Los Bucks tiran de épica para llevarse un memorable Game 5

Los Milwaukee Bucks se llevaron de manera agónica el quinto partido de la eliminatoria ante Boston. Los vigentes campeones tiraron de casta para imponerse por 107-110 y recuperar el factor cancha, lo que les dará la oportunidad de cerrar la serie este viernes en el Game 6. Pese a pasar por debajo gran parte del partido, los de Budenholzer lograron sobrevivir al vendaval de los Celtics y dar la vuelta al encuentro en los últimos minutos, devolviendo a los de Massachusetts lo que estos habían hecho en el Game 4 y asestando un duro golpe moral a los de Udoka, que fueron superiores durante gran parte del choque.

Castigando con ‘pick & roll’

Tras un primer cuarto de tanteo, las hostilidades comenzaron en el segundo, en el que Boston empezó a carburar y a explotar los problemas que los Bucks venían luciendo a lo largo de la eliminatoria. La nula circulación ofensiva de los visitantes les hizo muy difícil castigar a la agresiva defensa de los Celtics, que dio muchísimos problemas a varios hombres, especialmente a Jrue Holiday, y a base de robos y contraataques empezó a cimentar la ventaja local.

En el otro lado, los problemas de Milwaukee en la defensa del pick & roll se hicieron en este duelo más evidentes que nunca, pues la insistencia de Udoka con esta jugada empezó a desnudar la rigidez táctica de Budenholzer y permitió a Jayson Tatum empezar a brillar. El alero, que terminó con 34 puntos, aprovechó los espacios que los interiores de los de Wisconsin le concedían en la media distancia para anotar una vez tras otra, y en el tercer cuarto Jaylen Brown, que alcanzó los 26, se unió a él para seguir haciendo crecer la ventaja.

Solo Giannis Antetokounmpo parecía oponer resistencia, y lo cierto es que fue una resistencia suficiente como para mantener con vida a los suyos durante muchos minutos. El griego, que firmó otra descomunal actuación de 40 tantos y 11 rebotes, fue prácticamente el único responsable de que el que choque no llegase sentenciado al último cuarto, atacando de forma insistente el aro y forzando huecos en una defensa que prácticamente no los concedía. No obstante, con el devenir del duelo se hacía más y más evidente que el alero no podía hacerlo solo. Y tras una canasta de Payton Pritchard que puso el 93-79 a falta de 10 minutos, algo cambió en los Bucks.

El corazón de un campeón

Los de Wisconsin salieron del tiempo muerto pedido por Budenholzer pareciendo un equipo completamente diferente. El técnico realizó ajustes por fin, apostando por un quinteto más pequeño pero más móvil con Bobby Portis como pívot y cambiando en los bloqueos directos como respuesta al pick & roll de los locales, lo cual dio grandes resultados a la hora de atascar la ofensiva de Boston. Igual de importante fue el cambio el otro lado de la cancha, en el que tras 38 minutos sin ideas, el esférico comenzó por fin a circular, los hombres sin balón empezaron a moverse y a generar ventajas, y los jugadores no llamados Antetokounmpo empezaron a aportar de verdad.

Un par de triples tempranos de Pat Connaughton y Wesley Matthews hicieron creer a Milwaukee, que fue ganando enteros con el paso de los minutos a medida que la presión iba devorando a los Celtics. Los campeones sacaron su mejor versión cuando más lo necesitaban, haciendo gala de un acierto del triple que habían echado de menos durante toda la serie (6/6 en este cuarto) y aprovechando su poderío físico para imponerse de verdad en la batalla por el rebote y arrollar a su rival a base de simplemente tirar más veces a canasta. En total, capturaron 17 rebotes ofensivos, 7 de ellos en el último cuarto, y uno de ellos en el momento más importante de su temporada.

Tras empatar el partido en el último minuto, los Bucks habían vuelto a verse por debajo después de que Tatum convirtiese dos tiros libres, y en la siguiente posesión fue Giannis quien, con 14 segundos para el final, fue enviado al 4,60. El griego anotó su primer lanzamiento pero erró el segundo, que habría valido el empate, lo cual sin embargo resultó ser una buena noticia para ellos. Bobby Portis se hizo con el rebote y anotó bajo el aro para terminar de dar la vuelta al encuentro, colocando a Milwaukee por delante por primera vez desde el segundo cuarto y demostrando que los ajustes de Budenholzer habían dado sus frutos.

Holiday y el sentido del ‘timing’

Quedaban aún 11 segundos para los Celtics, quienes, tras un tiempo muerto, sacaron de banda y pusieron el balón en manos de Marcus Smart. El base no era probablemente el jugador para quien estaba diseñada la jugada, pero la defensa de Connaughton le negó botar hacia cabecera y el base se fue hacia el aro, donde no encontró a nadie y se decidió a buscar la canasta. Pat trató de molestarle, pero parecía que el de los Celtics tenía dos puntos relativamente sencillos hasta una mano apareció.

Holiday no estaba firmando ni mucho menos un gran encuentro. Sus problemas de acierto ofensivo habían vuelto a ser un problema para los suyos, y de hecho los peores tramos de los Bucks en el partido habían llegado cuando, con Giannis descansando, él se había obcecado en anotar en lugar de jugar de forma más coral. En el último cuarto, no obstante, el base apareció al rescate del equipo cuando más lo necesitaban, anotando 8 de sus 24 tantos, incluido el triple que puso el 105-105, y taponando el intento de penetración de Smart para mantener a los suyos al frente.

Jrue no solo bloqueó el lanzamiento de Marcus, sino que logró capturar el balón, caer con los dos pies dentro de la pista, y arrojar el esférico contra el cuerpo del de los Celtics antes de perder el equilibrio para que los visitante conservasen la posesión. Esto permitió a Connaughton ampliar la diferencia desde el tiro libre, y cuando, ya sin tiempos muertos, Boston buscaba un triple a la desesperada, Holiday volvió a emerger como héroe robando el balón a Smart y sellando el triunfo de los suyos.

De esta manera, la serie volverá a Milwaukee tras un duro varapalo para los de Udoka, aunque si algo ha quedado evidenciado es que ambos equipo tienen capacidad de sobra para levantarse. Se viene sin duda un Game 6 encarnizado, que probablemente regale más momentos para el recuerdo en la que está siendo, con pocas dudas, la mejor eliminatoria de estos playoffs.

(Fotografía de portada: Maddie Malhorta/Getty Images)


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