Los Philadelphia 76ers han sido objeto de burlas constantes en todo el entorno NBA durante los últimos años por sus malos resultados temporada tras temporada y por unas decisiones en el draft que cada verano parecían más cuestionables, desde traspasar a un Jrue Holiday que meses atrás había conseguido disputar su primer All-Star a llenar la plantilla de jugadores interiores. La cima de estas burlas a la franquicia llegó cuando el entonces general manager Sam Hinkie, tras una temporada desastrosa del equipo dijo abiertamente en rueda de prensa una frase que ha llegado a convertirse en el apodo del nuevo jugador franquicia, Joel Embiid: «Trust the process«, o «confíad en el proceso».
Ha sido precisamente Embiid quien ha transformado las risas sobre «el proceso» en preocupación por una franquicia que gracias al pívot de 22 años puede estar peleando por cotas interesantes en los próximos años. Su aparición en la liga después de dos temporadas en blanco por recurrentes lesiones en el pie ha superado todas las expectativas que había depositadas en él.
Que Embiid era un jugador con mucho potencial estaba claro desde el principio, no en vano fue elegido con el número tres del draft de 2014. Lo que nadie podía esperar es que el camerunés, en su primer año en la liga, fuera a cambiar la dinámica de una franquicia demasiado acostumbrada a acabar última en la tabla de clasificación, a veces incluso dando la sensación de que eso era precisamente lo que querían los directivos. Lo que está haciendo Embiid, restricción de minutos mediante, es digno de análisis. Y todavía no ha llegado Simmons.
La temporada hasta ahora
Vista la tabla de clasificación y el récord de los Sixers en estos momentos, puede parecer exagerado asegurar que este equipo no está tan lejos de ser muy competitivo. Los de Philadelphia cuentan con 14 victorias y 26 derrotas y son, estadísticamente hablando, el 24º mejor equipo de la liga, con solo Mavericks, Timberwolves, Lakers, Suns, Heat y Nets por detrás. Sin embargo, han ganando siete de sus últimos diez encuentros y hasta el propio Embiid se atreve a soñar públicamente con entrar en Playoffs esta misma temporada. Este ha sido su camino hasta el día de hoy.
Octubre (0-2)
Los Sixers empezaron la temporada perdiendo en casa ante Oklahoma City y Atlanta, aunque Embiid ya demostró en su primer partido que los dos años de espera habían merecido la pena, anotando 20 puntos en apenas 22 minutos de juego.
Noviembre (4-12)
No fue un mes fácil para la franquicia de Philadelphia el de noviembre. De hecho, llegaron a colocarse con un récord global de 0-7 tras perder los primeros cinco partidos del mes, necesitando de una prórroga para conseguir su primera victoria de la temporada en casa ante Indiana Pacers. Embiid anotó 25 puntos pese a jugar tan solo 26 minutos, ya que la franquicia todavía no se ha saltado una restricción de minutos que va a continuar hasta el final de la temporada.El pívot acabó el mes promediando 18 puntos, ocho rebotes y casi tres tapones por encuentro.
Las otras tres victorias de noviembre fueron ante rivales de poca entidad como Phoenix, Washington y Miami, equipos que están decepcionando esta temporada, por lo que todavía no era sencillo prever una mejoría clara en los Sixers este año.
Diciembre (4-10)
Tampoco anduvieron demasiado finos los Sixers en diciembre, aunque sí es cierto que consiguieron ganar en tres ocasiones fuera de casa, algo destacable si tenemos en cuenta que sus primeras cuatro victorias logradas en noviembre fueron en Philadelphia. Embiid, a lo suyo, promediando 20 puntos y siete rebotes y mostrándose realmente como el único candidato a ganar el premio a ‘Novato del año’.
Enero (6-2 provisional)
Los Sixers han logrado ya a estas alturas de la temporada superar las 10 victorias que consiguieron en la campaña 2015-2016. En lo que llevamos de mes han vencido ya a equipos sólidos como Charlotte Hornets, Toronto Raptors o Milwaukee Bucks y posee un mejor récord que San Antonio o Cleveland. Embiid sigue progresando y promedia 23 puntos y nueve rebotes en estos ocho encuentros disputados en el transcurso de enero. Otros jugadores como T.J. McConnell están respondiendo bien a la llamada del entrenador Brett Brown, incluso consiguiendo canastas ganadoras ante Knicks y quitando el puesto de titular a un Sergio Rodríguez que también sigue sólido cuando dispone de minutos para dirigir el ataque.
El entrenador Brown también ha encontrado sitio a un Nerlens Noel que criticó abiertamente su falta de oportunidades a finales de diciembre, aunque esto deja como principal damnificado a un Jahlil Okafor que ahora solo juega los partidos que Embiid se pierde para dar respiro a su pie.
Embiid transforma el equipo
Es relativamente frecuente que novatos en la liga consigan estadísticas muy llamativas cuando juegan en equipos que les dan la oportunidad de jugar minutos y de olvidar la presión. Lo que ya es más extraño es ver a estos jugadores de primer año cambiar totalmente la dinámica del equipo cuando están en cancha y ver a ese mismo equipo echar tanto de menos a un joven que apenas lleva unos meses en la liga. A continuación, unos datos de NBA.com y Basketball Reference que demuestran la importancia de Embiid en los Sixers en el apartado defensivo, centrando las estadísticas en este exitoso mes de enero.
Con Embiid | Sin Embiid | |
---|---|---|
Eficiencia defensiva | 87,9 | 109,5 |
% TC rival | 37,5% | 49% |
% TC rival aro | 48% | 60,4% |
% TC rival pintura | 25% | 40,6% |
Estos números demuestran que Embiid es un talento defensivo de primer nivel. No solamente los tapones que promedia acaban por ser decisivos, sino también la cantidad de tiros que es capaz de afectar con su envergadura y su capacidad de salto.
La importancia de Embiid va más allá del aspecto defensivo, no obstante. Los Sixers rebotean mejor y promedian cerca de seis puntos más por 100 posesiones cuando él está en pista. Y estos números solamente deberían mejorar conforme Embiid se libere de la restricción de minutos y gane experiencia en la liga. El futuro de este jugador en la NBA está más que garantizado y su rol como jugador franquicia indiscutible casi con toda probabilidad también lo está.
El siguiente paso: Simmons
Parecía que el número uno del pasado draft, el australiano Ben Simmons, iba a poder debutar en la liga este mismo mes de enero, aunque precisamente esta semana se publicó la noticia de que el polivalente jugador tendrá que esperar a después del All-Star de mediados de febrero. Simmons es un jugador verdaderamente peculiar, un base que mide 2,08 metros de altura y que pesa 113 kilográmos. Sin embargo, es un jugador con una capacidad atlética con pocos rivales en la liga y su visión de juego y capacidad de pase no tienen mucho que envidiar al de algunos bases puros de la NBA. Brown ha declarado que pretende que Ben Simmons sea el base del equipo, algo que probablemente sea la decisión correcta teniendo en cuenta que esa parece ser su posición ideal.
Pese a esto, no todo sobre Simmons es positivo, ya que su casi nula capacidad de tiro exterior y sus peculiaridades como jugador bien podrían necesitar de algún tiempo de adaptación que podría acabar afectando a una dinámica de unos Sixers que parecen estar encontrando la fórmula para ganar habitualmente en la liga. Es por eso que, introducir a Simmons en el quinteto de manera defectiva va a requerir algunos cambios en el sistema de juego. Es muy probable que Embiid encuentre menos espacio para maniobrar en la pintura una vez comparta pista con un Simmons que también necesita de mucho espacio por dentro para poder aportar en ataque. Afortunadamente para Brett Brown, Embiid ha demostrado tener un tiro de media distancia e incluso de triple bastante eficaz, por lo que podría abandonar la zona en algunas jugadas para que Simmons pudiera penetrar y ser efectivo en ataque.
Hay dudas sobre cómo estos dos jugadores se complementarán en la pista, aunque parece razonable pensar que el talento siempre prospera ante las adversidades.