El cierre perfecto para esta historia está cada vez más cerca. Candace Parker llegó a su Chicago natal el pasado mes de febrero para firmar con las Sky. “I’m home”, dijo. Fue como el anuncio de que Ulises estaba a las puertas de Ítaca. Quedaba atrás su odisea vital particular, que la había llevado de Tennessee a Los Ángeles, de éxito en éxito. Por delante, unas cuantas misiones más para encontrarse con Penélope otra vez. Para ganar su segundo anillo de la WNBA. Esta vez, con el equipo de su casa.
Ya solo le queda una. La pasada madrugada del viernes 15 al sábado 16 de octubre, Chicago Sky arrolló a Phoenix Mercury en el tercer partido de las finales (50-86) y se colocó 2-1 en las finales de la WNBA, a tan solo una victoria del primer anillo en la historia de esta franquicia.
Kaleah Copper destroza a las Mercury
Después su derrota en el segundo partido de las finales, las Chicago Sky volvieron ayer a ser el equipo que ha asombrado a todos en estos playoff. Un equipo intensísimo, que pasa por encima de los rivales en cada balón dividido, en cada rebote suelto. Que se divierte cuanto más se desmelene el partido y más sinuosa se vuelva la carretera del partido. Parece fácil cuando se cuenta con dos conductoras de lujo como Courtney Vandersloot y Candace Parker.
Chicago arrasa a la carrera. Y a las carreras alcanza su cénit Kaleah Copper, martillo pilón de este equipo. Porque con un físico portentoso ataca una y otra vez el aro rival, desprotegido gracias a que otras cuatro Sky viven fuera de la línea de tres. Porque cada contraataque comandado por Vandersloot o Parker suele acabar con ella como finalizadora. Y, ahora, por si fuera poco, la jugadora del Perfumerías Avenida, que apunta a MVP de las finales, también las mete de tres.
Chicago había matado el partido al descanso. 46-24. Gran parte de la responsabilidad anotadora había sido de Copper, que anotó 20 puntos en los dos primeros cuartos.
Responsabilidad coral en las Sky
El de Kaleah Copper no es el único nombre que se debe destacar en la franquicia de Chitown. Hay que hablar, por supuesto, de una Candace Parker que se ha erigido en líder del equipo en cuestión de meses. Una Ulises que defiende, pasa, tira de tres, habla, ayuda en defensa, habla un poco más y hace todo lo que tiene que hacer para ganar partidos.
Hay que nombrar, claro, a Courtney Vandersloot, hoy por hoy quizás la mejor base de la WNBA. Líder de asistencias de la liga en seis temporadas diferentes, Sloot repartió ayer otras 10 y batió el récord de más pases de canasta en unos playoff de la WNBA. Y más allá de los números, es el faro que guía a las Sky. La que, base de la vieja escuela como es, marca el ritmo. La que anota si el equipo necesita puntos. La que pasa cuando lo necesita. La que roba ese balón clave que sirve para ganar el partido.
Last but not least, como se dice por aquellas tierras, hay que nombrar a la española Astou Ndour, a Stefeanie Dolson, Azurá Stevens, Diamond DeShields. Y a James Wade, técnico de las Sky. El que ha conseguido a que sus pupilas lleguen a este punto de la temporada como los grandes vueltómanos llegan a la semana clave del Tour de Francia: con el mejor golpe de pedal de la temporada. Listas para dejar un reguero de pájaras en la subida al Tourmalet.
Así lo están haciendo. En unos playoff en las que llegaban de tapadillo, como diciendo ¿nosotras?, nah, qué va, nos pilla muy pronto, si Candace acaba de llegar, si empezamos la temporada fatal, como mucho llegar a semifinales y contentas, pues ahí están: a una victoria del anillo. Por el camino han quedado Dallas Wings, Minnesota Lynx y las favoritas: Connecticut Sun. A puntito, ya, están las Phoenix Mercury.
El domingo, cita con el anillo
Mañana, domingo 17 de octubre, Candace Parker y compañía tienen la cita con la que puede ser la última misión de su odisea. Será a las 21:00 hora española. En casa, ante un público que abarrotó el Wintrust Arena en el encuentro de ayer.
Enfrente esperarán unas Mercury que no se encuentran. No lo hace Skylar Diggins-Smith, irreconocible. Ni Brittney Griner. Ni siquiera lo hace Diana Taurasi, que acabó el último partido desesperada, con un 1/10 en tiros de campo. En cualquier caso, con ella en pista, ya se sabe, no se puede decir que ninguna historia esté cerrada. Por mucho que Ulises esté ya ahí, tocando en las puertas de un anillo llamado Ítaca.