Lotería del Draft: ser el peor no siempre triunfa

En 1985, con la intención de establecer un sistema más justo y que no sólo premiara al peor plantel de cada conferencia, la NBA reformó el sistema de asignación del número 1 y número 2 del Draft. Desde 1966, la liga había determinado mediante un rudimentario lanzamiento de moneda cuál de los dos peores planteles era número 1 del Draft. Un puro cara o cruz que se estableció a mediados de los 60.

Hasta esa fecha, hasta ese Draft de 1966, no había sorteos ni nada parecido, sino que los peores equipos de la temporada previa elegían en orden inverso, directamente, con el añadido de que algunos podían anular su primera elección de Draft correspondiente y cambiarla por una elección territorial, que le permitía seleccionar a un jugador que hubiera jugado en una universidad situada a determinados kilómetros a la redonda, un sistema que permitió, por ejemplo, conseguir a Wilt Chamberlain.

Con la eliminación de las territorial picks y la inclusión del sistema de la moneda, los dos primeros puestos del Draft fueron sorteados desde 1966 hasta 1984. A principios de los 80, en una NBA que luchaba contra el desprestigio, que buscaba ser un producto global y que tenía el consumo drogas como algo habitual dentro de los vestuarios, los cambios debían llegar. Nació así la lotería del Draft, que prentedía acabar con ese descarado tanking en las franquicias —clamoroso fue el caso de Houston Rockets para conseguir a Hakeem Olajuwon—, decididamente empeñadas en ser de las dos peores para entrar en el sorteo, en el lanzamiento de moneda.

Casi tres décadas después, el tanking sigue presente, pero lo cierto es que con David Stern en el puesto de Comisionado, la introducción del sistema de lotería se recibió como algo más justo y proporcionado. Y eso que empezó con polémica, pues en su debut, en 1985, no fueron pocas las voces que hablaron de un sorteo amañado y dirigido a que el gran mercado de New York ganara el sorteo y recibiera el número 1. ¿Por qué? Muchos pensaban que el mejor escenario para Patrick Ewing, que iba a ser nº 1 sí o sí, era la Gran Manzana y que la NBA buscaba reactivar su comercio y su impacto colocando a una futura estrella en la capital del mundo.

Una operación de marketing para algunos perfectamente orquestada por la NBA. Lo cierto es que el sorteo no aclara las dudas, puesto que los sobres introducidos en una especie de pelota de playa enorme fueron extrañamente sustraídos en algunos momentos. Y claro, los Knicks obtuvieron el número 1. Y de ahí, toda la teoría conspiratoria posible.

Para aquella primera edición de la lotería, todos los equipos no clasificados para los playoffs tenían el mismo porcentaje de opciones de sacar el número 1. Un sorteo de nuevo puro y duro, bastante alejado de lo que hoy tenemos.

La lotería del Draft desde 2005

En la actualidad, y antes de que puedan llegar esos cambios de los que se habla para 2019, la lotería del Draft se rige bajo el sistema establecido en 2005, con la entrada del 30º equipo en la liga, los Bobcats. Desde ese momento, la lotería sortea las tres primeras selecciones del Draft, mediante un sistema de porcentajes, que da al peor equipo de la temporada regular un 25% de opciones de sacar el número 1; al segundo peor un 19,9% y al tercero peor un 15,6%.

Sin embargo, desde esa fecha, ser el peor plantel de la regular season y disponer de 250 opciones sobre 1.000 de sacar el pick nº 1 no siempre ha garantizado el éxito. De hecho, aunque con los resultados recientes pueda parecer lo contrario, desde 2005 hasta 2014 ser el último en la NBA y tener 25% de opciones de ganar la lotería no sirvió para sacar la ansiada primera elección.

Hubo que esperar hasta 2015, con los Timberwolves (Karl-Anthony Towns), para que el plantel con 250 opciones sobre 1.000 de vencer en la lottery se llevara el gato al agua. Antes, en 2014, los Cavaliers triunfaron con sólo un 1,7% de opciones, 17 sobre 1.000. Desde 2005, sólo Cleveland en ese 2014 y los Bulls en 2008 (Derrick Rose y también un 1,7%), ganaron con tan escasas opciones.

En 2016, con los Sixers, y en 2017, con los Nets (propiedad de los Celtics que luego lo enviaron a los Sixers) sí triunfó ese 25%. Además, la lotería de 2009 (Clippers, segundo peor), 2012 (Hornets, tercero peor) y 2013 (Cavaliers, tercero peor), señalan las otras ocasiones en algunas de las tres peores franquicias del curso han sacado el número 1.

Antes de que se avecinen cambios, si es que se dan, las franquicias a buen seguro tendrán presente que los últimos no siempre serán los primeros. Al menos en la lotería del Draft.


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