Fran Guaita, autor de nbamaniacs

Dallas Mavericks, campeón de la NBA

Fran Guaita — Mon, 13 Jun 2011 04:26:25 +0000

Heat 95 Mavericks 105

Dallas escribió anoche el epílogo de una de esas historias que reconcilian con la vida. 2.524 partidos de la NBA después, Jason Kidd y Dirk Nowitzki conquistan el anillo de campeones. Embajadores eternos del baloncesto de la vieja escuela, su triunfo supone un homenaje al deporte más bello del mundo. Ántítesis de la filosofía Big Three con la que Miami trató de reconquistar la Liga, los Mavericks ejemplifican a la perfección el espíritu de equipo. Rick Carlisle ha conjuntado un roster capaz de aunar la mejor defensa imaginable con el talento incontenible y la disciplina de la lógica en ataque. Su baloncesto rozó la perfección contra los Lakers y superó todas las previsiones en la final ante Heat. Si el temido lockout aborta la NBA durante meses, siempre nos quedarán los Dallas Mavericks. Una bellísima historia con final feliz.

A la conclusión del partido, Dirk Nowitzki desapareció de la pista. Desbordado por la emoción, enfiló el tunel de vestuarios adentrándose en las entrañas del American Airlines Arena con lágrimas en los ojos. Desde su rinconcito celestial, y estrenando pajarita azul para la ocasión, Andrés Montes debió alegrarse profundamente por Robin Hood. El infalible tirador alemán, probablemente el mejor jugador europeo en la historia de la NBA, encontró por fin la recompensa a tantos años de trabajo en silencio, de sacrificio sin títulos, de tiros académicos sin gloria. Todavía inmerso en el shock emocional, regresó al parket para enfundarse gorra y camiseta de campeón. Minutos después, el legendario Bill Russell le entregaba el MVP de las Finales. Nowitzki deja para el recuerdo unos Playoffs de vértigo. 28 puntos y 8 rebotes por partido con un 51% en tiros de tres y un 49% en tiros de campo. Dentro de veinte años, su game winner en el segundo partido será recordado al mismo nivel que la suspensión divina de Michael Jordan en Utah tras destrozar a Bryon Rusell o el Junior Sky Hook de Magic Johnson ante Celtics.

Mark Cuban, propietario de la franquicia y uno de los artífices del éxito tejano, protagonizó uno de los gestos de la madrugada. El carismático ejecutivo de Dallas quiso que Donald Carter, fundador de los Mavericks y presidente honorífico, recogiera el trofeo Larry O’Brien acompañado de su esposa. Es sólo una muestra de la ejemplar familia en la que Cuban ha convertido a los Mavs. Con la inestimable ayuda de Rick Carlisle, eso sí. El entrenador nacido en Ogdensburg, NY, que ya fue campeón como jugador con los Boston Celtics, ha realizado una labor insuperable en la dirección. Trabajo de equipo, defensa de manual, gran gestión de grupo e inteligente utilización de los recursos y talento ofensivo. El triunfo de la pizarra y la psicología de un lider. «Este es un auténtico equipo. De la vieja escuela. No corremos demasiado rápido ni saltamos tan alto como otros. Pero mis jugadores han estado unidos. Confiando en nuestro estilo. Siempre tomando la decisión correcta. Por eso somos campeones«. Palabra de Carlisle. El entrenador de un equipo de leyenda: los Dallas Mavericks 2010/2011.

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Jet con destino al cielo

Fran Guaita — Fri, 10 Jun 2011 04:45:21 +0000

Mavericks 112 Heat 103

Sencillamente espectacular. Dallas y Miami nos regalaron, por fin, un auténtico recital ofensivo en el quinto encuentro de las Finales NBA. Ambas franquicias se liberaron del corsé y las estrecheces de la pizarra durante 48 minutos. El resultado, un partidazo con mayúsculas. Impulsados por la eléctrica pareja de exteriores que forman Jason Terry y J.J. Barea, los Mavericks rozan el anillo con la punta de los dedos. Hace unos días, iniciaban la serie definitva por el título con la vitola de víctima propiciatoria. Anoche lograron la proeza impensable: están a una victoria de reinar el mundo. Con absoluto merecimiento, además. Derrocar al Big Three es una misión sólo al alcance de un verdadero equipo con mayúsculas: los Dallas Mavericks.

A la conclusión del partido, Erik Spoelstra se marchaba hacia las entrañas del American Airlines Center con la mirada perdida en el horizonte. Probablemente, pensando aquello de «no mandé a los míos a luchar contra los elementos». La madrugada fue especialmente cruel con Miami. Ya desde el primer cuarto, cuando un terrible encontronazo entre Dwayne Wade y Brian Cardinal dejó a Flash en el dique seco con un golpe en la cadera. El escolta de la Universidad de Marquette únicamente pudo disputar 34 minutos. Pese a ello, volvió a liderar el ataque de los Heat con 23 puntos y 8 asistencias. Además, el perímetro de los Mavs (13/19 en triples) no tuvo piedad de Miami. Barea y Terry recuperaron su mejor versión de estos playoffs acribillando a triples la defensa planteada por Spoelstra. El boricua y Jet se combinaron para conseguir 38 puntos con una serie de 7/10 en tiros de tres. El tercer cuarto de J.J. Barea merece mención al margen. De largo, los mejores minutos de la final. Eléctrico, pura dinamita, revolucionó la madrugada a base de tiros imposibles y asistencias de manual. Un microondas en plena ebullición. ¡Jugón!.

Pese a la explosividad ofensiva de Dallas, Heat aguantó el chaparrón con entereza y llegó con opciones a la recta final de partido. De hecho, un triple de Wade le colocaba cuatro arriba (95-99) a falta de 4:23. El equipo de Rick Carlisle, como ya había ocurrido ante Blazers o Lakers, reaccionó bajo presión. Vaya que si lo hizo. 10-1 de parcial. Cuatro puntos de Dirk Nowitzki y dos triples en estático de Terry y Jason Kidd colocaron al Big Three contra las cuerdas. En el siguiente ataque, a Chris Bosh le tembló el pulso desde la línea de tiros libres… y llegó la sentencia. Con un segundo en el reloj de posesión y ante la defensa de LeBron, Jason Terry se sacó de la chistera un triple de dibujos animados. Jet extendió sus brazos y voló bajo sobre el parket en señal de victoria. James, resignado, bajó la cabeza musitando venganza entre dientes. El rey llegó anoche al triple doble (17 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias), pero fue incapaz de encontrar el camino a la canasta de Dallas en el último cuarto. Querrá cobrarse venganza en el sexto (madrugada del domingo al lunes 2.00h) y -si lo hubiera- séptimo partido.

[notice]Notas: Anoche Miami fue batido por 14 puntos de diferencia mientras LeBron, Wade y Bosh estaban en cancha… James consiguió un triple doble (17 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias) pero sólo consiguió 2 puntos en el último cuarto… Otro desastroso final para Miami: 15-3 en contra en los últimos 3:37… Con formato 2-3-2, de los cinco equipos que han un conseguido un 3-2 en las Finales con la ventaja de campo en contra, cuatro ganaron la serie en el sexto partido (Lakers ’85, Bulls ’93, Bulls ’98 y Heat ’06) y tres perdieron la serie en el séptimo (Pistons ’88, Knicks ’94 y Celtics ’10)… Los 13 triples de Dallas empatan la mejor marca de un partido de las Finales, en solitaria posesión hasta ahora por Boston (sexto partido, 2008)… [/notice]

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El corazón de los Mavericks

Fran Guaita — Wed, 08 Jun 2011 05:06:40 +0000

Mavericks 86 Heat 83

Emulando al gran Michael Jordan en aquel quinto partido de las Finales del 97 ante Utah Jazz, Dirk Nowitzki tuvo anoche en el American Airlines Center un enemigo incluso peor que LeBron James, Dwayne Wade y compañía: la fiebre. El infalible tirador alemán se levantó de la cama con 39 grados de temperatura para acudir al pabellón. Evidenció constantes problemas respiratorios durante el encuentro y se le vio toser envuelto en una toalla en cada tiempo muerto. Pero no dejó a Dallas en la estacada. Ni mucho menos. El auténtico MVP de estos playoffs agrandó su leyenda metiendo, otra vez, la canasta decisiva de la madrugada. Los Mavericks volvieron a remontar un partido imposible e igualan las Finales: 2-2. We love this game.

El pánico se apoderó de la guarida tejana cuando, en el inicio del último periodo, Miami se ponía nueve arriba gracias a una suspensión marca de la casa de Udonis Haslem. 65-74. Dallas había remado en busca de la orilla durante buena parte de la noche. Carlisle modificó su cinco inicial, dando entrada al eléctrico J.J. Barea en detrimento de DeShawn Stevenson. El campeón de la Conferencia Oeste plantó cara desde el arranque con un parcial 6-0 pero todo quedó en fuego de artificio. Chris Bosh lideró la reacción de los Heat con 16 puntos en la primera mitad. Al descanso, Miami dos arriba.

La tónica de máxima igualdad que ha presidido toda la serie no varió en el tercer cuarto. Ausente LeBron (8 puntos, 3/11 en tiros de campo), Wade asumió la responsabilidad del ataque en la franquicia de Florida. El escolta de la Universidad de Marquette finalizó con 32 puntos y fue un martilló pilón para la defensa de Dallas, que a falta de doce minutos seguía por detrás en el electrónico: 65-69. Carlisle, eso sí, pareció haber encontrado la fórmula definitva para contener a James, incapaz de marcar diferencias desde su recital en el primer partido.

Nada que ver con Nowitzki. Su estado físico es una verdadera incógnita para el partido de mañana. Pero esa es una cuestión secundaria. Anoche obró un milagro. Con nueve puntos en el último cuarto -Miami únicamente anotó catorce en todo el periodo-, y combatiendo un terrible subidón de fiebre, se erigió en legendario héroe para el estado de Texas. Y, de paso, nos dejó otro canastón para la colección de highlights de estas Finales. Con 82-81 para Dallas y a falta de quince segundos, recibió en la línea de tiros libres, esperó a que llegará el momento preciso controlando el reloj de posesión con frialdad granítica y no perdonó. Con su primer paso demoledor superó la defensa de Haslem. Ya con ventaja en el uno contra uno, inició una penetración de manual y, aprovechando el único resquicio posible en la pintura de los Heat, dibujó con la diestra la bandeja ganadora. Enorme Robin Hood. Empeñado en robar la corona de LeBron para dársela a los Mavs. El quinto partido de la serie se disputa de nuevo en Dallas la madrugada del jueves al viernes (3.00h).

[notice]Notas: Dallas terminó con un parcial a favor de 21-9 y 10 de esos 21 puntos fueron de Dirk Nowitzki… Miami terminó con una sola canasta de nueve intentos en los últimos 7:23 de partido… Nowitzki falló su primer tiro libre desde el cuarto partido ante Oklahoma City y encadenó una racha de 10 fallos de 11 tiros en este cuarto partido ante Miami… En las cuatro últimas victorias de los Mavericks, han remontado al menos 8 puntos en el último cuarto… Los Mavs estaban obligados a ganar, hasta ahora ningún equipo en la historia ha remontado un 3-1 en las Finales de la NBA… LeBron James acumulaba 433 partidos consecutivos anotando en dobles dígitos y nunca había anotado tan poco en los 90 partidos de Playoffs que ha jugado hasta la fecha…[/notice]

Vídeo resumen con lo mejor del cuarto partido entre Dallas y Miami:

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Bosh fue profeta en su tierra

Fran Guaita — Mon, 06 Jun 2011 04:29:58 +0000

Mavericks 86 Heat 88

Si se cumple la tradición histórica, Miami ganará el anillo 2011. Desde la puesta en marcha del formato 2-3-2 en 1985, la franquicia que se ha llevado el tercer partido en unas series igualadas (1-1) consigue también el título. Once veces se ha repetido la liturgia. Sin fallo. Los Mavericks, eso sí, no lo pondrán nada fácil. Son un rival ejemplar. A punto estuvieron anoche de voltear otro escenario casi utópico, pero Nowitzki no acertó con el tiro que pudo enviar el encuentro a la prórroga. Segundos antes, Chris Bosh se había encargado de firmar el 86-88 con una suspensión acadèmica. El pivot nacido en Dallas fue decisivo en el último cuarto anotando siete puntos en unas condiciones ciertamente complicadas. Bosh disputó prácticamente todo el partido con problemas de visión en el ojo izquierdo tras un golpe fortuito con Jason Kidd. Hace falta mucho más que un párpado inflamado para frenar al Big Three, ahora a dos victorias de reinar en la NBA.

Pero si hay un jugador que merece la mención honorífica de MVP en este tercer partido ese es Dwayne Wade. El escolta de la Universidad de Marquette llevó el peso del ataque en los Heat (29 puntos) multiplicándose además en la parcela defensiva. Muy activo en ambas zonas, Flash capturó once rebotes y acudió al rescate de Miami cuando Dallas forzaba la máquina en busca de la remontada. Nowitzki tiene motivos para lamentarse amargamente por haberse topado en el camino con Wade, LeBron James y Chris Bosh. Ante cualquier otro rival, es muy probable que los Mavs estuvieran en condiciones de conquistar el anillo. Y todo gracias a los playoffs de ensueño que está completando el alemán. La pasada madrugada fue de nuevo la referencia de la franquicia tejana (34 puntos, 11 rebotes) ante las más de 20.000 almas que llenaron hasta el último asiento del American Airlines Center.

Miami cimentó el triunfo en un gran primer cuarto (+7) y logró imponer su autoridad en la pintura (22-40). Además, Erik Spoelstra trató de contener al perímetro tejano con una defensa agresiva basada en constantes ayudas, máxima intensidad y control de las líneas de pase. Ni Peja Stojakovic (2 puntos en 6 minutos) ni J.J. Barea (6 puntos y 4 pérdidas con una serie de 2/8 en tiros de campo) fueron capaces esta vez de dinamitar el partido desde el banquillo. Los Heat mostraron su versión seria, aplicada, de gran eficiencia. La recompensa tiene un valor incalculable. Aunque Dallas consiguera el triunfo en los dos próximos partidos, la serie retornaría a Miami. Toda una garantía para la franquicia de Florida. El cuarto encuentro se disputará de nuevo en la guarida de los Mavericks la madrugada del martes al miércoles (3.00h).

Vídeo resumen del tercer partido de las Finales entre Dallas y Miami:

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Nowitzki siempre vuelve

Fran Guaita — Fri, 03 Jun 2011 04:51:25 +0000

Heat 93 Mavericks 95

Ni siquiera Mark Cuban confiaba en la reacción de Dallas. Cabizbajo, juraba en arameo desde su privilegiada butaca próxima al banquillo de los Mavs. A falta de 7:14 para la conclusión del segundo asalto de las Finales, Dwayne Wade provocaba el delirio en las gradas del American Airlines Arena con un triple lateral. 88-73. LeBron James golpeaba de forma furibunda el pecho de Flash en señal de victoria. Miami sintió que el 2-0 era definitivo. Grave error. El exceso de autocomplacencia se paga carísimo contra estos Mavericks. La soberbia es el mayor de los pecados capitales ante una franquicia dispuesta a hacer historia. Pese a estar quince bajo, el equipo que dirige Rick Carlisle supo reinventarse en la recta final e iguala la eliminatoria por el anillo 2011. Dallas recupera el factor cancha y será campeón si no cede ni una sola derrota en su guarida de Texas.

Dirk Nowtzki ascendió la pasada madrugada al olimpo de los dioses NBA. Sus últimos tres minutos de partido merecen un capítulo especial en la historia de la Liga. Con 90-86, anotó una suspensión desde seis metros tras asistencia de Jason Terry. En el ataque siguiente, los Heat continuaron inmersos en su alarmante colapso ofensivo. Ni Udonis Haslem ni Lebron (falló dos triples consecutivos) fueron capaces de encontrar el aro de los Mavericks. Casi sin tiempo para que la defensa de Miami se colocara, el infalible tirador alemán se inventó una bandeja de manual aprovechando el magnífico pase de Shawn Marion: 90-90 a falta de 57 segundos. Los rostros en el banquillo de Miami se convirtieron en un auténtico poema. Mitad alucinación, mitad congoja, el equipo de Erik Spoelstra no supo asimilar el parcial encajado. De soñar con el anillo a despertarse de forma virulenta con el empate. James, que se tiró hasta las zapatillas en plena remontada de Dallas, no se atrevió en el momento decisivo. Dwayne Wade fue el encargado de intentar el rescate de la franquicia de Florida. Pero el aro escupió su triple desesperado. Rebote para Nowitzki. Ataque en estático, bloqueo directo de Chandler y triplazo del alemán. 7 puntos consecutivos. 90-93. El mazazo pudo ser definitivo, pero una genialidad desde la pizarra de Spoelstra (unida a la empanada defensiva de Jason Terry) dejó libre a Mario Chalmers quien, a falta de 24 segundos, no perdonó con un triple a escasos centímetros del banquillo de los Mavericks. Empate. Otra vez. Y última posesión para Dallas.

Ni uno solo de los millones de espectadores que vivieron el desenlace de partido en todo el planeta tuvo dudas respecto a qué jugador iba a lanzar (y enchufar) el tiro ganador. Nowitzki. Dirk Nowitzki. No fue un triple. Ni una de esas suspensiones fade away marca de la casa con uno de los pies ligeramente apoyado en la pista. La estrella de Dallas ofreció un auténtico clinic de técnica individual en apenas un puñado de segundos. Chris Bosh aún está buscándolo. Recibió en seis metros, metió la cadera protegiendo el balón y, cuando el pivot de Miami defendía la derecha, trazó un reverso de ensueño hacia la izquierda anotando una de las canastas de su vida. Haslem ni siquiera llegó a puntear la académica bandeja con la zurda del teutón. Ya sin tiempos muertos y a falta de tres segundos, Miami tuvo que jugarse el enésimo tiro forzado del último cuarto. Wade buscó la épica con un triple desde medio campo que no quiso entrar. Mientras se consumaba la debacle en la tierra de Disney, todo el roster de los Mavs rodeaba a Nowitzki en medio del éxtasis. Nueve puntos consecutivos. Baloncesto en estado puro con el sello de un jugador de leyenda. Robin Hood merece el anillo. Pase lo que pase en Dallas. El tercer partido de la serie se disputa en la madrugada del domingo al lunes (2.00h).

[notice]Notas: Los Celtics de 1986 y los Bulls de 1996 seguirán siendo los dos únicos equipos que han terminado unos Playoffs ganando el anillo invictos en casa: 10-0… La última vez que se remontaron 15 puntos en un cuarto cuarto de las Finales fue en 1992 (Bulls ante Blazers)… Los Mavs acabaron el partido con un parcial de 22-5, la segunda vez que remontan 15 puntos en el último cuarto en estos Playoffs… Dallas en casa marcha 7-1 y a domicilio 6-2. Miami en casa marcha 9-1 y a domicilio 4-3… [/notice]

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Larga vida al Rey

Fran Guaita — Wed, 01 Jun 2011 05:17:20 +0000

Heat 92 Mavericks 84

Tres victorias más y el Rey tendrá su corona. Florida sueña con el anillo tras el triunfo de los Heat en el primer partido de las Finales 2011. No será una misión fácil para LeBron -Dallas se ha ganado respeto infinito-, pero Miami volvió a evidenciar en la pasada madrugada que está en condiciones de suceder a los Lakers en el trono de la NBA. James descubrió hace unas horas qué se siente al ganar un partido en la serie final de la mejor liga del mundo. En su única aparición hasta la fecha, San Antonio barría a Cleveland (4-0) en 2007. Anoche, y a la conclusión del Game 1, optó por la prudencia. Un tímido e insignificante gesto de satisfacción y, acompañado de su escudero de lujo, Dwayne Wade, se encaminó hacia las entrañas del American Airlines Arena consciente de que esto acaba de empezar. Los Mavericks suponen una amenaza demasiado evidente como para caer en la autocomplacencia.

El primer partido de las Finales NBA 2011 se ajustó de manera fidedigna al libreto que los gurús habían anunciado en los prolegómenos. Máximo respeto. Defensas académicas. Largas posesiones. Protagonismo para las estrellas. El Big Three a un lado del cuadrilátero. Robin Hood en el otro. Dirk Nowitzki liderando a los Mavericks en su búsqueda desesperada del anillo. Sería terriblemente injusto que el impenitente tirador alemán se retirara sin haber conquistado un título de campeón. Pero así es la NBA. Que le pregunten si no a Karl Malone o John Stockton.

No fue una madrugada sencilla para los Heat. A la conclusión del primer cuarto, Dallas había cumplido con la misión inicial que Carlisle imponía desde la pizarra. Incomodar al Big Three. La franquicia de Texas dejaba a Miami en 16 puntos y, gracias a la electricidad que Jason Terry y Jason Kidd generaban desde el perímetro, los Mavericks se ponían por delante tras los primeros doce minutos (16-17). En el segundo periodo, la decoración no varió de forma sustancial. Bajos porcentajes, buen trabajo defensivo en ambas pinturas y mínimas diferencias. Un triple de Mario Chalmers a 24 segundos para el descanso apretaba hasta la asfixia el electrónico del American Airles Arena (43-44). Los rostros de las más de 20.000 almas congregadas en el santuario de Miami se habían contagiado de la palidez de sus camisetas.

Tras el paso por vestuarios, Dallas lanzó un serio aviso. Tres tiros consecutivos anotados por Shawn Marion, Dirk Nowitzki y DeShawn Stevenson ponían a la franquicia de Mark Cuban ocho arriba (43-51). Minuto de Spoelstra. Mal asunto para los Heat ese 0-7 de parcial pese a las indicaciones recibidas en el intermedio. El controvertido técnico de Miami presionó la tecla adecuada y halló la formula para contener a los Mavericks. Mejoró la defensa local (buenos ajustes sobre Nowitzki, J.J. Barea, Jason Terry)… y balones a Wade. Ocho puntos casi consecutivos del escolta de la Univerisdad de Marquette unidos a una canasta de Udonis Haslem a 2:34 para la conclusión del tercero restablecían las tablas (57-57).

El Game 1 mantuvo su tónica de máxima igualdad hasta la recta final. A falta de 3:06 para la despedida y cierre, de nuevo Dwayne Wade aparecía de entre las sombras para fulminar a Dallas con un triple demoledor. Flash ya frustró el sueño tejano en las Finales de 2006 promediando 34.7 puntos por partido. Anoche le bastó con 22 y 10 rebotes. Pese a la reacción de Nowitzki (27 puntos, 8 rebotes) en los instantes finales, James fue más Rey que nunca. Gracias a un 2+1 con falta de Shawn Marion y, sobre todo, a un alley-hoop de ensueño que diseñó Wade, LeBron finiquitó la historia con insultante autoridad. El segundo partido de las Finales se disputa en la madrugada del jueves al viernes (3.00).

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Dallas conquista el salvaje Oeste

Fran Guaita — Thu, 26 May 2011 04:35:56 +0000

Tras un partido durísimo, de máxima exigencia, el equipo que dirige Rick Carlisle accede a las finales de la NBA por primera vez desde 2006. El quinto de la serie contra Oklahoma City fue el ensayo general perfecto para preparar la más que posible batalla definitiva contra Miami.

Mavericks 100 Thunder 96

Otra vez remontada. Otra vez en el último cuarto. Otra vez Nowitzki. En esta ocasión, con la inestimable ayuda de Shawn Marion. Un triple del impenitente tirador alemán a falta de 1:14 unido a una jugada de tres puntos con el sello de Matrix sellaron el triunfo tejano. 14-4 de parcial en los últimos cuatro minutos. Misión cumplida. Dallas Mavericks ya es flamante finalista de la NBA después de eliminar a Oklahoma en cinco partidos. Previamente quedaron en el camino Blazers (4-2) y Lakers (4-0). La franquicia de Texas se impone en el Oeste. Y lo hace enviando un nítido mensaje a Miami: venganza. Nowitzki y compañía buscan la redención tras su derrota en las Finales de 2006.

No fue una noche plácida en el American Airlines Center. Ni mucho menos. Lógico a estas alturas de la temporada. Como ha ocurrido en tres de los cinco partidos de la eliminatoria, Dallas tuvo que remar de lo lindo para llegar a la orilla. Oklahoma buscó el 3-2 desde el salto inicial. Y a punto estuvo de conseguirlo. El equipo que dirige Scott Brooks no renunció a su estilo, pero trabajó duro para solventar las carencias que había evidenciado a lo largo de la serie. Empezando por las pérdidas, auténtico lastre, por ejemplo, en el cuarto partido (Anoche fueron únicamente 13, frente a las 25 cometidas en la madrugada del lunes al martes). Los Thunder también dominaron el rebote (44-49) y la anotación desde el banquillo (36-40).

Pero nada es suficiente ante estos intratables Mavericks. Ni los 31 puntos de Russell Westbrook. Ni los triples letales de Kevin Durant. Ni el partidazo que, por enésima vez, firmó ese jugón llamado James Harden (23 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias con 7/11 en tiros de campo). Rick Carlisle ha armado un equipo con mayúsculas que jamás desaparece en la pista. Incluso en esos días grises en los que el aro escupe tiros que en otras ocasiones siempre entran. Cuando el escenario se complica en ataque, Dallas muerde atrás y encuentra una vía para correr y anotar. Cuando Kidd se queda sin aire en los pulmones, aparece Barea y electrifica al playmaker rival. Cuando Terry y Stevenson no enchufan desde el perímetro (3/16 en tiros de campo anoche), Shawn Marion da un paso al frente (26 puntos, 8 rebotes) y se coloca a la derecha del, hasta el momento, MVP de estos playoffs. Nowitzki ha jugado el mejor baloncesto de su vida y ya tiene a su equipo donde quería. En la gran final de la NBA. Si logra eliminar a los Bulls, Miami tendrá un rival durísimo. Dallas ha tejido un aura de superioridad difícil de destruir. Nos esperan unas finales sencillamente espectaculares. Mark Cuban habló claro al público del pabelló: «No hemos terminado». We love this game.

[notice]Notas: Dallas ha ganado 10 de los últimos 11 partidos que ha jugado en los Playoffs… Es la segunda vez en la historia de la franquicia que Dallas es campeón de la Conferencia Oeste, la primera fue en 2006… Dallas disfrutará, como mínimo, de seis días de descanso antes de las Finales de la NBA… Dirk Nowitzki ha promediado en las Finales de Conferencia 32,2 puntos por partido y 11,4 puntos el cuarto cuarto… Mavericks, Spurs y Lakers son los únicos 13 equipos que han ganado la Conferencia Oeste en los últimos 13 años…[/notice]

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Así es el nuevo entrenador de los Lakers

Fran Guaita — Wed, 25 May 2011 20:41:57 +0000

Formado en la Universidad de San Diego, aquel devoto apasionado por el baloncesto que inició su carrera en la NBA como coordinador de vídeos y scouting de los Nuggets en 1992, hoy se ha convertido en entrenador jefe de los Lakers. Uno de los trabajos más fascinantes y a la vez exigentes del mundo. Alumno aventajado de Dan Issel en el laboratorio de Denver, no tardó en recibir ofertas de diversas franquicias. Antes de aceptar el cargo como head coach de los Cavaliers en 2005, trabajó como asistente de Washington, Indiana Pacers y San Antonio Spurs, donde conquistó el anillo en 2003.

Dos años después le llegó la primera gran oportunidad de su vida. Y no la desaprovechó. En su primera temporada como técnico de Cleveland, alcanzó la mágica cifra de 50 victorias y metió a la franquicia de Ohio en Playoffs. Tras una frenética eliminatoria contra los Wizards (4-2), los Cavs accedían a las semifinales de la conferencia Este por primera vez en 13 años. No pudieron superar el escollo de Detroit (4-3), pero Mike Brown se ganó la consideración de entrenador revelación en su estreno en la Liga. Fue sólo el principio de una travesía marcada por el éxito. Los Cavaliers rozaron el cielo en 2007. Temporadón y venganza ante los Pistons en finales de conferencia. Sólo el excelente nivel de San Antonio, liderado por el MVP Tony Parker, privó a LeBron de conquistar el anillo en las Finales de la NBA.

Muchos de los gurús del baloncesto norteamericano apostaban por Cleveland como campeón a corto plazo, pero aquella fue la única final de la NBA que tuvo el privilegio de vivir el Quicken Loans Arena. Pese a firmar dos temporadas regulares por encima de las 60 victorias (66-16 en la 2008/09 -fue elegido entrenador del año- y 61-21 en la 2009/10 que le sirivieron para auparse al quinto puesto de los entrenadores con mejor porcentaje de victorias de la historia, 66,3%), Orlando y Boston helaron el corazón de todo el estado de Ohio. El fracaso en la búsqueda del cetro para el rey LeBron le costó el cargo a Mike Brown, que decidió tomarse un año sabático y esta temporada ha formado parte del staff de analistas de la ESPN.

Graduado en el instituto Wuerzburg American (Wuerzburg, Alemania), Brown es una apuesta personal de Jim Buss, vicepresidente de los Lakers. Asumida la salida de Phil Jackson y tras la esperpéntica eliminatoria ante Dallas, la franquicia buscaba un técnico de perfil defensivo con el que iniciar la reconquista. Mike Brown lo es. Sus Cavaliers siempre figuraron entre los equipos que menos puntos recibían en la NBA. Ron Artest fue elegido mejor jugador defensivo en 2004 bajo el sistema impartido por Brown como entrenador asistente en los Indiana Pacers. Danny Ferry, General Manager de Cleveland, definió rotundamente su libro de estilo: «Mike supo establecer una ética de trabajo, una identidad defensiva y una cultura de equipo ganador inéditas hasta su llegada al equipo».

Su fichaje ya ha despertado numerosas suspicacias en el entorno de L.A. Hay quien pone en duda su capacidad para gestionar egos (su relación con LeBron fue en ocasiones tempestuosa) e incluso se asegura que Kobe será el jefe del vestuario. Otra corriente de opinión pone en tela de juicio la apuesta de Buss analizando la antítesis que supone contrastar su filosofía de juego con el perfil del roster laker. Pero sus cinco años en Cleveland Cavaliers merecen, como mínimo, el beneficio de la duda. No hay muchos entrenadores que puedan presumir de haber encadenado dos temporadas consecutivas con -como mínimo- 60 victorias. Mike Brown es uno de ellos.

Pese a evidenciar en público su predilección por Brian Shaw, Kobe Bryant marcó el camino a seguir por la franquicia tras su entrevista de final de temporada con Mitch Kupchak: «Si tratamos de construir un equipo campeón, nuestro ADN debe estar basado en la defensa. Siempre. Creo firmemente en ello. No creo que un equipo ganador pueda fundamentarse en el ataque. Hay que construir desde la defensa y el rebote». Hoy es evidente que Jim Buss estaba de acuerdo con Kobe. Mike Brown es el elegido.

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Dios se disfrazó de jugón alemán

Fran Guaita — Tue, 24 May 2011 04:47:46 +0000

Pese a liderar el partido durante casi la totalidad de la madrugada, a Oklahoma le flaqueó el corazón cuando llegó la hora de los valientes. Un error fatal que supo aprovechar Dirk Nowitzki. El impenitente tirador alemán anotó 14 puntos en los últimos minutos de partido para forzar la prórroga. En el tiempo extra, la intensidad defensiva de Jason Kidd y Shawn Marion hicieron el resto. Dallas tiene pie y medio en las Finales de la NBA.

Thunder 105 Mavericks 112 Prórroga

Tras fallar su último triple en la recta final de partido, Kevin Durant se arrodilló sobre la pista del Oklahoma City Arena con la cabeza escondida entre los brazos. De forma incomprensible, los Thunder habían dejado escapar 15 puntos de ventaja en los últimos 5 minutos de la regulación y, con ellos, casi todas sus opciones de clasificarse para las Finales de la NBA. De nada sirvieron los 29 puntos y 15 rebotes de Durant. O los espectaculares números de Russell Westbrook, una vez más flirteando con el triple doble. Las estadísticas quedan relegadas a un segundo plano si analizamos sus errores en la dirección y la elección de tiro cuando se estaba decidiendo el partido. Ahora Dallas tiene tres oportunidades para ganar un partido. Una victoria que certificaría su presencia en la última escala hacia el sueño del anillo.

Los Mavericks pueden ir encargando la estatua dedicada a un jugador estelar que hace años viene mereciendo la oportunidad de convertirse en rey de la NBA: Dirk Nowitzki. Está jugando el mejor baloncesto de su vida. Y es el alma del virtual campeón de la conferencia Oeste. Anoche, con su equipo perdiendo 99-84 a falta de 5:06 para la conclusión del partido, se sacó de la chistera varios tiros de manual que, unidos al cortocircuito y los nervios de OKC en ataque, metieron a Dallas de nuevo en el baile. 12 puntos prácticamente consecutivos con los que el cañonero alemán heló la sangre de Kevin Durant, Russell Westbrook y compañía. El talento no tuvo esta vez respuesta para la calidad, el dominio del clutch time y el tiro académico e implacable de Nowitzki. Nick Collison tendrá serios problemas para conciliar el sueño esta madrugada. Lo intentó todo para frenar a Dirk. Pero hay noches que es mejor quedarse en casa.

Ya en la prórroga, las nefastas decisiones en ataque de Oklahoma (Kevin Durant siguió perdiendo balones, 9 en total) condenaron a la franquicia del trueno. A Dallas le bastó con el oficio atrás de Jason Kidd y Shawn Marion. El propio Kidd, con un triple lateral tras finta a Westbrook, y dos tiros libres, sellaba el tercer triunfo en la eliminatoria para los Mavericks. Dirk Nowitzki terminó con 40 puntos (60% en tiros de campo) y Jason Kidd con 17 tantos, 5 rebotes, 7 asistencias y 4 robos.

El quinto -y puede que definitivo- partido de la serie se disputa en Dallas la madrugada del miércoles al jueves (3.00h).

[notice]Notas: Es la primera vez en las últimas 15 temporadas que un equipo remonta un partido de Playoffs perdiendo por 15 puntos o más a falta de 5 minutos… En los cuatro partidos jugados de Finales de Conferencia, Dirk Nowitzki promedia 11,5 puntos en el último cuarto con un 58,6% de acierto en el tiro… El marcador ha significado el segundo tropiezo consecutivo de los Thunder por primera vez en Playoffs y la primera vez en seis meses que han perdido dos partidos en casa en seis meses… Sólo ocho equipos en la historia de la NBA han remontado un 3-1 y de esos ocho sólo dos lo hicieron con el factor cancha en contra. Hasta el momento ha habido 200 eliminatorias con 3-1 y el equipo que se ha puesto 3-1 ha ganado 192 de esas 300 eliminatorias (96%)… Dallas ha jugado cuatro partidos esta temporada en Oklahoma City y ha ganado los cuatro… El parcial de los últimos 10 minutos de partido (contando último cuarto y prórroga) fue de 6-28 para Dallas Mavericks… Nowitzki es el cuarto jugador en activo con más partidos de +40 puntos en Playoffs (7) tras Shaquille O’Neal (12), Kobe Bryant (11) y LeBron James (9)… Los Thunder han jugado un total de 15 prórrogas en 13 partidos esta temporada para un resultado de 9-4 a su favor. Dallas jugó anoche sólo su segunda prórroga del año. [/notice]

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Brian Shaw, la apuesta lógica

Fran Guaita — Sun, 22 May 2011 18:08:33 +0000

«Su vacío es tremendo. Se le echará de menos en momentos de la temporada. El nuevo entrenador tendrá mucha responsabilidad porque deberá llenar un hueco muy grande». Son palabras de Pau Gasol en la excelente entrevista que Jesús Sánchez realizó para Marca hace unos días en Los Ángeles. Habla de la impronta que ha dejado Phil Jackson en las entrañas del Staples Center. Una retirada anunciada, pero igualmente traumática para la franquicia californiana, a la que no se le permite fracasar. Quizá por ello la cúpula de los Lakers, formada por el doctor Jerry Buss, su hijo Jim y el General Manager , Mitch Kupchak, trabaja desde hace días en la confección de una lista de candidatos que estén capacitados para dirigir el primer proyecto de L.A. en la búsqueda del anillo número 17.

De forma casi oficial, los Lakers ya han mostrado su interés por contactar con Rick Adelman, el hombre de las 945 victorias en 20 temporadas NBA. Adelman, que ya ha dirigido a Houston, Portland, Golden State y Sacramento, cumplirá 65 años el próximo mes de junio. Su método y estilo poco o nada tienen que ver con el de Phil Jackson pero, sin duda, se trata de un técnico con la experiencia necesaria para gobernar con cierta autoridad una plantilla plagada de egos y con ansias de reivindicarse tras el 4-0 ante Dallas. Otro de los nombres que suena con fuerza en la Avenida Figueroa es el de Mike Dunleavy. Ya dirigió a los Lakers entre 1990 y 1992. De hecho, disputó las Finales del 91 contra Chicago Bulls, año en el que Michael Jordan conquistó su primer anillo de campeón. En L.A. se asegura que Dunleavy es el favorito de Jim Buss, vicepresidente y hombre más influyente de la franquicia. Él será el responsable de elegir entrenador. Jim tendrá que decidir si hay reconstrucción o continuismo. Para la primera de las alternativas, Adelman y Dunleavy no son los únicos nombres de los que se habla a orillas del pacífico. Mike Brown o Jeff Van Gundy también serán sondeados en las próximas horas para conocer su disposición a aceptar el cargo de técnico en Lakerland.

Otros nombres parecen directamente descartados ya que los Lakers han manifestado públicamente su negativa absoluta a pagar a otras franquicias (via picks del Draft o en cash por fichar a un entrenador con contrato en vigor. Es el caso de Byron Scott (Cleveland Cavaliers) o Nate McMillan (Portland Trail Blazers).

Si el debate interno en las oficinas del Staples Center evoluciona hacia una apuesta decidida por el continuismo, Brian Shaw será el escogido. De hecho, sería la alternativa perfecta para los Lakers que vienen. Ninguno de los técnicos sondeados en las últimas horas ofrece garantías al cien por cien. Es más, tras casi una década aplicando el triángulo ofensivo de Tex Winter, podría resultar traumático un cambio radical en el rumbo del equipo. Una transición hacia otra filosofía, hacia un modelo diferente de juego no garantiza resultados inminentes. Y en L.A. la paciencia simplemente no existe. Menos aún tras un 4-0 contra Dallas. Hollywood clama venganza. Y exige que la franquicia esté en condiciones de luchar por el anillo la próxima temporada. Si Buss y Kupchak optan por mantener el núcleo del equipo actual (Kobe-Pau), aún traspasando a Lamar Odom o Andrew Bynum, la elección de Shaw se antoja la más adecuada. Controla a la perfección a los jugadores, tiene su respeto y conoce el juego: 15 años como profesional y desde su retirada en 2003 ha crecido de forma incesante como asistente de Phil Jackson. Se ha sentado a la derecha del Maestro en cientos de noches. Es el ungido. El hombre designado por PJ para sucederle en Lakerland tras su abdicación anunciada. Además, su nombramiento tendría el beneplácito de Kobe Bryant. No se puede pedir más.

La duda que nos queda es si los Buss, quienes no han tenido relación alguna con Phil Jackson en los últimos años, van a querer apostar por un entrenador jefe novato y que puede significar que la sombra de Jackson aún planee sobre la pista del Staples.

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Dallas también sabe ganar sin Nowitzki

Fran Guaita — Sun, 22 May 2011 05:57:29 +0000

Pese al atípico partido de Dirk Nowitzki (7/21 en tiros de campo), Dallas únicamente sufrió en la recta final. La vieja guardia de los Mavericks (Kidd-Stojakovic-Marion) tiró de galones y la franquicia de Mark Cuban recupera el factor cancha en la final de la conferencia Oeste.

Thunder 87 Mavericks 93

Madrugada extraña en el Oklahoma City Arena. Extraña y oscura. Porque apenas brillaron las estrellas. No fue la noche de Kevin Durant (0/8 en triples). Mucho menos de Russell Westbrook (8/20 en tiros de campo y 7 pérdidas). Y Dirk Nowitzki no llegó a alcanzar su nivel habitual, digno del MVP. A Dallas tampoco le hizo demasiada falta. Los Mavericks edificaron una considerable ventaja (12-35, en el inicio del segundo periodo) y, pese al sufrimiento final con colpaso en ataque incluído, recuperan el factor cancha en esta final de conferencia del salvaje Oeste.

El tercer partido de la serie arroja una preocupante lectura para Oklahoma. Si los Thunder son incapaces de superar a Dallas pese al irregular partido de Nowitzki, mal asunto. Y así fue. Espoleada por la derrota en la madrugada del jueves al viernes, la franquicia tejana inició la batalla a un nivel incontenible. Por momentos, la circulación en estático, la intensidad detrás, el dominio del rebote y el alto porcentaje de tiro recordaron al Game 4 contra Lakers. Scott Brooks incluso llegó a despeinarse, quebrando ese look ochentero en plan Michael J. Fox. Sus gestos e indicaciones constantes desde el banquillo no llegaron al ‘coco’ de sus discípulos, quienes firmaron el peor primer cuarto en todos los playoffs: 12-27. Dallas 15 arriba… con sólo 2 puntos de Nowitzki. En lugar del alemán, Shawn Marion, Peja Stojakovic y Jason Kidd dieron un paso al frente. La vieja guardia explota el elixir de la eterna juventud. Si mantienen el nivel de anoche, Dallas jugará las Finales. No hay ninguna duda. Al trío de jugones se unió en el segundo cuarto el que muy probablemente está siendo el mejor sexto hombre de estos playoffs: Jason Terry. Sus 7 puntos contribuyeron a prolongar el liderato de los Mavericks al descanso (36-52).

Tras el paso por vestuarios, apenas cambió la decoración. Un triple de Dirk Nowitzki y dos tiros libres de Jason Kidd prácticamente decidían el duelo a falta de un minuto para la conclusón del tercer periodo (52-70). Westbrook y Durant no dispusieron anoche de la aportación de los secundarios en la franquicia del trueno. Ningunó de los sospechosos habituales procedentes del banquillo de Oklahoma alcanzó las dobles figuras. El futuro jugador de la Ñ, Serge Ibaka, se quedó finalmente en 9 puntos y 7 rebotes. Con todo en contra, y contagiados por la energía constante que llegaba desde las gradas del Oklahoma City Arena, los Thunder tiraron de orgullo en la recta final y se metieron en el partido. Fue hallar una vía de agua en la granítica defensa de Dallas y 31-18 de parcial. Recital ofensivo, por fin, del tridente de jóvenes con más talento de la liga: Durant-Westbrook-Harden. Un triple del playmaker californiano redujo la diferencia a 5: 83-88. Kidd falló un tiro libre y Kevin Durant puso la emoción restando 24 segundos (85-89). En el momento decisivo, Nowitzki y Terry acertaron desde la línea de tiros libres. Dallas lidera 2-1 la serie. El cuarto partido de la eliminatoria se disputa en la madrugada del lunes al martes (3.00h).

[notice]Los Thunder terminaron con 1 de 17 en triples, la segunda peor marca de la historia en Playoffs. El récord negativo lo tienen los Mavericks, con un 1 de 18 en 2005 contra los Suns…[/notice]

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LeBron destroza la pizarra de Thibodeau

Fran Guaita — Thu, 19 May 2011 04:15:00 +0000

El elegido irrumpe en la final de conferencia Este. Con nueve puntos en el momento decisivo de la madrugada, LeBron silenció al United Center y Miami recupera el factor cancha. Bien secundado por Wade, Chris Bosh y el factor Haslem, James hizo añicos la pizarra de Tom Thibodeau. Defensa, rebote, equipo y una leyenda: LeBron James. Quiere el anillo. Y su misión parece de todo menos imposible.

Bulls 75 Heat 85

Queda serie. Mucha serie. Miami recupera el factor cancha tras asaltar el United Center dos días después de perder de forma estrepitosa en el estreno de la final de conferencia Este. Por momentos, y en especial en la recta final de partido, la franquicia de Florida recuperó su mejor versión defensiva. Los Heat fueron un verdadero equipo en el último cuarto. Dominio del rebote (41-45), control y defensa de manual ante Derrick Rose -el MVP finalizó la madrugada con un preocupante 7/23 en tiros de campo-, mejores porcentajes y, como no, King James. LeBron dio un paso al frente. Una zancada gigantesca. Recital incontestable: 29 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias. Sus prestaciones en la hora de los valientes acabaron con la resistencia de los Bulls. James anotó 9 puntos en los últimos 4:27 para certificar el triunfo del equipo de Erik Spoelstra.

Férreo rival Chicago. Como ya ocurriera en la madrugada del lunes al martes, arrancó el partido enchufadísimo. Gran intensidad detrás, trabajo defensivo hasta la extenuación, ayudas constantes, traps académicos contra James y Dwayne Wade. Una auténtica lección de conocimiento del rival a cargo de Tom Thibodeau. Con triplazo de Luol Deng desde su propio campo y at the buzzer, los Bulls finalizaban el primer periodo siete arriba (26-19). Spoelstra buceaba en las profundidades de su rotación. Preocupado por la derrota parcial en la batalla por el control del rebote y los problemas de faltas personales de Joel Anthony, recurrió a Udonis Haslem -puede ser una de las claves de la serie- e incluso a Jamaal Magloire y Juwan Howard. La respuesta, sin embargo, llegó procedente de la galaxia Flash. Dwayne Wade anotó 12 puntos en el segundo cuarto. Incontenible. El genuino solo de guitarra. Que razón tenía Andrés Montes. Todos los jugones sonríen igual. Miami recuperaba la ventaja en el intermedio (46-48).

Tras el paso por vestuarios, aparecieron las defensas. Thibodeau y Spoelstra debieron tirar de pizarra en la pausa. Cada canasta suponía una vida para los flamantes finalistas del Este. Los Heat resultaron ganadores de la guerra de guerrillas. Limitada la genialidad de Derrick Rose, Chicago ve reducidas sus opciones. Al 99%. A falta de tres minutos para la conclusión del tercero, Miami disfrutaba de una cómoda renta de once puntos (56-67). Fue el periodo de Udonis Haslem. Con nueve puntos casi consecutivos, el versátil pivot del Instituto de Florida encendió las alarmas en la pintura de los Bulls.

Pero de nuevo apareció el alma de Chicago. El deseo mayúsculo de hacer historia. El hambre de ganar. Contra las cuerdas y prácticamente con todo en contra, la franquicia de Illinois volvía a meterse en el partido gracias al estallido del períimetro. Rose y Ronnie Brewer encontraron por fin una vía de agua en la muralla generada por Spoelstra. Un mate de Taj Gibson en el ecuador del último cuarto devolvía las tablas al electrónico: 73-73. Vuelta a empezar. Partido nuevo. Fue el momento James. Un triple y tres tiros estratosféricos para los que Chicago sencillamente no tuvo respuesta. Miami supo sellar su aro, cerrar el rebote y sentenciar el empate en una eliminatoria con aroma a batalla épica. Desde su privilegiada butaca en la guarida de los toros y luciendo el anillo que conquistó con los Lakers en el 85, Pat Riley esbozó una discreta sonrisa. La serie viaja ahora al estado de Florida. El tercer partido de la serie se disputará en la madrugada del domingo al lunes (2.30h).

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Chicago golpea primero

Fran Guaita — Mon, 16 May 2011 06:35:48 +0000

Es sólo un 1-0, pero mucha atención a la forma con la que Chicago consigue el primer triunfo en la final de la conferencia Este. Repaso táctico, exhibición defensiva, +21 de parcial en la segunda mitad, una gran defensa de Luol Deng a Lebron James y la impresión de que Tom Thibodeau, entrenador del año, tiene la receta para congelar el calor abrasador de Florida. Mientras, en el Oeste, recital de Kevin Durant y Russell Westbrook. Oklahoma se verá las caras con Dallas. Una final enorme. Sólo queda agradecerle a Memphis que nos haya permitido soñar durante estas semanas para el recuerdo.

Bulls 103 Heat 82

Y eso que Derrick Rose no empezó el partido al nivel MVP del resto de la temporada. Demasiadas pérdidas inhabituales. Quizá incluso nervios por la importancia del momento. Tan mal se vio el base de la Universidad de Memphis que en el descanso pidió perdón a sus compañeros de vestuario. La conjura de Chicago en las entrañas del United Center surtió el efecto deseado desde el inicio del tercer cuarto. Con triples de Rose, Luol Deng, Keith Bogans y la intensidad de Carlos Boozer y Joakim Noah en la pintura, la franquicia con el mejor record del Este ampliaba su diferencia a nueve puntos (72-63). Thibodeau apostó por las profundidades de su banquillo en el último periodo. Fue un enorme acierto. A ocho minutos de la conclusión, el partido estaba sentenciado. Un parcial de 11-3 con aportación decisiva de Ronnie Brewer, Omer Asik y CJ Watson acabó por liquidar al gran aspirante al anillo. Incluso Taj Gibson se unió a la fiesta con dos mates brutales (ver vídeo).

En Miami, el Big Three se redujo esta vez a Big One. Chris Bosh mantuvo el tipo con 30 puntos y 9 rebotes. Ni Lebron James (15 puntos con una serie de 5/15 en tiros de campo), excelentemente defendido por Luol Deng, ni Dwayne Wade fueron capaces de aproximarse al espectacular rendimiento ofrecido a lo largo de los últimos meses. Sería extrañísimo verles encadenar dos malos partidos. Casi imposible. El segundo partido de la serie se disputa en la madrugada del miércoles al jueves (2.30h).

Thunder 105 Grizzlies 90

Punto y final al sueño de Memphis. Un equipo con mayúsculas que puede marcharse de vacaciones con la cabeza altísima. Se cargaron a la franquicia con el mejor record del salvaje Oeste y, cuando casi todo el mundo les daba por muertos, han alargado a siete la serie contra Oklahoma Thunder. Analizando su rendimiento en las últimas semanas, sería incomprensible que los Grizzlies permitieran la disolución de la sociedad Zach Randolph-Marc Gasol. Las torres gemelas de Memphis pueden dar mucho que hablar.

Mientras llega ese momento, otra pareja fue la decisiva anoche en el Ford Center. Tras firmar su peor actuación de los Playoffs en el sexto partido, Kevin Durant dio un paso al frente: 39 puntos con una serie de 13/25 en tiros de campo, cuatro triples incluidos. Memphis no encontró esta vez la respuesta defensiva adecuada al vendaval Durant. Russell Westbrook fue el aliado perfecto para KD. Partidazo histórico el suyo: 14 puntos, 10 rebotes y 14 asistencias. Sólo cuatro jugadores habían conseguido hasta la fecha un triple-doble en un Game 7 de pPlayoffs: Jerry West, Larry Bird, James Worthy y Scottie Pippen. Casi nada al aparato. Con el combo de los Thunder jugando a este nivel, es utópico pensar en la eliminación de Oklahoma. Circunstancia que todavía otorga más mérito a la proeza que los Grizzlies han rozado con la punta de los dedos. Si este verano realiza el trabajo adecuado desde los despachos, Memphis será una franquicia a tener en cuenta la próxima temporada. Sin duda. La final de conferencia Oeste entre Thunder y Mavericks arranca en Dallas la madrugada del martes al miércoles (3.00h).

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Memphis merecía el séptimo

Fran Guaita — Sat, 14 May 2011 06:10:06 +0000

Grizzlies 95 Thunder 83

El primer séptimo partido en los playoffs de la NBA desde aquellas legendarias Finales que disputaron Lakers y Celtics en 2010 tenía que protagonizarlo Memphis. Los Grizzlies han ofrecido a la liga toda una lección de orgullo, corazón, resistencia, alma de campeones. Anoche, cuando nadie daba un dólar por ellos (44-54 al descanso), supieron rebuscar en su repertorio y encontrar de nuevo la fórmula del éxito: defensa, rapidez y constantes penetraciones en ataque buscando personales o doblar el balón a un tirador abierto y, como no, Zach Randolph. El parcial de la segunda mitad (51-29) muestra bien a las claras que, cuando Memphis logra reunir todas estas virtudes durante un buen puñado de minutos, es una franquicia a tener muy en cuenta.

Lo de Randolph merece punto y a parte. Habrá opiniones para todos los gustos. Pero, para el arriba firmante, está jugando el mejor baloncesto desde su llegada a la NBA en 2001. El pivot de la Universidad de Michigan State realizó un segundo tiempo de ensueño. Lo metió (casi) todo. No importaba el defensor que tuviera delante. Ni Serge Ibaka, ni Nick Collison -al que hizo un traje con varios tiros increíbles en el tercer cuarto- ni el mismísimo Kevin Durant pudieron hacer frente a esa zurda de seda que tiene a los Grizzlies a 48 minutos del sueño de la final de conferencia. Randolph acabó el partido con 30 puntos y 13 rebotes. Los constantes cambios en la asignación defensiva ordenados por Scott Brooks no funcionaron esta vez. Z-Bo tuvo una de esas noches en las que los grandes cracks de la NBA ven el aro como una piscina olímpica.

Pero Zach Randolph no estuvo solo en la misión grizzlie de forzar el partido definitivo. Todos los titulares ofrecieron las prestaciones de rigor. Marc Gasol flirteó con el doble doble (8 puntos, 9 rebotes con 3/8 en tiros de campo), O.J. Mayo fue el complemento desde el perímetro para Z-Bo generando 16 puntos. Magistral en la dirección Mike Conley (11 puntos, 12 asistencias) y todo un referente defensivo Tony Allen. Mantuvo sus buenos porcentajes (4/6 en tiros de campo para enchufar 10 puntos) pero a la vez fue un incordio permanente para Kevin Durant. La intensidad y rapidez de piernas y manos de Allen fue una de las grandes claves de la madrugada. Durant quizá realizó su peor partido de la eliminatoria quedándose en 11 puntos (3/14 en tiros de campo, 1/9 en triples). El gran peligro para Memphis es que una estrella de su nivel jamás juega tan mal dos partidos consecutivos. El domingo, a las 21.30h, la respuesta en el séptimo de la serie. No se puede pedir más.

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El futuro de la plantilla de L.A. Lakers

Fran Guaita — Fri, 13 May 2011 14:00:13 +0000

Tras su traumática eliminación ante Dallas Mavericks en semifinales de la conferencia Oeste, los Lakers viven inmersos en el periodo más incierto de su historia reciente. La cúpula angelina (el propietario Jerry Buss, su hijo Jim y el General Manager, Mitch Kupchak) se debate, esencialmente, entre dos alternativas. Por una parte, tienen la posibilidad de iniciar un proceso de metamorfosis en la rotación traspasando a uno -o varios- de sus pesos pesados (Pau Gasol, Andrew Bynum, Lamar Odom o Ron Artest). La otra vía pasa por mantener el bloque ganador de dos anillos y dotar al futuro técnico de un fondo de armario más competitivo del que ha dispuesto Phil Jackson en esta última temporada.

Magic Johnson, uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA y actual vicepresidente de L.A., no se mordió la lengua instantes después del 4-0 ante Dallas. «Los Lakers son demasiado lentos y no tienen atletas. Ésta es una liga muy atlética ahora, fíjate los equipos que están ahora en playoffs: todos corren y saltan alto. Creo que el Doctor Buss tiene mucho trabajo que hacer. Probablemente va a tener que deshacer el equipo y hacer un cambio radical». En honor a la verdad, los Lakers no tienen demasiado margen de maniobra. El núcleo duro de la franquicia tiene contrato garantizado -como mínimo- hasta 2013. Sin ir más lejos, el valor de la plantilla supera los 91 millones de dólares la próxima temporada. Quizá por ello la opinión del General Manager respecto a posibles modificaciones tiene poco o nada que ver con la de Magic Johnson: «Manteniendo el bloque de jugadores importantes, pensamos que seremos capaces de luchar por el anillo el próximo año. Quizá tengamos que meditar la opción de mejorar determinadas parcelas, pero es algo que no nos hemos planteado en este momento». Es evidente que Mitch Kupchak todavía no tiene instrucciones específicas de la familia Buss.

Pese a las críticas recibidas tras sus decepcionantes prestaciones en los playoffs 2011, resulta casi utópico pensar en un traspaso que involucre a Pau Gasol. Es el principal escudero de Kobe Bryant y no tendría sentido deshacerse del complemento perfecto para el ’24’, pieza indiscutible en la conquista de los anillos en 2009 y 2010. Si los propietarios de los Lakers buscan una operación con la que liberar contratos elevados, adquiriendo una estrella o varios jugadores de complemento, tres son los candidatos. El principal es Andrew Bynum. Preocupan sus rodillas, no gustó en absoluto la conducta antideportiva e inmadura con aquella falta flagrante a J.J. Barea y, quizá lo más importante, ganará 15 millones de dólares en 2012. Mucho más de lo que ha demostrado merecer hasta la fecha. Otra de las opciones es Lamar Odom. Mejor sexto hombre de la liga, no tiene un contrato especialmente prohibitivo (8’9M) y le avala su versatilidad y facilidad para el rebote. Jugaría 30 minutos en buena parte de las franquicias de la NBA. Tampoco es descabellado pensar en un traspaso que incluyera a Ron Artest. Tocó techo en 2010. Fue esencial en las Finales ante Boston Celtics. Pero se le ha parado el reloj. No llega a los 7 millones de dólares anuales, pero hay que ser muy valiente para apostar por uno de los elementos más díscolos e imprevisibles que ha generado el baloncesto norteamericano en décadas.

De los secundarios es mejor no hablar. Joe Smith, Theo Ratliff y Trey Johnson no continuarán porque finalizan contrato, El resto de los complementos no ha funcionado esta temporada. Sería extraño que alguna franquicia con un mínimo de aspiraciones se la jugara por Luke Walton (5’6M) o Steve Blake (4M). El caso de Shannon Brown y Matt Barnes es distinto. Disponen de una player option que raramente ejercerán ya que un cierre patronal les dejaría sin cobrar hasta la reapertura de la competición. Es complicado que continuen en L.A. Sí se mantendrá en la estructura angelina el sempiterno capitán Derek Fisher. A sus 36 años, tiene contrato garantizado hasta 2013, pero la llegada de un base de primer nivel (Chris Paul, Deron Williams) podría relegarle al banquillo. Aceptaría de buen grado un cambio de rol.

Antes de tomar cualquier decisión al respecto de la plantilla, los Lakers tienen que elegir entrenador. La candidatura continuista que representa Brian Shaw, mano derecha de Phil Jackson y hombre de confianza para Kobe Bryant, es la mejor situada en estos momentos. Pero no es la única. Suenan con fuerza otros nombres como el de Rick Adelman o Byron Scott. Será el primer movimiento en un verano de capital importancia para los Lakers. Varios meses en los que las decisones de la familia Buss meterán de nuevo a L.A. en la lucha por el anillo o desembocarán en un inevitable proceso de reconstrucción y travesía por el desierto comparable al que la franquicia experimentó en la década de los noventa.

• Jugadores de L.A. Lakers con contrato en vigor para la próxima temporada 2011/2012: Kobe Bryant, Pau Gasol, Andrew Bynum, Lamar Odom, Ron Artest, Luke Walton, Steve Blake, Derek Fisher, Devin Ebanks.
• Jugadores de L.A. Lakers que dependen de la team option a ejercer por la franquicia: Derrick Caracter.
• Jugadores de L.A. Lakers con player option: Shannon Brown, Matt Barnes.
• Jugadores de L.A. Lakers que finalizan su contrato y no continuarán: Joe Smith, Theo Ratliff, Trey Johnson.

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