de 3-5, pese a no ser en absoluto irrecuperable, no satisface a nadie. Y la tensión se está notando en los despachos angelinos.
El primer síntoma serio llegó este viernes, con la filtración de una reunión celebrada entre Magic Johnson y Luke Walton antes del duelo del miércoles ante Dallas, y cuyos detalles más suculentos llegaron el viernes a través de la prensa local. Según el diario Los Angeles Times, el presidente de los Lakers “gritó y soltó palabrotas a Walton”, cuestionando qué estaba haciendo con el equipo y molesto con la falta de un sistema ofensivo establecido.
Seguro, de momento
Pese a esta sonora bronca, el puesto de Luke Walton, entrando en su tercera temporada en los Lakers, no peligra a corto plazo. Ni Magic Johnson quiere hacer todavía cambios bruscos, ni la propietaria Jeanie Buss ha retirado su apoyo. La máxima responsable de la franquicia quiere mantener una cierta estabilidad en el banquillo, especialmente en comparación a los años de su hermano Jim Buss al frente de la dirección deportiva. Su simpatía personal por Luke Walton, jugador clave en el vestuario de Phil Jackson en sus dos últimos campeonatos, también ayuda.
Pero esto puede no ser suficiente para Walton. Magic Johnson es la gran apuesta personal de Jeanie Buss, quien despidió a su propio hermano y al histórico Mitch Kupchak para darle total poder en la faceta deportiva. Por el contrario, el entrenador se mantiene como herencia de la antigua directiva. En caso de ultimátum, parece inviable que la propietaria de los Lakers arriesgue la continuidad de una leyenda como Magic a costa de mantener al último técnico contratado por Jim Buss.
El panorama de la liga juega también a favor del derecho de Magic Johnson de elegir a su entrenador. De las 30 franquicias NBA, solo hay 4 casos en los que el responsable deportivo no nombró a su actual técnico. En dos de ellos (Elton Brand en Sixers y Lawrence Frank en Clippers), el entrenador (Brett Brown y Doc Rivers, respectivamente) fue de facto su predecesor en el cargo. En el tercer caso, el ejecutivo al cargo es todavía interino (James Jones en Phoenix). El cuarto caso: Magic Johnson y Luke Walton.
La modesta carta LeBron
Dejando los despachos y llegando al vestuario, Walton mantiene de momento una buena sintonía con LeBron James. La nueva cara del equipo no ha registrado ni en público ni en privado ninguna queja sobre su técnico, pero su poder es el más bajo que nunca ha tenido quizás desde sus primeros años en la NBA. En el peor de los casos, su contrato multianual no le permitiría amenazar con dejar los Lakers en la agencia libre, y cualquier exigencia de traspaso al estilo de Jimmy Butler afectaría de forma dramática su popularidad.
La situación de LeBron James recuerda al del arranque de su etapa en Miami. Escasos meses después de “The Decision”, tras llegar al final de noviembre con un decepcionante balance de 9-8, James pidió la cabeza de su entrenador Erik Spoelstra, tal y como el presidente de los Heat Pat Riley admitió años después a Ian Thompson en el libro “The Soul of Basketball”. La petición de LeBron James fue que el propio Riley tomara las riendas del equipo en el banquillo, algo rechazado de plano por el que fuera entrenador de los Lakers del Showtime.
Como entonces, ser la mayor estrella de la liga no servirá a LeBron James, sin demasiado margen de maniobra hasta 2021, para forzar la continuidad de Walton. Para colmo, el entrenador no puede presentar muchos méritos más allá de los deportivos. Tras dos años centrado más en el desarrollo de jugadores jóvenes, los Lakers no pueden presumir de haber formado todavía a ningún All-Star o al menos cercano a ese nivel. De los “primera ronda” que han pasado por las manos de Walton, ni los que se fueron (DeAngelo Russell, Julius Randle) ni los que siguen (Brandon Ingram, Lonzo Ball, Kyle Kuzma, Josh Hart) han pasado de un mero nivel de titular en equipo perdedor. El potencial para ser mucho más sigue ahí en la mayoría de los casos, pero hay dudas legítimas sobre si Luke Walton es el mentor más indicado para desarrollarlo al máximo.
Ganar o ganar
Por tanto, solo le queda una salida. Quizás Magic Johnson pudo haber sido más diplomático al respecto, pero a estas alturas el balance de victorias es la única tabla de salvación de Walton. Devolver pronto a los Lakers a un récord ganador y a los puestos de Playoffs será vital para su futuro, aunque el implacable calendario no ayuda. Ya acumulando un buen puñado de partidos ante potencias del Oeste, el fin de semana angelino es todavía más infernal, jugando el sábado en Portland (con un balance de 6-2) y recibiendo al día siguiente a Toronto (8-1).
Ganar al menos uno de esos partidos y mantener una imagen digna en el otro aliviaría la presión sobre Walton. Dos derrotas, especialmente sin una mejora en el juego, dejarían a los Lakers con un terrible balance de 3-7, a ritmo cercano de las 35 victorias que el equipo logró la temporada pasada con ambiciones mucho más mundanas. Ser una persona querida por la afición, por Jeanie Buss e incluso por LeBron James no serviría de mucho si los números no salen. En este caso, los de victorias y derrotas.