Detrás del traspaso de James Harden a Houston Rockets hay mucho más de lo que parece a simple vista. El periodista de Yahoo! Sports Adrian Wojnarowski ha desgranado todo en un artículo gracias a las informaciones conseguidas a través de sus contactos entre los equipos y la propia NBA.
Según Wojnarowski, el general manager de Houston Rockets, Daryl Morey, había llamado durante meses a Sam Presti, GM de los Thunder, preguntando insistentemente si había posibilidades de negociar por Harden. La respuesta siempre fue la misma: no.
El interés de los Thunder era firmar a Harden un contrato multianual y garantizar así la continuidad del núcleo que les había llevado hasta las Finales de la NBA en 2012. Pero todo cambió hace unos días cuando las negociaciones entre el representante de Harden y los Thunder no evolucionaban. Presti llamó a Morey para tratar de establecer un posible acuerdo en caso de que Harden no aceptase la última cifra que iban a presentar al jugador.
La penúltima oferta realizada a Harden por los Thunder era de 52 millones de dólares, pero Rob Pelinka, agente de Harden, no la aceptó y voló hasta Oklahoma City para tener una reunión cara a cara con Presti y tratar de conseguir los 60 millones de dólares por cuatro años que buscaba para su cliente.
Pero antes de esa reunión, Presti alcanzó un acuerdo con Morey. Kevin Martin, Jeremy Lamb y tres primeras rondas en 2013 bastarían para que Harden recalase en Houston, quien recibiría por parte de la franquicia tejana un contrato de cinco años y 80 millones de dólares. Los Rockets querían apostar por Harden como jugador franquicia y así estaban dispuestos a demostrarlo en forma de contrato máximo.
Pelinka y Presti se reunieron el sábado por la mañana, pero en Houston ya sabían que si no había acuerdo entre ambos, Harden sería suyo. Y así fue. La última oferta de Presti era de 54 millones de dólares y Pelinka la rechazó consciente que otros equipos como Mavericks, Suns o los propios Rockets le darían el máximo a Harden el siguiente verano, pues su cartel sólo había crecido tras ser elegido Mejor Sexto Hombre en 2012 y ser parte del Team USA en Londres 2012.
Al parecer la propia NBA advirtió a Thunder y Rockets que de ninguna manera podría haber conversaciones entre Harden y Houston de cara a la ampliación de su contrato antes de completar el traspaso. Esas negociaciones serían tras la confirmación del hipotético movimiento y antes del 31 de octubre, fecha límite para ampliar el contrato de los rookies de 2009, como era el caso de Harden.
Todo estaba preparado y dispuesto y así es como ocurrió. Por sorpresa, la NBA, los Rockets y los Thunder anunciaban el importante movimiento a última hora del sábado.
Conformes en Oklahoma
Wojnarowski también incide en que el traspaso no ha sido algo demoledor para la plantilla de Oklahoma City. A Westbrook no le ha entusiasmado ver partir a un gran jugador y compañero, pero en privado admite que confía mucho en Presti y que las adquisiciones de Jeremy Lamb y Perry Jones fortalecerán el juego exterior del equipo. Otros jugadores como Kendrick Perkins también creían inevitable un traspaso. El que Harden se marche ahora evitará meses de rumores y especulaciones de no haber conseguido su renovación antes del día 31.
Al final las decisiones de los despachos pesaron más que lo demostrado en la pista y Presti apretó el gatillo. El actual convenio colectivo obligaría a los Thunder a pagar un impuesto de lujo excesivo de haber concedido el máximo a Harden. Además, en el ambiente quedaba cierto mal recuerdo de como jugó Harden en las pasadas Finales y sus quejas personales —por minutos y tiros— tras el primer partido.
Sam Presti es uno de los mejores general managers de la liga y lo cierto es que ha perdido a Harden, pero a cambio ha conseguido a un anotador como Martin, a alguien muy prometedor como Lamb y elecciones futuras de calidad. Es mucho más que lo que consiguieron los Magic por Dwight Howard, por ejemplo. Los Rockets se quedan con Lin y Harden, un dúo exterior que llamará mucho la atención y que tendrá la misión de convertir a Houston en un equipo con más aspiraciones cada año.