Hace ya bastantes años, desde las buenas temporadas de Dwight Howard, que Orlando dejó de ser un nombre temible en la NBA. Visitar a un equipo alejado durante tanto tiempo de los Playoffs hace marcar sus visitas al hogar de Disneyworld con una cierta relajación. Y los Lakers, tras cuatro victorias consecutivas, lo pagaron caro. Los crecidos Magic no desaprovecharon un partido defensivo para olvidar de los angelinos para imponerse por un claro 130-117.
Nikola Vucevic, con 36 puntos (15/23 en tiros de campo) y 13 rebotes, fue la estrella en un partido que empezó de forma inversa a la tónica del resto del partido. Los Lakers salieron con la confianza y la concentración defensiva que les hizo entrar en dinámica ganadora, sin permitir demasiada creación de juego a Orlando. LeBron James, implacable de salida, lo remataba con 9 de sus 22 puntos en sus 7 minutos y medio iniciales de juego. Pareció ser por un cuarto el mismo gigante que empequeñeció a Portland tres días antes.
Comienzo engañoso
Orlando no perdió la cara al partido, perdiendo por solo 6 puntos tras 12 minutos jugados. Y le dio la vuelta entrando el segundo cuarto. De la mano de D.J. Augustin, ya un trotamundos en la NBA con ocho equipos diferentes en su historial, Orlando recuperó la creatividad ante unos Lakers dormidos. De forma particular, el daño llegaba para los angelinos en el juego interior. Por primera vez desde el 4 de noviembre, antes de la llegada de Tyson Chandler, los Lakers recibían más de 50 puntos en la pintura con 62 en total.
“Tras el primer cuarto fuimos bastante malos en defensa”, reconocía LeBron James tras el duelo. “Nos descompusimos muchas veces, lo cual no es normal para nosotros últimamente. Pero hay que darle crédito a Orlando. Nos pusieron en posiciones donde simplemente se aprovecharon de que no estuvimos en los lugares correctos en defensa”.
Para colmo, la baja de Rajon Rondo, el director de juego de la segunda unidad de los Lakers, se notaba también en ataque. La solución de Brandon Ingram como base en ausencia de Lonzo Ball no funcionó, y el banquillo de Orlando se sentía más a gusto. Para colmo, LeBron James encontraba con un defensor en estado de gracia: Jonathan Isaac. El especialista defensivo de los Magic firmó una actuación breve pero memorable, terminando en 17 minutos con 7 puntos, 5 rebotes y 5 tapones, dos de ellos a LeBron James en el segundo cuarto. El parcial de 37-22 cambiaba la señal del partido de forma irremediable.
Sentencia temprana
El remate lo pondría Nikola Vucevic, quien presentó con fuerza su candidatura a debutar en un All-Star tras el descanso. Los 24 puntos en la segunda mitad del pívot montenegrino destapaban de forma definitiva la ya tambaleante protección del aro angelino. Tanto JaVale McGee como Tyson Chandler se veían incapaces de superar la excelente movilidad de Vucevic, dejando agujeros que tanto el pívot como sus compañeros no desaprovecharon. Para el final del tercer cuarto, la diferencia se escapaba a 19 puntos.
Lance Stephenson (19 puntos, incluidos dos “robados” en la última posesión sin oposición rival) puso el orgullo en una remontada imposible, pero Orlando nunca permitió sonrisas a los Lakers. Pese a alguna jugada aislada de mérito en defensa, Lonzo Ball terminó con 0 puntos, 4 asistencias y 3 robos, evidenciando la irregularidad del que es hoy por hoy el único base puro a tiempo completo disponible para Luke Walton. Si bien Luke Walton dispone de otros buenos distribuidores, el agujero será considerable hasta el regreso del más regular Rondo.
Dos paradas especiales para LeBron
El cierre ya decidido minutos antes del bocinazo final permitió el debut del alemán Moritz Wagner, ausente en los primeros partidos de la temporada por lesión y hoy por hoy fuera de la rotación habitual del equipo. Mientras Orlando se coloca con un 50% de victorias (8-8) y se afianza en la zona de Playoffs del Este, los Lakers dormirán fuera pese a un balance positivo de 8-7. En un igualado Oeste donde un digno 7-9 puede dejar a un equipo (Minnesota) en penúltima posición), relajarse ante rivales teóricamente inferiores puede ser letal a final de temporada.
El partido en Orlando arranca una mini gira de los Lakers en el Este de tres partidos, con dos paradas muy especiales para LeBron James: este mismo domingo en Miami y el miércoles en Cleveland. En los hogares de sus 15 primeras temporadas NBA y sus tres campeonatos, su equipo volverá a encontrarse ante rivales con balance perdedor y especialmente motivados de vencer a su antigua estrella. Buenas plazas para descubrir si los problemas defensivos de Orlando fueron cosa de un día o un nuevo problema recurrente.