¿Cuál es el precio a pagar por acceder a unas semifinales de conferencia? Eso lo sabremos quizá en el futuro, pero el riesgo que corre Cleveland, y el propio LeBron James, al exprimirse de esa manera puede ser demasiado elevado.
Ganó Cleveland el séptimo partido a los Pacers (105-101) con un descomunal LeBron James quien, esta vez sí, estuvo algo socorrido por otros compañeros y justo cuando El Elegido no se encontraba sobre el parqué del Quicken Loans Arena. Eso sucedió entre el último minuto del tercer cuarto los casi cuatro del último. Y ahí, Kevin Love y George Hill, quien reaparecía después de tres partidos de baja por problemas en la espalda, lideraron un parcial de 8-0 para los locales que les dio mucho aire (82-74).
Empezamos por narrar ese momento en el que LeBron deja de jugar unos minutos porque ilustra a la perfección hasta qué punto ha sido la influencia de su figura en lo que llevábamos de serie. Cuando a falta de uno minuto para que acabara el cuarto James no solo dejaba la pista sino que se iba a los vestuarios, el líder de Cleveland había jugado todos y cada uno de los minutos del encuentro, estos son 23 y había hecho cosas tan importantes como firmar 26 de los 54 puntos que llevaba Cleveland al descanso.
El efecto Thompson
Una primera mitad que los Cavaliers comandaron (54-43) en parte por la gran labor del de siempre pero también por el factor sorpresa llamado Tristan Thompson, apenas 20 minutos antes de hoy en estos playoffs y que sin embargo cargó el rebote como nadie, descolocó a Indiana desde la titularidad y se fue al descanso con 10 puntos y 10 rebotes. LeBron ya había hecho otras cosas como los 15 primeros puntos sin fallo y demás maravillas que si no fuera porque lo hace a menudo nos tendría a todos completamente locos.
Mientras tanto, Indiana, a arreones, sacaba la cabeza con Darren Collison, difícil de parar para los de Tyronn Lue, y el empuje, a veces descabezado de un Victor Oladipo que terminó con 30 puntos, 12 rebotes, 6 asistencias y 3 robos y que completó un gran encuentro y una temporada inolvidable. Al término de todo, el reconocimiento de su trabajo por parte de LeBron, que le abrazó recién sonada la bocina.
Alarma LeBron
Parecía dominar bien la vida Cleveland, pero LeBron, quien venía de superar los 40 minutos en los últimos encuentros, en una campaña de 82 partidos en Temporada Regular, empezó a dar síntomas de que algo iba mal. Los tiros se le quedaban cortos, fallaba lanzamientos desde el tiro libre. ¿Cansancio? No. Era algo más. Un triple de Bogdan Bogdanovic había colocado el 58-59 para los Pacers poco después del inicio de la segunda mitad, que tomaban la delantera. Un LeBron exhausto, y cerca de los calambres que luego le obligarían a ausentarse unos instantes de la mañana de Ohio, respondió con un parcial suyo de 11 puntos. Y 75-72. Entonces, el desconcierto: un James acalambrado enfila el camino de los vestuarios al filo de la conclusión del tercer asalto.
Responden Love y Hill
Acaba el tercer cuarto con 76-74 para los locales. Y empezaba el último round del último partido de la serie. Y no estaba LeBron. Había desconcierto, sí, porque el hombre que lo hacía casi todo, que había sellado 11 puntos seguidos, no estaba. Había miradas de los jugadores de Cleveland al banquillo, Lue torcía la cabeza también.
LeBron (45 PTS, 9 REB, 7 AST, 4 STL) leads @cavs to Game 7 win with an all-time performance!
James becomes the first player in NBA history to reach those numbers in a Game 7! #WhateverItTakes | #NBAPlayoffs pic.twitter.com/hb7DSEG7k2
— NBA (@NBA) 29 de abril de 2018
Entonces volvió El Rey, pero descansó un poco más en el banquillo, se abrigó, comió fruta. Parecía tranquilo, puesto que Love y Hill, como contamos al inicio, respondían. Por fin había alguien más en los Cavs diferente a LeBron, y a Kyle Korver por momentos. Al final, James regresó con 8 minutos y 20 segundos por celebrarse. Lo peor para Cleveland ya había pasado. Y la mejor noticia es que habían sostenido el duelo con LeBron en modo total y luego sin él.
Lo que vino después fue un James algo limitado por sus problemas pero eficiente igualmente, para irse hasta los 43 minutos, 45 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias y 4 robos. Es la mejor actuación de siempre en un Game 7 de los playoffs. El de Akron jamás había caído en una primera ronda de las eliminatorias por el anillo. Y así sigue.
Suficientes prestaciones, aunque pareció en algunos pasajes del duelo que no lo iban a ser, para que Cleveland accediera a las semifinales del Este. Si bien esta vez, repetimos, contó con la ayuda de piezas de un plantel que hasta ahora había existido en los playoffs casi exclusivamente a la vera de El Elegido. Ahora también, pero sin la exclusividad. Ayudaron otros. Y eso pudo ser el elemento definitorio. El martes, primer partido de las semifinales del Este contra los Raptors.
Indiana, el rival que más de pie pudo caer. Excelente serie, solo marcada por detalles que le condujeron a la eliminación. A veces esto es el baloncesto. Y un gran detalle se llama LeBron, le pese a quien le pese. Y dure lo que dure, que a este ritmo, uno ya no sabe. Pero será apasionante. Y se lo contaremos.