El culebrón del verano de 2009 tuvo un protagonista indiscutible: Ricky Rubio. Desde que el base, entonces en el DKV Joventut, decidió presentarse al draft, el joven talento fue el protagonista absoluto del mercado de fichajes. Rubio decidió no dar el salto entonces a la NBA pese a ser escogido con el número 5 del draft por los Minnesota Timberwolves, y firmó un contrato multianual por el Regal F.C. Barcelona.
Este contrato, pese a tener una vigencia de 6 años, permite diferentes cláusulas de salida para Rubio desde el final de la segunda temporada, es decir, desde el verano del 2011. Desde Minneapolis siguen con atención cualquier movimiento que haga entender que Rubio, erigido como el «salvador» de una franquicia que ha vuelto a quedarse muy lejos del playoff, pueda aterrizar la próxima temporada.
La relación entre Rubio y los Wolves no ha sido siempre idílica, llegándose a decir que uno de los mayores impedimentos para que el jugador se desplazara a Minnesota era que su madre no llevaba bien el frío. Pero, según el rotativo local St. Paul Press Pioneer, podría haber cambios pronto. Con el peculiar estilo del periodista Charley Walters, quien acostumbra a obviar las fórmulas típicas de «according to sources» para referirse a sus fuentes en beneficio de un curioso «a little birdie says» («me lo ha dicho un pajarito»), el artículo asegura que la franquicia tiene garantías de la familia de Ricky Rubio de que el jugador «está abierto a firmar con ellos la próxima temporada».
Eso sí, con el condicionante de «si hay temporada». El lockout podría convencer a Rubio de seguir una temporada más en el Regal Barça, donde el joven jugador promedia 5.2 puntos y 4.4 asistencias en la presente liga ACB. Aún así, de ser cierto lo que el «pajarito» asegura, el hecho que el jugador, y su entorno, haya abierto de forma explicita la posibilidad de dejar España para empezar su aventura en la NBA es un paso importante.