El todavía reciente cierre del mercado de traspasos dejó más noticias inesperadas de las que se esperaban. Pero la última jornada de esta ventana, que tuvo en Orlando a su principal animador, tuvo dos de sus grandes titulares en los traspasos que no se llegaron a dar. Después de cientos de rumores anunciando su disponibilidad en el mercado, Kyle Lowry y Lonzo Ball no se han movido de franquicia. Sobre el no-movimiento de este último se ha pronunciado su general manager David Griffin en declaraciones para nola.com:
«Él (Lonzo) me hizo ver claramente que quería quedarse aquí. Cara a cara. Sin embargo, lo que se leía era que es un jugador que no quería estar aquí y que no entraba en nuestros planes […] Esto no tiene ningún sentido cuando conoces la historia real detrás de Lonzo Ball»
Sin embargo, el futuro del mayor de los Ball en Nueva Orleans sigue siendo incierto, en parte por las decisiones tomadas por el propio Griffin en el pasado. Durante la anterior agencia libre Lonzo aún se encontraba en contrato rookie, lo que le daba a Pelicans la opción de asegurarse su continuidad sin posibilidad de negociación. Finalmente, el que firmó la extensión por el máximo fue Brandon Ingram, dejando esta temporada como última prueba de fuego para Ball.
Lonzo ha cumplido su parte, demostrando que puede acallar las dudas sobre su lanzamiento de tres y ser un base eficiente que demande poco balón junto a Ingram y Zion Williamson. Pero el contexto en el que se encuentra es bastante más complicado que esto.
Steven Adams y Eric Bledsoe, pese a ser piezas remplazables, ocupan una porción importante del espacio salarial a largo plazo. Contratos a los que hay que sumar el del mencionado Ingram y el futurible máximo que probablemente firme Williamson.
La situación de incertidumbre no solo está en las oficinas de los Pelicans. El propio Lonzo tendrá que decidir esta postemporada si acepta su opción de oferta cualificada —14.359.936 dólares, la más alta de la historia— para ser agente libre sin restricciones en 2022. O bien otear las opciones que le ofrece el mercado este mismo verano como agente libre restringido.
Esta última decisión pondría a la franquicia de Nueva Orleans en una encrucijada, teniendo que sopesar si iguala la oferta que llegue por su actual jugador. De ello dependerá el análisis que se haga de la presente temporada dentro de unos meses. Ahora mismo, el equipo se encuentra fuera de los puestos de play-in de la Conferencia Oeste. A este respecto, en la misma entrevista, Griffin ha dicho que «hemos visto muestras muy positivas y otras muy alarmantes. Veremos cómo evoluciona la temporada.»
Habrá que agarrarse a la sensación de transición que insinúan las últimas palabras del general manager. Aunque sepamos que Lonzo Ball pretende quedarse, la realidad puede cambiar mucho de aquí a mayo. Las dudas solo se despejarán cuando llegue la próxima agencia libre.
(Fotografía de portada de Steph Chambers/Getty Images)