Larga vida al Rey

  • Heat 92 Mavericks 84
  • Tres victorias más y el Rey tendrá su corona. Florida sueña con el anillo tras el triunfo de los Heat en el primer partido de las Finales 2011. No será una misión fácil para LeBron -Dallas se ha ganado respeto infinito-, pero Miami volvió a evidenciar en la pasada madrugada que está en condiciones de suceder a los Lakers en el trono de la NBA. James descubrió hace unas horas qué se siente al ganar un partido en la serie final de la mejor liga del mundo. En su única aparición hasta la fecha, San Antonio barría a Cleveland (4-0) en 2007. Anoche, y a la conclusión del Game 1, optó por la prudencia. Un tímido e insignificante gesto de satisfacción y, acompañado de su escudero de lujo, Dwayne Wade, se encaminó hacia las entrañas del American Airlines Arena consciente de que esto acaba de empezar. Los Mavericks suponen una amenaza demasiado evidente como para caer en la autocomplacencia.

    El primer partido de las Finales NBA 2011 se ajustó de manera fidedigna al libreto que los gurús habían anunciado en los prolegómenos. Máximo respeto. Defensas académicas. Largas posesiones. Protagonismo para las estrellas. El Big Three a un lado del cuadrilátero. Robin Hood en el otro. Dirk Nowitzki liderando a los Mavericks en su búsqueda desesperada del anillo. Sería terriblemente injusto que el impenitente tirador alemán se retirara sin haber conquistado un título de campeón. Pero así es la NBA. Que le pregunten si no a Karl Malone o John Stockton.

    No fue una madrugada sencilla para los Heat. A la conclusión del primer cuarto, Dallas había cumplido con la misión inicial que Carlisle imponía desde la pizarra. Incomodar al Big Three. La franquicia de Texas dejaba a Miami en 16 puntos y, gracias a la electricidad que Jason Terry y Jason Kidd generaban desde el perímetro, los Mavericks se ponían por delante tras los primeros doce minutos (16-17). En el segundo periodo, la decoración no varió de forma sustancial. Bajos porcentajes, buen trabajo defensivo en ambas pinturas y mínimas diferencias. Un triple de Mario Chalmers a 24 segundos para el descanso apretaba hasta la asfixia el electrónico del American Airles Arena (43-44). Los rostros de las más de 20.000 almas congregadas en el santuario de Miami se habían contagiado de la palidez de sus camisetas.

    Tras el paso por vestuarios, Dallas lanzó un serio aviso. Tres tiros consecutivos anotados por Shawn Marion, Dirk Nowitzki y DeShawn Stevenson ponían a la franquicia de Mark Cuban ocho arriba (43-51). Minuto de Spoelstra. Mal asunto para los Heat ese 0-7 de parcial pese a las indicaciones recibidas en el intermedio. El controvertido técnico de Miami presionó la tecla adecuada y halló la formula para contener a los Mavericks. Mejoró la defensa local (buenos ajustes sobre Nowitzki, J.J. Barea, Jason Terry)… y balones a Wade. Ocho puntos casi consecutivos del escolta de la Univerisdad de Marquette unidos a una canasta de Udonis Haslem a 2:34 para la conclusión del tercero restablecían las tablas (57-57).

    El Game 1 mantuvo su tónica de máxima igualdad hasta la recta final. A falta de 3:06 para la despedida y cierre, de nuevo Dwayne Wade aparecía de entre las sombras para fulminar a Dallas con un triple demoledor. Flash ya frustró el sueño tejano en las Finales de 2006 promediando 34.7 puntos por partido. Anoche le bastó con 22 y 10 rebotes. Pese a la reacción de Nowitzki (27 puntos, 8 rebotes) en los instantes finales, James fue más Rey que nunca. Gracias a un 2+1 con falta de Shawn Marion y, sobre todo, a un alley-hoop de ensueño que diseñó Wade, LeBron finiquitó la historia con insultante autoridad. El segundo partido de las Finales se disputa en la madrugada del jueves al viernes (3.00).


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