Bryan García, autor de nbamaniacs Noticias, artículos y rumores de la NBA Sun, 29 Nov 2020 08:26:49 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.2.2 https://www.nbamaniacs.com/wp-content/uploads/2016/10/cropped-NBAMANIACS-Icon-1-32x32.jpg Bryan García, autor de nbamaniacs 32 32 Universidades históricas NCAA: las nueve más importantes https://www.nbamaniacs.com/articulos/universidades-historicas-ncaa-las-nueve-mas-importantes/ https://www.nbamaniacs.com/articulos/universidades-historicas-ncaa-las-nueve-mas-importantes/#respond Sun, 29 Nov 2020 08:26:47 +0000 https://www.nbamaniacs.com/?p=254334 universidades históricas NCAA
 
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universidades históricas NCAA

¿Cuáles son las universidades históricas NCAA? Mucho antes de la creación de la NBA, en Estados Unidos las competiciones universitarias ya echaban a rodar en multitud de deportes, compitiendo entre sí todas las universidades del país. Creada en 1906, la NCAA da cabida a más de una veintena de deportes diferentes, tanto en el ámbito masculino como en el femenino, y hoy en día forman parte de ello casi medio millón de estudiantes en casi 1.300 instituciones diferentes.

Eso sí, para conocer el primer partido de baloncesto a nivel colegial tenemos que remontarnos algo más de una década antes de la creación de la propia NCAA como organismo. Además, con cierta controversia, ya que un partido disputado entre las universidades de Vanderbilt y Geneva College fue el primer encuentro colegial, disputado en 1893, mientras que las universidades de Hamline y Minnesota A&M han reclamado la misma distinción por su encuentro disputado en 1895.

Las universidades históricas NCAA del baloncesto

A lo largo de todas estas décadas hemos conocido multitud de programas universitarios, jugadores de baloncesto que iniciaron sus pasos en la universidad antes de convertirse en leyendas profesionales y míticos entrenadores reconocidos en la historia de este deporte. En los próximos párrafos vamos a conocer los programas universitarios más importantes de la NCAA y algunos de sus miembros más destacados.

UCLA Bruins

La mejor manera de empezar este repaso es hacerlo por el programa universitario de baloncesto más laureado de la historia, y el que más títulos nacionales posee en la NCAA (11). Una leyenda entre las universidades históricas NCAA.

En 1919 arrancaba la trayectoria del programa de baloncesto universitario de UCLA, ubicado en la propia ciudad de Los Ángeles, pero no sería hasta la llegada del mítico John Wooden a partir de 1948 cuando de verdad los Bruins se consagraron a nivel nacional. Walt Hazzard, Gail Goodrich, Kareem Abdul-Jabbar (Lew Alcindor aún), Sidney Wicks, Henry Bibby, Curtis Rowe, Bill Walton, Jamaal Wilkes… una generación de jugadores que lograron lo nunca visto en la historia de la NCAA: siete títulos nacionales consecutivos donde solo cedieron cinco derrotas.

Su historia más reciente no ha sido tan fructífera como en la década de los sesenta o setenta, pero han seguido siendo uno de los programas más potentes de la historia de la NCAA. Eso sí, su último campeonato nacional data de 1995, liderados por Tyus Edney junto a Ed y Charles O’Bannon.

Tras una dura travesía con Steve Alford, UCLA contrataba en 2019 al ex-entrenador de Cincinnati Mick Cronin para dar un nuevo giro al programa, tratando así de construir una base que logre el tan ansiado título nacional que tanto se les resiste.

Kansas Jayhawks

Hablar de la universidad de Kansas es hacerlo de un recinto académico donde se han formado dos de las figuras más importantes de la historia de este deporte: el Dr. James Naismith y la leyenda Wilt Chamberlain, que ya empezaba a romper todo tipo de récords con los Jayhawks antes de hacer lo propio a posteriori en la NBA.

Pese a su poderío como institución educativa y a sus grandes éxitos deportivos en otros deportes universitarios, la historia no ha sido del todo agradecida con el equipo masculino de baloncesto. El equipo de Lawrence acumula hasta 15 presencias en la Final Four, pero solo han sido capaces de alzar tres campeonatos nacionales: 1952, con Lovellette a la cabeza para acabar prácticamente él solo con St. John’s (33 puntos y 17 rebotes); 1988, con Larry Brown en el banquillo y con Danny Manning como gran estrella venciendo a la Oklahoma de Stacey King y Harvey Grant; y el más reciente de 2008, ya con Bill Self en el banquillo y con el antológico triple de Mario Chalmers que forzó la prórroga ante la Memphis de Derrick Rose y John Calipari.

Jugadores como Paul Pierce, Kirk Hinrich, Frank Mason, Joel Embiid, Andrew Wiggins o De’vonte Graham han liderado a la universidad de Kansas estas últimas décadas, e históricos entrenadores como Adolph Rupp, Phog Allen, Larry Brown, Dean Smith o Roy Williams han dirigido su banquillo.

Kentucky Wildcats

Seguimos apuntando hacia los grandes programas de baloncesto históricos del país, y ahora es turno de viajar a Lexington para mencionar a los ilustres Wildcats, uno de los más laureados de la historia de la NCAA y donde solo UCLA acumula más campeonatos nacionales que ellos (8). Otro protagonista clave en las universidades históricas NCAA.

Es imposible hablar de la universidad de Kentucky sin hacerlo de Adolph Rupp, mítico entrenador universitario que estuvo 41 años dirigiendo a su programa de baloncesto, y que estuvo al frente de 4 de los 8 títulos nacionales durante las décadas de los 40 y 50. De hecho, el pabellón deportivo donde los Wildcats disputan sus encuentros como local lleva su nombre.

Ralph Beard, Alex Groza, Pat Riley, Melvin Turpin, Sam Bowie, Tony Delk, Antoine Walker, Anthony Davis, Karl-Anthony Towns o Devin Booker son algunos de los jugadores más llamativos que ha dado el programa, y por su banquillo han pasado ilustres como Joe B. Hall, Eddie Sutton, Rick Pitino, Tubby Smith o el actual entrenador John Calipari.

Duke Blue Devils

Uno de los programas deportivos más competitivos de las últimas décadas son los Blue Devils de Duke, en una Durham a escasos kilómetros de la Chapel Hill donde se ubica la vecina y rival universidad de North Carolina. Queridos y odiados a partes iguales, los Blue Devils atesoran hasta cinco campeonatos nacionales en sus vitrinas, el último en 2015, y todos ellos con un denominador común: Mike Krzyzewski.

‘Coach K’ es el nombre propio de la historia contemporánea de estos Blue Devils, mítico entrenador y seleccionador nacional al borde de la retirada que lleva ya 41 temporadas dirigiendo el programa de baloncesto, haciendo de los Devils uno de los cinco equipos de la competición con más Final Four y Finales de la historia de la NCAA. De su mano ha moldeado a jugadores del calibre de Johnny Dawkins, Danny Ferry, Trajan Langdon, Christian Laettner, Bobby Hurley, Grant Hill, Elton Brand, Shane Battier y más recientemente jugadores como J.J. Redick, Kyrie Irving, Austin Rivers, Brandon Ingram, Jayson Tatum o la última gran sensación del programa, Zion Williamson.

Su rivalidad con la universidad de North Carolina es uno de los eventos más esperados cada temporada en el deporte universitario, ya no solo en lo que a baloncesto masculino se refiere.

North Carolina Tar Heels

A poco más de 20 kilómetros de Durham se encuentra el campus principal de la universidad de North Carolina, en Chapel Hill. La historia de los Tar Heels se escribe por sí sola, ya que por sus aulas han circulado nombres tan especiales en el mundo del baloncesto como Bob McAdoo, Michael Jordan, James Worthy, Vince Carter, Antawn Jamison, o Tyler Hansbrough, leyendas universitarias de la historia de la competición. También históricos como Frank McGuire, Dean Smith, Larry Brown, Mitch Kupchak o George Karl pueden presumir de haberse formado o entrenado en sus dominios.

North Carolina suma seis campeonatos nacionales en sus vitrinas, uno más que sus rivales Blue Devils, siendo los tres últimos campeonatos con Roy Williams en el banquillo. Además de los nombres mencionados anteriormente, otros jugadores interesantes que han jugado en Chapel Hill son Phil Ford, Jerry Stackhouse, Brad Daugherty, Rasheed Wallace, Sam Perkins, Sean May, Harrison Barnes, Reggie Bullock, Luke Maye o el reciente Cole Anthony. Michael Jordan, por cierto, además de formar parte de una de las universidades históricas NCAA, es uno de los pocos jugadores que ha ganado la NCAA y la NBA.

Indiana Hoosiers

Quizás no pasan por su mejor momento histórico, pero los Hoosiers son también uno de los grandes programas del baloncesto universitario, y sus cinco campeonatos nacionales a sus espaldas dan buena cuenta de ello. Si anteriormente hablábamos de Mike Krzyzewski como el gran responsable del éxito reciente del programa, algo similar podemos decir de estos Hoosiers con Bobby Knight.

Knight, controvertido a la par que excelso entrenador, estuvo casi 30 años dirigiendo al programa hasta su despido en el año 2000. Durante esta etapa el equipo cosechó tres de sus cinco campeonatos nacionales, acumulando 662 victorias con un porcentaje del 73,5% de triunfos totales y 24 presencias en el Torneo NCAA. Curiosamente, dos años después del despido de Knight regresarían a una Final por el título liderados por el futuro NBA Jared Jeffries y con Mike Davis en el banquillo, asistente de Knight años atrás, pero acabaron siendo superados por la Maryland de Gary Williams, Juan Dixon y Steve Blake.

Kelvin Sampson y Tom Crean trataron de reflotar el histórico programa años después, pero hasta la fecha no han vuelto a pisar siquiera unas finales regionales. Desde 2017 dirige el equipo Archie Miller, un magnífico reclutador que de momento no ha logrado llevar al programa al Torneo NCAA. Figuras como Walt Bellamy, Scott May, Kent Benson, Isiah Thomas, Steve Alford, Calbert Cheaney, Eric Gordon o Victor Oladipo se formaron en el programa de Bloomington.

Connecticut Huskies

Los Huskies se han convertido en uno de los programas más a tener en cuenta de estas últimas décadas en lo que a baloncesto universitario se refiere. Su programa masculino fue referencia nacional durante finales de los 90, los 00’s y principios de los 10’s gracias a la labor en los banquillos del veterano Jim Calhoun, quien llegó a atesorar cuatro campeonatos nacionales. No se queda atrás su programa femenino, donde con Geno Auriemma ha sumado 11 títulos nacionales desde 1995 hasta 2016, estableciendo una auténtica hegemonía en el baloncesto universitario femenino.

Recientemente los Huskies han regresado a la Big East Conference tras un discreto paso por la American Athletic Conference, siendo en esta Big East donde lograron sus mayores hazañas nacionales. Tras Calhoun le reemplazó su pupilo Kevin Ollie, quien añadió un campeonato nacional a su registro, pero acabó saliendo del programa por la puerta de atrás. Desde 2018 dirige el programa Dan Hurley, quien sigue con la reconstrucción del programa.

Por Connecticut han pasado estrellas del calibre de Ray Allen, Richard Hamilton, Caron Butler, Ben Gordon, Emeka Okafor, Rudy Gay, Charlie Villanueva, Kemba Walker, Shabazz Napier, Jeremy Lamb o Andre Drummond.

Villanova Wildcats

Los Wildcats han sido sin duda el caso más reciente de éxito colectivo del baloncesto universitario. Son uno de los programas universitarios más importantes del área de Philadelphia, y si bien sumaron un sorprendente título nacional en 1985 bajo la tutela de Rollie Massimino en una de las grandes sorpresas de la historia reciente del torneo final, su mayor reconocimiento contemporáneo ha venido ligado al trabajo de Jay Wright en los banquillos.

Desde la llegada de Wright en 2001, Villanova solo ha faltado en una ocasión a la post-temporada (2012), sumando presencias cada año en el Torneo NCAA desde 2005 —a excepción de ese año 2012 y de este último año por la pandemia global— siendo uno de los programas referencia del baloncesto nacional. La gloria por su buen hacer les llegó en 2016 en forma de campeonato nacional, gracias a un game-winner de Kris Jenkins frente a la universidad de North Carolina, y repetirían en 2018 ante la universidad de Michigan.

Jugadores de la talla de John Pinone, Ed Pinckney, Kerry Kittles, Randy Foye, Kyle Lowry, Scottie Reynolds, Josh Hart, Ryan Arcidiacono, Mikal Bridges, Jalen Brunson o Donte DiVincenzo han sido los grandes referentes del programa en estas últimas décadas.

Michigan State Spartans

No quería cerrar este listado de programas universitarios de leyenda sin hacer referencia a los Spartans de Michigan State. La historia no ha sido del todo justa con el programa de East Lansing, ya que pese a ser uno de los programas de baloncesto referencia de la historia de la NCAA solo han sido capaces de obtener dos títulos nacionales en sus vitrinas: en 1979 en una de las finales más míticas de la historia de la NCAA con el duelo entre Magic Johnson y la Indiana State de Larry Bird; y en el año 2000 capitaneados por Morris Peterson, Mateen Cleaves y Charlie Bell.

Tom Izzo es el encargado de dirigir los vestuarios desde el año 1995, y desde entonces solo han faltado en dos ocasiones al NCAA Tournament, teniendo presencias consecutivas en el mismo desde 1998. Desde ese año, han logrado acceder ocho veces a la Final Four, pero solo ha caído el título del año 2000. Scott Skiles, Steve Smith, Shannon Brown, Zach Randolph, Jason Richardson, Draymond Green, Denzel Valentine, Gary Harris, Miles Bridges, Jaren Jackson Jr. o Cassius Winston han sido -junto al ya mencionado Magic Johnson- algunos de los jugadores más importantes de la factoría de Michigan State.

Para terminar este repaso, hacer mención especial a otros programas universitarios como los de Florida, Louisville, Georgetown, Arizona, North Carolina State, Ohio State, Virginia, Oregon o Syracuse que también podrían haber estado incluidos en este listado.

Más contenido sobre NCAA

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Bryan García es analista de college basketball y NBA Draft y es firma invitada de nbamaniacs durante el mes de noviembre.

(Fotografía de Ken Levine/ALLSPORT)

 
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https://www.nbamaniacs.com/articulos/universidades-historicas-ncaa-las-nueve-mas-importantes/feed/ 0 nbamaniacs 7 DEC 1991: THE UNIVERSITY OF PEPPERDINE WAVES DEFENSE BATTLES THE UCLA BRUINS OFFENSE FOR THE REBOUND. Mandatory Credit: Ken Levine/ALLSPORT
¿Cómo es el sistema de competición NCAA? https://www.nbamaniacs.com/articulos/como-es-el-sistema-de-competicion-ncaa/ https://www.nbamaniacs.com/articulos/como-es-el-sistema-de-competicion-ncaa/#respond Fri, 27 Nov 2020 09:00:00 +0000 https://www.nbamaniacs.com/?p=251415 Sistema competición NCAA
 
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Sistema competición NCAA

El baloncesto universitario cada vez dispone de un mayor seguimiento fuera de las fronteras norteamericanas. De hecho, solo las Finales de la NBA y la Superbowl de la NFL generan una mayor expectación y seguimiento que el tan cotizado March Madness como momento culminante al sistema de competición NCAA.

Hablamos de un deporte no profesional donde los protagonistas son jóvenes estudiantes que buscan labrarse su mejor futuro a base de talento académico y de formación deportiva al más alto nivel, como si de un club profesional se tratase. Pero la realidad es que el porcentaje de chicos y chicas que finalmente logran encontrar un hueco entre el baloncesto profesional es ínfimo.

Es también una seña de identidad de la NCAA la pasión y la garra con la que cada estudiante-atleta (así se les define) defiende la camiseta de su universidad tanto en su propio campus como en canchas ajenas, pabellones repletos de otros estudiantes que jalean durante 40 minutos a sus compañeros y algunas de las rivalidades con más historia del baloncesto norteamericano, cuna de la gran mayoría de estrellas que pueblan y han poblado la NBA y el baloncesto internacional. El baloncesto colegial es una de las competiciones más excitantes e infravaloradas de este deporte, y cada vez cuenta con una mayor presencia entre los aficionados hispanohablantes.

Sin embargo, uno de los mayores inconvenientes que encuentran los aficionados que quieren iniciarse a seguir esta competición es la dificultad a la hora de entender cómo funciona realmente el sistema competitivo de este college basketball.

La NCAA es una organización en la que están adscritas más de 1.000 universidades. Sí que es verdad que, comúnmente, nos solemos referir a NCAA o a college basketball haciendo referencia únicamente a la Division I de esta NCAA, puesto que es la división con mayor seguimiento, tradición y que engloba a los programas universitarios deportivos más potentes e históricos de todos los Estados Unidos.

Pese a todo, el número de programas universitarios de esta Division I para este curso 2020-21 asciende a 357 equipos, organizados en 32 conferencias distintas. Haciendo la comparativa con la NBA donde tenemos únicamente 30 equipos divididos en dos conferencias, salta a la vista que idear y elaborar un calendario y un sistema competitivo equilibrado y que satisfaga a todos es misión casi imposible, y seguir la actualidad diaria de esta Division I es todo un reto una vez comienza la temporada.

Sistema de competición NCAA: Estructura en conferencias

Por tanto nos encontramos ante una organización formada por más de un millar de centros educativos donde sus respectivos programas deportivos compiten en esta NCAA, incluyendo el baloncesto masculino como el femenino. Todas estas universidades se encuentran repartidas en tres divisiones diferentes, conocidas como Division I, Division II y Division III. ¿Cuál es la diferencia entre competir en una división u otra? Básicamente es el apartado económico, puesto que los programas de Division I disponen de una serie de recursos financieros que los de otras divisiones no poseen, y esto les permite, entre otras cosas, poder ofertar un mayor número de becas deportivas a sus alumnos.

A nivel deportivo hemos visto (muchos) casos de programas de Division II que son capaces de vencer a programas de Division I, pero es de esperar que si un alumno de High School tiene potencial para dedicarse profesionalmente al baloncesto en un futuro acabe recibiendo becas de programas de Division I. Estar en esa división es algo que al fin y al cabo también beneficia al propio alumno, ya que puede competir de tú a tú con los grandes programas deportivos del país y dispone de una mayor visibilidad de cara a su futuro profesional.

Los 357 programas universitarios de Division I se encuentran englobados en 32 conferencias diferentes. Generalmente, estas conferencias se organizan geográficamente, pero los constantes cambios de universidades que se mueven de conferencia cada temporada —fomentado a veces desde otros deportes universitarios ajenos al baloncesto— así como la creación de nuevas conferencias estas últimas décadas, han propiciado que algunas de éstas no estén totalmente definidas de este modo. También se da el caso de universidades que compiten en conferencias distintas según el deporte universitario en el que nos encontremos.

De una manera bastante informal, que no oficial, se suelen clasificar estas conferencias en dos grandes grupos: las High-Major Conferences (o simplemente Majors) y las Mid-Major Conferences. Incluso, hay autores y analistas de college basketball que añaden un tercer grupo: Low-Major Conferences.

Las Majors son las conferencias más potentes dentro de este baloncesto universitario, y que a día de hoy comprenden la ACC, la Big 12, la Big East, la Big Ten, la PAC-12 y la SEC —aunque yo personalmente incluiría también la AAC—, siendo las conferencias con mayor seguimiento dentro del baloncesto universitario, ya que en ellas se encuentran los programas deportivos más potentes del país. 

Las Mid-Majors también comprenden universidades de un gran nivel competitivo, pero que en conjunto no llegan a hacer sombra a las Majors. Ejemplos de estas conferencias pueden ser la WCC, la Atlantic 10 o la MWC.

A continuación, el listado completo de conferencias Majors con sus respectivos programas universitarios:

  • AAC (American Athletic Conference): Central Florida, Cincinnati, East Carolina, Houston, Memphis, South Florida, Southern Methodist (SMU), Temple, Tulane, Tulsa y Wichita State.
  • ACC (Atlantic Coast Conference): Boston College, Clemson, Duke, Florida State, Georgia Tech, Louisville, Miami, North Carolina, North Carolina State, Notre Dame, Pittsburgh, Syracuse, Virginia, Virginia Tech y Wake Forest.
  • Big 12 Conference: Baylor, Iowa State, Kansas, Kansas State, Oklahoma, Oklahoma State, Texas Christian (TCU), Texas, Texas Tech y West Virginia.
  • Big East Conference: Butler, Connecticut, Creighton, DePaul, Georgetown, Marquette, Providence, St. John’s, Seton Hall, Villanova y Xavier.
  • Big Ten Conference: Illinois, Indiana, Iowa, Maryland, Michigan, Michigan State, Minnesota, Nebraska, Northwestern, Ohio State, Penn State, Purdue, Rutgers y Wisconsin.
  • PAC-12 Conference: Arizona, Arizona State, California, Colorado, Oregon, Oregon State, Stanford, UCLA, USC, Utah, Washington y Washington State.
  • SEC (SoutheasternConference): Alabama, Arkansas, Auburn, Florida, Georgia, Kentucky, Louisiana State (LSU), Mississippi (Ole Miss), Mississippi State, Missouri, South Carolina, Tennessee, Texas A&M y Vanderbilt.

Calendario NCAA: Enfrentamientos ‘non-conference’

La estructura organizativa del calendario NCAA en Division I es muy particular, y es que no es nada fácil gestionar un calendario de partidos relativamente equitativo para 357 equipos diferentes hasta alcanzar un único campeón nacional cada temporada.

La temporada universitaria suele arrancar a principios del mes de noviembre, a excepción de este año con motivo del COVID-19, donde todas las fechas se han acabado retrasando un poco, con lo que se conoce como el calendario non-conference, que suelen abarcar los meses de noviembre y diciembre.

Los enfrentamientos de esta primera parte del calendario de cada programa son organizados por los directores deportivos de cada universidad sin intervención de la NCAA o del comité que gestiona el calendario de enfrentamientos de cada conferencia. Esto quiere decir que cada universidad tiene la libertad de organizarse su propio calendario —suelen ser de entre 14 y 18 partidos— como quiera, pactando partidos con otros programas de su misma división o de otras divisiones.

Dentro de este calendario non-conference entran de lleno muchos torneos universitarios organizados por diferentes organismos, entidades o por las propias conferencias universitarias, y que también cuentan para el balance global de victorias y derrotas de cada equipo. Algunos de los torneos más conocidos que se disputan cada año son el 2K Classic, el Maui Invitational, el Cancun Challenge, el Hall of Fame Classic, el Battle 4 Atlantis, el NIT Preseason Tip-Off o el Paradise Jam. Además, estos últimos años también han surgido una serie de torneos donde la mayoría de los miembros de una conferencia disputan en conjunto encuentros frente a los miembros de otra conferencia, como son el ACC/Big Ten Challenge o el Big 12/SEC Challenge.

Calendario: Temporada regular NCAA

Tras un primer tramo del calendario un poco caótico donde las universidades gestionan su propio calendario, llegamos al mes de enero donde inicia la temporada regular de cada equipo. Durante los meses de enero, febrero y la primera semana de marzo los equipos se enfrentan a los programas de su propia conferencia de acuerdo al sistema de competición NCAA. Es el calendario más duro y largo, y cada calendario y sus enfrentamientos lo gestiona el comité de su propia conferencia antes de iniciar cada temporada. No hay una estructura común para todas las conferencias, por lo que cada conferencia establece cuántos partidos juega una universidad como local, cuántos como visitante, si juega una o dos veces (como local y visitante) contra un mismo equipo durante este calendario, etc. 

El número de partidos de cada calendario dependerá del número de integrantes de cada conferencia, que varía de una a otra.

El objetivo de este calendario de temporada regular, más allá de sumar el mayor número de victorias, es formar los enfrentamientos de cada torneo de conferencia, un evento que celebra cada una de las 32 conferencias tras finalizar el calendario de temporada regular. Así, quien acabe en posiciones altas de su conferencia suele tener ciertas ventajas respecto al resto de equipos de la misma conferencia (jugar sus encuentros como local, saltarse alguna ronda de este torneo, evitar a los grandes ‘cocos’ de la conferencia hasta las rondas finales…), unas ventajas que varían dependiendo de cada conferencia.

Calendario: Torneos de conferencia NCAA

Llegamos a una de las partes críticas de la temporada, que en función de la conferencia en la que nos encontremos iniciará a finales de febrero o a principios del mes de marzo. 

Los torneos de conferencia son pequeños torneos eliminatorios a partido único entre los miembros de cada conferencia que tienen como objetivo decidir un campeón de conferencia. El premio de ser campeón: un billete automático al prestigioso March Madness, el torneo que determina al campeón nacional NCAA cada temporada.

Cada uno de los 32 torneos de conferencia lo gestiona y administra la propia comisión de cada conferencia, y los enfrentamientos se determinan en función de la clasificación —número de victorias/derrotas— de cada programa en el calendario de temporada regular. Cada torneo de conferencia tiene también sus propias particularidades, disputándose generalmente todos los partidos del torneo en una sede fijada con anterioridad. Además, hay casos donde para el torneo de conferencia solo se clasifican los 4 u 8 mejores de la temporada regular y hay conferencias en la que participan todos los miembros de la conferencia.

Un programa que queda eliminado de estos torneos de conferencia da por finalizada su temporada… salvo que sea invitado para disputar algún torneo de post-temporada. Por su parte, los 32 equipos campeones de sus respectivas conferencias formarán parte del cuadro final del March Madness.

Sistema de competicioón: torneos de post-temporada y el March Madness

La temporada universitaria finaliza definitivamente con los llamados torneos de post-temporada, que abarcan el resto del mes de marzo y algún día del mes de abril. El torneo de post-temporada más importante es el ya mencionado March Madness, que determina al campeón nacional cada curso, pero también existen otros torneos de post-temporada paralelos que lo disputan los mejores equipos del país que no han podido clasificarse para el torneo de manera automática (siendo campeón de su respectiva conferencia) ni han sido invitados al March Madness. Hablaré con más detalle del March Madness y de estas invitaciones más adelante.

March Madness al margen, el torneo de post-temporada más característico e importante por estas fechas es el National Invitational Tournament (NIT), un torneo que se celebra desde hace más de 80 años y que disputa cada año su Final Four en el mítico Madison Square Garden de New York. Son invitados para este NIT los 32 mejores programas que no disputan el March Madness, y tienen clasificación directa a este torneo los campeones regulares de conferencia que no se clasificaron para el Madness.

Otro torneo de post-temporada muy interesante que ha ganado popularidad con el paso de los años es el College Basketball Invitational (CBI), inaugurado en 2008 por The Gazelle Group. Este CBI selecciona a 16 programas (generalmente equipos de Mid-Majors) que no son elegidos ni para el March Madness ni para el NIT, y los coloca sobre un cuadro eliminatorio a partido único hasta determinar un campeón. Como particularidad, la final de este CBI se juega al mejor de dos encuentros.

Por último, para competir con el CBI la conocida web CollegeInsider.com decidió crear en 2009 su propio torneo de post-temporada, el CollegeInsider Postseason Tournament (CIT), orientado también a universidades de conferencias Mid-Majors. Los 16 participantes de este CIT son elegidos por un comité confeccionado para tal efecto, siendo aquellos programas con más del 50% de victorias y que cuya conferencia tenga menos de un 50% de sus equipos participando en el March Madness o el NIT los que más probabilidades tengan de ser seleccionados.

Antes del March Madness: El Selection Sunday

Vamos a retroceder unas semanas atrás en el calendario hasta la finalización de los torneos de conferencia para entender mejor el sistema de competición NCAA. Como he comentado anteriormente, por cada una de las 32 conferencias disponemos de un equipo campeón, que obtiene su billete directo al March Madness de cada temporada. Pero este March Madness lo disputan actualmente 68 equipos, por lo que es necesario alguna estrategia o sistema de elección para elegir a los 36 programas restantes que integren de alguna manera el resto del cuadro. Un sistema que determine quiénes son los equipos que merecen entrar a este codiciado March Madness y descarten los que no. Esto lo determina un comité especial de expertos en uno de los domingos más especiales del año: el Selection Sunday.

Este Selection Sunday se produce el último domingo donde se disputan los torneos de conferencia, produciéndose este particular sistema de elección de equipos en cuanto finaliza el último torneo de conferencia (generalmente algún torneo Major). Sin embargo, este Selection Sunday está cada año cargado de una fuerte polémica por la poca transparencia con la que se gestiona qué equipo integra el March Madness y cuál no, ya que no hay un método definido para tal efecto y se hace todo mediante la opinión de este comité de expertos y mediante una serie de algoritmos y variables estadísticas que este comité tiene a su disposición.

No voy a entrar en detalle de cómo se realiza la elección de invitaciones, pero el objetivo de este Selection Sunday no es únicamente otorgar las 36 invitaciones restantes para este March Madness, sino también designar cada uno de los enfrentamientos de Primera Ronda del torneo y asignar a cada uno de los 68 clasificados al torneo lo que se conoce como un seed, un número de cabeza de serie desde el #1 al #16, siendo los equipos con seeds #1, #2, #3, etc. los más fuertes de este torneo y los que tengan asignados seeds #14, #15 o #16 los que, en teoría, son más débiles.

El March Madness de la NCAA

Y ahora sí, ya tenemos todo dispuesto para disfrutar de una de las competiciones más espectaculares y atractivas de este deporte, una competición que atrae cada año a millones de personas entre aficionados en las pistas y a espectadores desde sus casas. Es momento de la gran Locura de Marzo.

Como hemos visto anteriormente, hay una enorme cantidad de equipos para una competición, por lo que es muy complicado conseguir un único ganador de entre todos ellos. Por esto, la NCAA instauró en 1939 este March Madness (dado que este torneo empezó a realizarse durante el mes de marzo), un torneo con cierta similitud a los Playoffs de la NBA donde las 68 mejores universidades de la NCAA Division I se enfrentan a partido único hasta coronar a un campeón.

Para hacerlo en un formato eliminatorio ‘perfecto’ necesitamos 64 equipos, por lo que llegados a este punto podemos ver que nos sobran cuatro. Por ello, unos días antes del inicio del torneo se celebra el llamado First Four, instaurado desde 2010 por la ampliación del March Madness de 64 a 68 equipos. Este First Four consta de 4 encuentros a partido único disputados cada año en la ciudad de Dayton (Ohio) entre 8 de los 68 equipos clasificados, donde el que pierda se irá automáticamente para casa y el ganador se incorporará al cuadro definitivo del March Madness junto al resto de equipos. Los enfrentamientos de este First Four son también seleccionados por el comité durante el Selection Sunday.

El jueves siguiente al Selection Sunday comienza la Primera Ronda de este March Madness (conocido también como ‘Round of 64’) disputándose los primeros dieciséis partidos, mientras que los dieciséis restantes tienen lugar al día siguiente, viernes. Los equipos ganadores el jueves inician la Segunda Ronda del March Madness (o ‘Round of 32’) el mismo sábado, mientras que el domingo se celebran los ocho encuentros restantes de los ganadores de primera ronda del viernes. Llegados a este punto, en muy pocos días se reduce drásticamente los participantes desde los 68 iniciales a tan solo 16.

Nos encontramos ahora en las semifinales de cada una de las cuatro regiones del cuadro (conocidas comúnmente como Sweet Sixteen), que no se disputan hasta los próximos jueves y viernes. De este modo, los equipos aprovechan para descansar tras unos primeros días de mucha tensión y para viajar a las nuevas ubicaciones donde se celebran las siguientes rondas. Los vencedores se verán las caras al siguiente sábado y domingo en las finales regionales (conocidas como Elite Eight), y de cada final regional tendremos a un campeón por cada una de las cuatro regiones del cuadro. Cada campeón regional disputará la prestigiosa Final Four.

La sede de la Final Four varía cada año, disputándose en el mismo pabellón tanto las dos semifinales como la gran final por el campeonato nacional. Esta final, conocida como Championship Game, enfrenta a los dos programas vencedores de las semifinales de esta Final Four, cuyo vencedor se corona como el nuevo campeón nacional de NCAA Division I.

Más contenido sobre baloncesto NCAA

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Bryan García es analista de college basketball y NBA Draft y será firma invitada de nbamaniacs durante el mes de noviembre. Esperamos que con este texto quede más claro a todos los lectores el sistema de competición NCAA.

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https://www.nbamaniacs.com/articulos/como-es-el-sistema-de-competicion-ncaa/feed/ 0 2019 Getty Images MINNEAPOLIS, MINNESOTA - APRIL 08: The Virginia Cavaliers celebrate their teams 85-77 win over the Texas Tech Red Raiders to win the the 2019 NCAA men's Final Four National Championship game at U.S. Bank Stadium on April 08, 2019 in Minneapolis, Minnesota. (Photo by Tom Pennington/Getty Images)
Draft NBA: historia, funcionamiento, lotería y NCAA https://www.nbamaniacs.com/articulos/draft-nba-historia-funcionamiento-loteria-y-ncaa/ https://www.nbamaniacs.com/articulos/draft-nba-historia-funcionamiento-loteria-y-ncaa/#respond Wed, 18 Nov 2020 14:00:00 +0000 https://www.nbamaniacs.com/?p=252131
 
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Al igual que la apertura de la agencia libre, la llegada y el deadline del período de traspasos, el inicio de cada temporada o los tan ansiados playoffs, un acontecimiento primordial y decisivo en el futuro de las franquicias de la NBA cada temporada es el Draft NBA, un evento disputado cada año a finales del mes de junio —a excepción de este extraño 2020— y que congrega a los mejores talentos jóvenes del mundo que desean entrar en la NBA. Se puede decir que es la manera ‘estándar’ por la cual un jugador joven accede a la NBA, pero no la única.

El objetivo de este Draft NBA, además de dar cabida a la nueva hornada de jóvenes promesas procedentes de competiciones universitarias o internacionales, es la de recompensar a las franquicias NBA que han tenido una temporada anterior horrible a nivel de resultados, teniendo estas franquicias disponibles a los mejores jugadores de entre todos los seleccionables y haciendo que se nivele, en mayor o menor medida, el nivel de la competición para la temporada siguiente.
 

Un poco de historia del Draft NBA

Para encontrar el primer draft de baloncesto norteamericano de la historia tenemos que irnos hasta 1947, donde en la todavía BAA (Basketball Association of America) se ideó un sistema mediante el cual los equipos podían escoger a jugadores procedentes de la NCAA, de tal modo que los equipos con peor balance de victorias-derrotas de la temporada anterior podían escoger en primeras posiciones, algo similar a como ocurre hoy en día. Clifton McNeely tuvo el honor de ser la primera elección de dicho draft elegido por los Pittsburgh Ironmen, aunque curiosamente nunca llegó a jugar en la liga.

No fue hasta 1950 —ya con la NBA establecida como organización tras la fusión de la anterior BAA con la National Basketball League (NBL)— cuando se celebró el primer Draft NBA de la historia. El funcionamiento volvía a ser muy similar a los establecidos en la ya desaparecida BAA: elecciones de jugadores procedentes de la NCAA elegidos en orden inverso a la clasificación de temporada regular de la campaña anterior. Se realizaron un total de 12 rondas en este Draft NBA inaugural, destacando futuras leyendas de la NBA como Paul Arizin (primer número 1 del Draft NBA), Bob Cousy (#3), George Yardley (#7) o Bill Sharman (#16).

Durante este Draft NBA ya se incluían las llamadas elecciones territoriales que empezaron en la BAA, un tipo de elección de draft que se realizaba días antes de la fecha del Draft NBA y que consistía en la selección de jugadores de la propia zona donde se ubicaba la franquicia NBA. Este sistema se ideó pocos años antes con la idea de que una franquicia NBA pudiese obtener futuros jugadores de su propia ciudad o de ciudades colindantes. El propio Paul Arizin, que jugaba en la universidad de Villanova, fue la primera elección territorial del Draft NBA tras ser escogido por los Philadelphia Warriors, y mediante este sistema también fueron escogidos futuras estrellas del calibre de Tom Gola, Tom Heinsohn, Wilt Chamberlain, Oscar Robertson, Dave DeBusschere, Jerry Lucas, Walt Hazzard o Gail Goodrich. Finalmente, este tipo de elecciones fueron eliminadas en 1966 para otorgar una mayor igualdad de selecciones entre todas las franquicias de la liga.

Desde entonces, muchas leyendas fueron elegidas en el Draft NBA con su primera elección. Elvin Hayes (1968), Kareem Abdul-Jabbar (1969) —todavía Lew Alcindor—, Bill Walton (1974), John Lucas (1976)… hasta un año 1978 que entraría en la historia de la competición tras la elección de Mychal Thompson (padre del actual jugador de Golden State Warriors Klay Thompson), que sería el primer jugador no nacido en Estados Unidos en ser elegido #1 del Draft NBA, aunque bien es cierto que creció y se formó como jugador en el estado de Florida.

Posteriormente, Hakeem Olajuwon sería el primer jugador no americano en ser elegido número uno del Draft NBA (1984), Yao Ming sería el primer jugador asiático (2002), Andrew Bogut el primer jugador australiano (2005) y Andrea Bargnani el primer jugador europeo en conseguirlo (2006).

Este Draft NBA no tuvo numerosas reformas desde su inclusión, pero con el paso de los años el comisionado de la NBA se daba cuenta que muchas franquicias NBA incurrían en una práctica habitual cada temporada: perder partidos deliberadamente para favorecer mejores elecciones del Draft NBA al año siguiente, asegurándose que la franquicia con peor récord de victorias tuviese el pick número 1. Es por ello que de manos de David Stern se llevó a cabo una interesante reforma para evitar esta práctica, este ‘tanking’. Finalmente en 1984 se aprobó realizar el primer Draft NBA con la nueva normativa, algo más similar a como se produce hoy en día, con un sistema donde los siete equipos con peor récord de la temporada anterior entraban en un sorteo donde se designaría el orden definitivo de las siete primeras plazas. Se dice que el Draft NBA de 1985 fue realmente el primer draft mediante el uso de ‘lotería’.

La última gran reforma del Draft NBA no llegaría hasta 2005, un cambio de normativa cargado de controversia. En años anteriores a este 2005, muchos jugadores decidieron declararse como elegibles para el Draft NBA una vez se graduaron de High School, y más aún visto el éxito de jugadores como Kevin Garnett, Kobe Bryant, Jermaine O’Neal, Amar’e Stoudemire, LeBron James o Dwight Howard (menos afortunado fue Kwame Brown, primer número 1 del Draft NBA procedente de un instituto), provocando que muchos chavales de instituto renunciaran a jugar en la NCAA. Por ello, David Stern reformó la normativa para obligar a los jugadores que se presentasen al Draft NBA a contar como mínimo con 19 años, obligándoles a pasar al menos un año en la universidad, firmando en profesionales o matriculándose en alguna escuela de estudios secundarios.

La mayoría de jugadores con potencial NBA ‘pasaron por el aro’ y se matricularon un año en la universidad antes de marcharse rumbo al Draft NBA. Eran los conocidos como one-and-done, y muchos entrenadores de la NCAA empezaron a centrar sus esfuerzos en reclutar a este tipo de jugadores para fortalecer y renovar sus programas deportivos cada año hasta nuestros días. Otros, sin embargo, optaron por buscar vías profesionales y firmar un año en clubes europeos (Brandon Jennings o Jeremy Tyler), asiáticos (Emmanuel Mudiay) o australianos (Terrance Ferguson o LaMelo Ball). Curiosamente, la última vía abierta para sortear la universidad y declararse elegible para el draft la ha propuesto la propia NBA en este 2020, con la creación de un equipo específico de G League específico para formar jugadores de High School con potencial para jugar en la NBA: el NBA G League Ignite.

Desde 2005, pocos cambios ha habido en la normativa de este Draft NBA. El más reciente fue un ligero cambio para seguir evitando el tan temido ‘tanking’ mediante el cual los equipos con los tres peores récords de la anterior temporada tendrían exactamente las mismas posibilidades (un 14%) para obtener el puesto número 1 del Draft NBA.

Funcionamiento del Draft NBA

Después de multitud de reformas, cambios en las normativas y expansiones en la competición por la entrada de nuevos miembros, el Draft NBA redujo sus rondas a tan solo dos, cada una con un total de 30 elecciones tras la última expansión de 2004 con la entrada de los —por entonces— nuevos Charlotte Bobcats.

El orden en el que cada franquicia NBA elige en este Draft NBA viene determinado por la clasificación de temporada regular del año anterior. En las catorce primeras posiciones se situarán los catorce equipos que no lograron ingresar en los Playoffs de la NBA del año anterior, y su orden se establece en función de la ya conocida ‘lotería del draft’, que establece un baremo de probabilidades para determinar qué equipo tiene más opciones de elegir con el pick #1, el #2, #3, etc.

Por su parte, el resto de la primera ronda del Draft NBA (posiciones del #15 al #30) se situarán las franquicias que lograron participar en los Playoffs de la NBA el año anterior en orden inverso a su número de victorias en la temporada regular. En cuanto al orden de elección de las treinta elecciones de segunda ronda será también en orden inverso al número de victorias obtenidas en la campaña anterior.

Durante la noche del Draft NBA, que se celebra desde 2013 en el Barclays Center de Brooklyn a finales del mes de junio, cada franquicia tiene cinco minutos para realizar su elección y comunicárselo al comisionado de la NBA, que emitirá la elección en directo. En segunda ronda el tiempo de elección desciende hasta los dos minutos. Desde ese momento, la franquicia NBA que selecciona un jugador adquiere sus derechos en la NBA, pudiendo decidir si le firma un contrato a posteriori, traspasa sus derechos a otra franquicia NBA o mantiene sus derechos sin firmar ningún contrato (pueden no firmarlo nunca y el jugador nunca jugar en la NBA o llegar a un acuerdo con el jugador y firmarle en años posteriores).
 

La lotería del Draft NBA

Tal como comenté en el apartado anterior, la lotería del Draft NBA es un pequeño sorteo que se realiza semanas antes de la realización del Draft NBA que permite sortear las posiciones de los 14 primeros puestos del draft con los equipos que no lograron acceder a los playoffs de la NBA el pasado año. Al igual que en el Draft NBA, este sorteo se hace en directo con el comisionado de la NBA dirigiendo el sorteo y con representantes de las 14 franquicias NBA participantes en el mismo, que suelen ser jugadores o miembros del staff técnico o directivo de cada franquicia.

Desde la creación de la NBA se usaba el llamado ‘coin flip’, donde se escogían a los peores equipos de cada conferencia de la temporada anterior y se lanzaba una moneda al aire, y de esta simple manera salía el equipo que elegía en primer lugar y cuál en segundo, y el resto de los equipos se ordenaban en orden inverso a la clasificación de la temporada anterior. En 1984 este sistema acabó siendo suspendido con las denuncias de ‘tanking’ de media liga ante algunos equipos que perdían encuentros deliberadamente para obtener buenas posiciones en el draft de novatos. El caso que más repercusión tuvo fue el de los Houston Rockets, que pese a tener una gran plantilla con un joven Ralph Sampson al frente, acabaron perdiendo sospechosamente muchos más partidos de los esperados. En el draft del año siguiente se alzaron con el primer puesto, eligiendo a Hakeem Olajuwon.

Para evitar este ‘tanking’, la NBA estableció posteriormente que únicamente los tres equipos con peor balance de victorias-derrotas de la anterior temporada fueran los que participasen en esta lotería, y el resto de las elecciones de lotería se harían conforme al orden inverso de la clasificación del año pasado. Este nuevo sistema de lotería se comenzó a usar en 1985, y establecía que en tres sobres diferentes apareciesen escritos los nombres de los tres equipos con peor balance, seleccionando una mano inocente sobres con el nombre de los equipos al azar. Sin embargo, este sistema fue duramente criticado el mismo año en que se puso en práctica por primera vez, ya que se acusó a la NBA de manipulación para que los Knicks obtuviesen la primera elección de draft, con la que escogerían a Patrick Ewing.

Las continuas presiones que directivos y franquicias hicieron sobre la NBA obligaron nuevamente a modificar el sistema en 1989, entrando en vigor al año siguiente. De este modo, se estableció un sistema de calificaciones ponderadas de tal manera que el equipo con peor balance tuviera también un porcentaje de éxito mayor de obtener el primer pick del draft, y así sucesivamente hasta establecer una calificación ponderada hasta el último equipo de lotería. En 1993 se modificaron nuevamente las ponderaciones después de que en el draft de ese mismo año los Orlando Magic obtuviesen el primer pick de draft, siendo el equipo con mejor balance de los 14 que no se clasificaron para Playoffs del año anterior. Los Magic seleccionaron ese año a Chris Webber —aunque posteriormente lo traspasaron a los Warriors por Penny Hardaway y tres elecciones de primera ronda— después de haber escogido a Shaquille O’Neal el año anterior.

Este sistema es el que ha permanecido vigente hasta nuestros días, aunque desde el Draft NBA 2019 los tres equipos con peor balance de victorias la pasada temporada tienen ahora las mismas oportunidades de obtener el número 1 del draft (14% de probabilidades), evitando así que el i siga siendo una práctica habitual en la temporada NBA. Estos son los porcentajes actuales con la probabilidad de cada elección para obtener el número 1:

 
(Teniendo en cuenta que el #01 es la franquicia con peor récord de victorias y el #14 es la franquicia con mejor récord de victorias de entre las que no se clasificaron para los Playoffs de la NBA).

Jugadores elegibles para el Draft NBA

Es importante resaltar los jugadores que son elegibles para el Draft NBA y los que no lo son. Como hemos visto en un apartado anterior, desde el año 2005 la NBA implementó una modificación de la normativa que impedía a los jugadores de instituto dar el salto directamente hacia este Draft NBA, obligándoles a pasar un año en la universidad, escuela secundaria o en algún equipo profesional hasta cumplir el mínimo de edad de 19 años y poder declararse como elegibles.

Por tanto, el requisito mínimo para que un jugador se declare como elegible en el Draft NBA es que debe haber cumplido los 19 años durante el año en el que se realice el Draft NBA y haber transcurrido un año desde que se graduó de High School (en el caso de jugadores formados en Estados Unidos). Hay que tener en cuenta también que los jugadores que completan ciclo universitario en la NCAA —de 4 años generalmente— y los jugadores internacionales con 22 años o más durante el año en el que se realice el Draft NBA son elegibles automáticamente para este.

Para los jugadores universitarios que no hayan cumplido su ciclo universitario y quieran declararse elegibles para el Draft NBA (se les suelen llamar ‘early entries’), deben de pasar además por un proceso particular. Estos jugadores deben anunciar su interés en declararse como elegibles y contratar un agente deportivo. Hasta no hace muchos años, firmar un agente deportivo significaba automáticamente que el jugador perdía todos los derechos a regresar a la universidad un año más, pero estos últimos años la NCAA ha validado a una serie de agentes cuyo objetivo es acompañar y guiar a cada jugador por todo el sistema de entrevistas, workouts, charlas y demás compromisos que un jugador debe hacer frente hasta llegar al Draft NBA. Si el jugador decide contratar a alguno de estos agentes deportivos certificados por la NCAA el jugador no pierde sus derechos a regresar al baloncesto universitario al año siguiente.

De este modo, un jugador universitario puede constatar de primera mano cuáles son sus opciones reales en el Draft NBA y entrenar junto a miembros del staff de alguna franquicia NBA hasta una fecha determinada de ‘deadline’, en la cual debe decidir definitivamente si renuncia a su elegibilidad universitaria y se declara definitivamente para el Draft NBA o vuelve una temporada más a la NCAA. Una vez obtenida la lista definitiva de jugadores elegibles, el proceso continúa a través de más reuniones, entrevistas y workouts oficiales con las franquicias NBA para elevar su stock en el mismo hasta el día del Draft NBA.

Bryan García es analista de college basketball y NBA Draft y será firma invitada de nbamaniacs durante el mes de noviembre.

(Fotografía de Chris McGrath/Getty Images)

 
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La pandemia global por el COVID-19 nos ha dejado un Draft NBA 2020 muy poco usual, y que por estas causas excepcionales ha sido pospuesto hasta este mes de noviembre, casi a la par con el inicio de la temporada universitaria de baloncesto.

Prácticamente todos los expertos coinciden en que este Draft NBA 2020 no tiene el talento ni la fuerza de ediciones anteriores. Y no les falta razón. No es un draft donde vayamos a encontrar al próximo Zion Williamson, al nuevo Luka Doncic ni a jugadores jóvenes con el potencial de un Jayson Tatum. Pero es un draft con chicos interesantes, con jugadores que tienen mimbres para llegar a ser importantes en la Liga, y que al ser un draft tan abierto podemos encontrar mil y una sorpresa y posibles robos.

Desconozco si puede llegar a ser un draft de jugadores con múltiples presencias en el All-Star Game, pero pienso que la particularidad más interesante de este es que podemos encontrar a jugadores de perfiles muy diferentes que pueden llegar a ser muy útiles a prácticamente cualquier franquicia NBA. No sé si futuras estrellas de la liga, pero sí muy buenos segundas o terceras espadas, jugadores de rol específico o jugadores importantes en la rotación de las franquicias.

Si miramos un poco más allá de lo que nos han vendido desde Estados Unidos —«uno de los peores draft de los últimos veinte años», llegué a leer en algún artículo— podemos encontrar a una generación de jugadores listos para aportar en el siguiente nivel, y que por seguro estarán con ganas de demostrar que son jugadores muy válidos para cualquier franquicia NBA.

La lotería

El pasado 20 de agosto tuvo lugar el ya tradicional evento de la lotería del Draft NBA, y que por motivos de salud se realizó de manera telemática junto a los 14 representantes de las franquicias NBA implicadas en el sorteo.

Golden State Warriors, Minnesota Timberwolves y Cleveland Cavaliers partían como los grandes favoritos para alzarse con el tan preciado pick número 1 del Draft NBA, todos con un 14% de probabilidades, siendo la franquicia de Minneapolis representada por su jugador D’Angelo Russell los que finalmente acabaron llevándose el gato al agua. Los Warriors lograron mantener su pick número 2, pero los Cavaliers no tuvieron tanta fortuna como ellos y acabaron cediendo algunas posiciones hasta elegir definitivamente con el 5.

Entre medias se han colocado los otros dos grandes vencedores del sorteo junto con los Timberwolves. Los Charlotte Hornets dieron la sorpresa ascendiendo hasta el número 3, ya que partían con el octavo peor registro de probabilidades, mientras que los renovados Chicago Bulls tendrán el honor de elegir en el número 4 después de partir desde el séptimo puesto antes del sorteo.

Pocos cambios en el resto de elecciones de lotería, que han quedado designadas finalmente del siguiente modo:

  1. Minnesota Timberwolves
  2. Golden State Warriors
  3. Charlotte Hornets
  4. Chicago Bulls
  5. Cleveland Cavaliers
  6. Atlanta Hawks
  7. Detroit Pistons
  8. New York Knicks
  9. Washington Wizards
  10. Phoenix Suns
  11. San Antonio Spurs
  12. Sacramento Kings
  13. New Orleans Pelicans
  14. Boston Celtics (via Memphis Grizzlies)

Los candidatos al primer puesto

Como dije anteriormente, nos encontramos ante un Draft NBA muy abierto y con múltiples opciones de elección en las posiciones altas de lotería, y eso incluye el primer puesto del draft. Incluso, se ha hablado mucho de que podría estar incluido en alguna propuesta de traspaso, así que podemos esperarnos casi cualquier cosa.

Tres grandes nombres son los favoritos para ser número 1 del Draft NBA 2020:

Anthony Edwards (SG – Georgia). El favorito para muchos en las quinielas. Pese a su juventud, es uno de los jugadores más hechos a nivel NBA y que podría aportar desde el primer momento en la franquicia que decida contar con sus servicios. Es sobre todo un escolta capaz de aportar ofensivamente a todos los niveles, agresivo con el balón en sus manos y físicamente muy hecho para pelear frente a otros exteriores NBA. Quizás la parte táctica y técnica es la que menos domina, pero por seguro tendrá tiempo suficiente para evolucionar en esos campos.

James Wiseman (C – Memphis). Junto a Edwards es el otro gran favorito para ocupar el trono de este Draft NBA 2020. Sí que es verdad que Wiseman cuenta con un hándicap que juega mucho en su contra: únicamente jugó tres partidos en la NCAA con Memphis antes de que decidiese dejar la universidad, por lo que tampoco se le pudo ojear lo suficiente. Eso sí, ha dejado muestras de ser un pívot poco usual, un chico de 2,16 metros que se mueve en la pista con una agilidad increíble, que puede correr la pista sin problemas, con un físico imponente que ha seguido trabajando en verano y con mucho potencial tanto en el lado ofensivo como defensivo del juego. ¿Valdrá la pena arriesgarse?

LaMelo Ball (PG – Illawarra Hawks). Creo que a estas alturas sobran las presentaciones con el pequeño de los Ball. Desde la irrupción en sociedad de su hermano Lonzo le hemos seguido la pista por High School, en Lituania y más recientemente en Australia, con su siempre inquietante padre LaVar como mayor estandarte. Parece que su valor ha caído en estas últimas semanas, pero dispone de muchos adeptos que le consideran también como favorito para pugnar por ese pick 1, un base de 203 centímetros que juega a ritmos de juego altos, muy versátil y de gran control de balón, pero al que siempre se le ha achacado una mala cabeza para el tiro y un físico poco moldeado.

Los favoritos a ser top-10

Deni Avdija (SF – Maccabi Tel-Aviv). El alero israelí ha ido evolucionando notablemente con el paso de los meses hasta ser uno de los favoritos en las quinielas de este Draft NBA. Puede ser catalogado como un verdadero ‘point-forward’ gracias a su capacidad en el manejo de balón y su versatilidad posicional, siendo un magnífico finalizador, y ha llamado la atención de varias de las franquicias ubicadas en los 5 primeros puestos. La defensa, profundizar en su tiro y su evolución física deben de ser los aspectos en los que seguir trabajando. Y también hacer olvidar a la gente esas absurdas comparaciones con Luka Doncic.

Killian Hayes (PG – Ratiopharm Ulm). Junto al propio Avdija son los dos grandes prospects europeos a seguir en este Draft NBA 2020. Es uno de los jugadores más jóvenes de esta generación de draft, y ha despertado gran interés entre los analistas hasta el punto de que algún Mock de draft lo sitúa incluso como presumible primer puesto. Base francés de buen control de balón y un gran distribuidor, ofreciendo mucha seguridad con el balón en sus manos. Sus casi dos metros de altura le proporcionan cierta base a nivel defensivo, aunque es en ataque donde muestra un mayor número de virtudes. Si termina de evolucionar físicamente y se termina de acoplar bien a la competición, hay base para rato en la NBA.

Onyeka Okongwu (PF/C – USC). Empezó a ser conocido hace unos años por ser la pareja de baile de LaMelo Ball en Chino Hills, y desde entonces su evolución ha sido meteórica. Interior de origen nigeriano, es junto a Wiseman la otra gran baza interior de este Draft NBA 2020 en los primeros puestos, un jugador potente físicamente, de gran control de su cuerpo, fantástico al pick-and-roll y de grandes fundamentos defensivos. Su altura le limita un poco para ser pívot (209 centímetros), pero tiene talento y agresividad en la pista a raudales. En su único año en USC confirmó su potencial.

Obi Toppin (PF – Dayton). Toppin ha sido una de las grandes sensaciones de la última temporada universitaria, obteniendo gran parte de los galardones universitarios. Entre ellos, el A-10 Player of the Year y el National Player of the Year, venciendo en la contienda a Luka Garza. Ya de cara a su futuro NBA los analistas presentan algunas dudas más por su edad (22 años) y porque a nivel posicional no queda claro dónde jugará. En cualquier caso, es un jugador que se ha ganado el cariño del público por su fuerza y garra en la pista, por su poderío físico y por sus acciones espectaculares cerca del aro. Su versatilidad puede llevarle muy lejos en la competición.

Tyrese Haliburton (PG – Iowa State). Internacional en categorías inferiores con la selección norteamericana, Haliburton puede ser -quizás- el base más completo de este Draft NBA 2020. Dispone de unas condiciones físicas idóneas para un base NBA con sus casi dos metros de altura y una envergadura de brazos tremenda, al que hay que unirle una visión de juego espectacular, un juego al pick-and-roll de los mejores de esta generación y con un gran potencial ofensivo y defensivo. Físicamente es donde más podría sufrir en sus primeros años en la NBA, y si termina de ganar más consistencia en su tiro exterior podemos hablar de uno de los grandes nombres de esta generación.

Isaac Okoro (SF – Auburn). Si con Haliburton teníamos —probablemente— mejor base de esta camada, con Okoro podríamos ampliar un poco más el espectro y encontrarnos con el jugador exterior más completo de este Draft NBA 2020. Es verdad que no ha atraído tantos focos como otros freshmen de su generación, pero a lo poco que le veas en acción te das cuenta de que estamos ante un jugador capaz de aportar en prácticamente todas las facetas del juego en la pista, y en muy pocas de ellas se desenvuelve mal. Si a ello le añadimos un potencial y un techo muy altos, una gran ética de trabajo y que todavía tiene 19 añitos, Okoro es una de las grandes perlas de este Draft NBA 2020 por el que las franquicias se acabarán peleando.

Devin Vassell (SG/SF – Florida State). Su valor ha crecido como la espuma desde que terminó la temporada universitaria, siendo un jugador que inicialmente contaba para ser de mediados-finales de primera ronda y ahora prácticamente ningún Mock de draft lo sitúa fuera de posiciones de lotería. En su segundo año en Florida State destapó realmente su potencial NBA, siendo un jugador que destaca por su inmenso trabajo en la pista, como finalizador tanto desde cerca del aro como atacando desde larga distancia y por su polivalencia. Pero donde más interés despierta Vassell es especialmente en el lado defensivo, donde se ha desmarcado como uno de los más notables de este Draft NBA 2020 y es el motivo por el cual muchas franquicias quieren atarlo cuanto antes mejor.

Precious Achiuwa (PF – Memphis). Inicialmente no partía tan favorito en las quinielas por ser uno de los jugadores más destacados de la NCAA por tener en su equipo a James Wiseman, pero la marcha del pívot del equipo le permitió a Achiuwa ser el nuevo líder del equipo de Penny Hardaway, y su juego y su potencial han crecido tanto en los últimos meses como para ser considerado uno de los jugadores más prometedores de este Draft NBA 2020. El nigeriano tiene dos grandes bazas bajo el brazo que le permitirá granjearse un gran futuro en la NBA: una contundencia atlética espectacular y una polivalencia que le permitirá jugar hasta en tres posiciones distintas. Si termina de evolucionar en su tiro y a nivel táctico, tendremos a un jugador sumamente especial.

Posibles elecciones de lotería

Aaron Nesmith (SG – Vanderbilt). Una lesión esta última temporada le apartó de los focos en el momento más importante del año, pero es indudable que la calidad y el talento de Aaron Nesmith pasaran desapercibidos en este draft. El escolta formado a las órdenes de Jerry Stackhouse es quizás la mejor muñeca de este Draft NBA 2020, y es el gran argumento para ser elegido en posiciones altas de este draft, ya que no es una edición en la que abunden los tiradores natos. Este es su gran valor, pero también su gran inconveniente si no trabaja otras facetas, ya que puede acabar siendo un jugador unidimensional.

Saddiq Bey (SF – Villanova). No es algo nuevo que Jay Wright acabe siendo un mentor de lujo a la hora de formar y preparar a jugadores para la NBA, y Saddiq Bey será su última perla que exporte a la mejor liga del mundo. El alero ha evolucionado notablemente en los Mocks de draft con el paso de los meses del mismo modo que lo ha hecho Nesmith, una necesidad entre las franquicias que no ha sido cubierta hasta el momento: el jugador con rol de 3-and-D. Y esto es básicamente lo que ofrece Bey, un jugador de gran versatilidad ofensiva que además es capaz de desempeñar una labor encomiable en defensa y polivalencia en todos los aspectos del juego. Ahora ha subido mucho su stock, pero era un claro robo de draft hasta hace no mucho tiempo.

Kira Lewis Jr. (PG – Alabama). Otro jugador que ha estado en bocas de todos durante estas últimas semanas es el menudo base Kira Lewis Jr., formado en la universidad de Alabama, y que ha recibido interés de varias franquicias ubicadas en la lotería del Draft NBA 2020. Es un base rapidísimo, explosivo, de gran capacidad de creación de juego como de crearse sus propios tiros y aportar notablemente en el apartado ofensivo. Su corta estatura y su falta de capacidad atlética son un hándicap para que no suba más posiciones en este draft, pero el feedback que está recibiendo de las franquicias NBA está siendo muy positivo, por lo que no hay que descartarle entre los primeros 14 puestos.

R.J. Hampton (PG/SG – New Zealand Breakers). Su trayectoria ha sido relativamente similar a la de LaMelo Ball, un base de cinco estrellas de su generación que decidió optar por la vía profesional antes que decidirse a estudiar en la universidad, llevándole hasta Nueva Zelanda. El texano ha dado el salto de nuevo a los Estados Unidos para quedarse, y es que si bien su rango de elección va desde la lotería hasta finales de Primera Ronda es un jugador que solo por potencial de mejora puede salir elegido muy arriba. Es un jugador de buenas condiciones físicas que despunta especialmente en el lado ofensivo del juego, siendo un buen activo en el pick-and-roll y un gran finalizador, aunque tiene mimbres de buen defensor. Si mejora en su tiro, puede ser hasta un posible robo.

Patrick Williams (SF/PF – Florida State). Compañero de Devin Vassell en los Seminoles este último año, no ha traído tanta expectación como su compañero pero los expertos aseguran que puede tener un valor muy alto a menudo que pase el tiempo, por lo que no se le descarta para ser una elección de lotería. Se mueve a caballo entre las posiciones de 3 y 4 gracias a sus buenas condiciones físicas, y sin ser un especialista en una categoría determinada puede ayudar en múltiples facetas sobre la pista. Su gran inconveniente es que es un jugador todavía por hacer que no ha demostrado en la universidad de todo lo que es capaz. Sin duda uno de los grandes candidatos a ser ‘boom-or-bust’ de este Draft NBA 2020.

¿’Robos’ del Draft NBA 2020?

Cole Anthony (PG – North Carolina). Quizás el gran exponente como ‘robo’ de este Draft NBA 2020 sea el joven Cole Anthony, un jugador que solo por talento merece ser top 5 o top 10 de esta generación, pero que ha caído de manera notable en los Mocks hasta que hoy en día se le ve rozando finales de primera ronda. Una lesión durante buena parte de la temporada universitaria unida a una adaptación cuestionable a la NBA que pronostican los expertos le hacen un candidato perfecto para liderar este apartado.

Vernon Carey Jr. (C – Duke). El pívot formado en la universidad de Duke fue uno de los grandes protagonistas de la temporada de los de Durham este último año, pero las exigencias físicas a la que la NBA somete a los grandes interiores de la competición unido a la facilidad con la que Carey tiende a coger peso le han hecho caer en las previsiones. Eso sí, su versatilidad y movilidad para ser interior es de primer nivel.

Jaden McDaniels. (SF – Washington). Al igual que Cole Anthony fue considerado como un top 5 del draft de esta generación, pero el hype generado y su irregular temporada con los Huskies le ha hecho caer puestos sin parar, hasta el punto de que más de un Mock lo sitúa ya en segunda ronda. Bien es cierto que sus continuas comparaciones con Kevin Durant no le han favorecido nada, pero es un jugador que por condiciones, potencial y talento nato puede salir mucho más arriba de donde se le pronostica actualmente.

Nico Mannion. (PG – Arizona). El hijo de Pace Mannion es otro de los jugadores de gran talento que han caído muchas posiciones en los Mocks, y en este caso sin razón aparente más allá de la evolución de otros jugadores. Es un base de la vieja escuela, de los que les gusta dirigir, asistir y organizar y que no desentona en el plano ofensivo, pero su poco favorecedora capacidad atlética y su poca incidencia defensiva le han hecho estancarse un poco.

Reggie Perry (PF – Mississippi State). Reconozco que es más una apuesta personal que otra cosa, pero las condiciones de Perry para poder jugar en la NBA son patentes. Sin embargo, no se explica del todo su fuerte caída en los Mocks pese a ser un ala-pívot muy versátil que ha ido poco a poco puliendo su tiro, y que físicamente está a la altura de los mejores jugadores interiores de esta generación. Si acaba siendo seleccionado en segunda ronda tal como se pronostica, puede ser un caramelo muy dulce para la franquicia que lo elija.

El Draft NBA 2020 se celebrará el 18 de noviembre de 2020, madrugada del miércoles al jueves en España.

Bryan García es analista de college basketball y NBA Draft y será firma invitada de nbamaniacs durante el mes de noviembre.

(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)

 
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https://www.nbamaniacs.com/articulos/draft-nba-2020-quienes-son-los-jugadores-mas-importantes/feed/ 0 2019 Getty Images TEMPE, ARIZONA - DECEMBER 14: Anthony Edwards #5 of the Georgia Bulldogs handles the ball during the NCAAB game against the Arizona State Sun Devils at Desert Financial Arena on December 14, 2019 in Tempe, Arizona. (Photo by Christian Petersen/Getty Images)
Guía NCAA 2020-21: ¿qué podemos esperar de la temporada? https://www.nbamaniacs.com/articulos/la-temporada-2020-21-de-la-ncaa/ https://www.nbamaniacs.com/articulos/la-temporada-2020-21-de-la-ncaa/#respond Wed, 04 Nov 2020 20:00:35 +0000 https://www.nbamaniacs.com/?p=251131
 
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Ha sido un año aciago para todos. La pandemia de la COVID-19 trastocó enormemente la pasada temporada universitaria dejándola por primera vez en la historia sin concluir, sin certificar un ganador, cerrando la campaña abruptamente a principios del mes de marzo ante el enorme crecimiento de la curva de contagios y la rápida expansión del virus a lo largo de todo el territorio norteamericano.

A diferencia de lo sucedido posteriormente en la NBA, que pudo finalizar su temporada en la ‘burbuja’ de Orlando, este sistema nunca fue una opción viable en el baloncesto universitario. En cierta parte entendible, ya que no es lo mismo hacer una ‘burbuja’ de 20 equipos en una localización determinada que establecer 32 ubicaciones cerradas a cal y canto perimetralmente para cada una de las 32 conferencias (realmente alguna menos puesto que algunos torneos de conferencia ya habían finalizado por entonces) para posteriormente hacer lo mismo para los 68 programas universitarios del March Madness. El riesgo de contagio ante tal cantidad de personas y aglomeraciones era exponencial, y la NCAA decidió —sabiamente, pese a que a los aficionados al college basketball nos duela en el fondo— preservar la salud y la integridad de sus estudiantes-atletas y suspender todo tipo de competiciones de post-temporada hasta el año próximo.

Un verano diferente en la NCAA

La cancelación de todas las competiciones de post-temporada trajo sus consecuencias. Muchos jugadores senior —jugadores que terminan ciclo universitario— no pudieron despedirse en condiciones de sus aficionados ni de las universidades en las que habían crecido los últimos cuatro años, así como los jugadores que habían decidido marcharse de manera anticipada a profesionales o se habían declarado seleccionables para el Draft de la NBA. Esto provocó también cambios en el futuro profesional de muchos jugadores, que esperaban que el March Madness les diese ese empujón de expectativas de cara al NBA Draft para subir su valor, haciendo que muchos de ellos decidiesen regresar un año más a la universidad o lanzarse al vacío del profesionalismo con menos garantías de las que ellos esperaban.

La pretemporada de cada programa universitario se ha visto también fuertemente afectada. Estos últimos años era habitual ver a universidades —las que disponen de un presupuesto más solvente— viajando a lo largo de todo el globo para enfrentarse a equipos amateurs o semi-profesionales de Europa, Sudamérica o Asia para preparar la nueva temporada, y de paso también para echar un vistazo a los jugadores locales por si se diese la oportunidad de reclutarlos para un futuro cercano o para expandir las relaciones institucionales entre la universidad y academias o clubes internacionales.

Algo similar ha pasado también con la gestión del nuevo calendario para esta próxima temporada, en especial en lo relativo a los torneos del calendario non-conference universitario. Carismáticos torneos que cada año unían a miles de aficionados y a algunas de las mejores universidades del país se han visto obligados a posponer su edición de 2020 para el año siguiente, y en otros casos han tenido que reubicar el torneo en nuevas localizaciones ante el miedo por los crecientes casos de COVID-19 en la ubicación de origen. Esto ha provocado que muchos programas universitarios hayan decidido no participar definitivamente en estos torneos de inicio de temporada, y que incluso alguna universidad como la de Bethune-Cookman, en la MEAC, directamente haya decidido no participar en todo el curso 2020-21 para no contribuir a la expansión del virus por todo el país. También las universidades pertenecientes a la Ivy League y a la Patriot League han comunicado que no disputarán su calendario non-conference, iniciando su temporada a principios de 2021.

El Draft también se vio duramente afectado por esta pandemia. La NBA ha tenido que retrasar uno de sus eventos fetiche de cada año hasta mediados de noviembre con motivo de la ampliación de la temporada NBA hasta el mes de octubre. Esto ha afectado de lleno a los jugadores de esta generación, que se han visto obligado a entrevistarse con los miembros de las franquicias NBA a través de internet, y los entrenamientos privados donde poder convencer a estos miembros de la NBA se han reducido drásticamente con motivo de una pandemia que todavía sigue sin estar controlada. Si a ello sumamos que esta generación no es la más talentosa de los últimos años, nos deja un Draft de los más arbitrarios en mucho tiempo.

Por fortuna, 259 días después del último partido universitario, la competición volverá a echar a andar el 25 de noviembre. Con restricciones, no sabemos si todavía sin aficionados en las gradas, pero al menos sabemos que esta vez sí habrá una temporada que concluirá con el ansiado March Madness.

Las universidades a seguir en la NCAA 2021

Ya de llenos metidos en el inicio de competición, la temporada 2020-21 nos ofrece un curso muy abierto con muchos programas candidatos a llevarse el gato al agua en el próximo March Madness 2021. Este año, además, contamos con la particularidad de que los grandes favoritos al título nacional no son los grandes programas históricos que años atrás han estado dominando la competición a su antojo. Esto no quiere decir que universidades como Kentucky, Kansas, Duke o Michigan State no sean competitivas este curso, pero sí que es verdad que parten en un escalón más bajo en las previsiones de los grandes expertos.

En este bloque dejo las diez universidades que, a priori, más opciones tienen para luchar por el campeonato nacional.

Gonzaga Bulldogs. El equipo de Mark Few lleva años ofreciendo un rendimiento espectacular, algo totalmente impensable para universidad perteneciente a una Mid-Major Conference, y que incluso fue subcampeona nacional hace no muchos tiempo. Los de Spokane han perdido a una gran referencia como Filip Petrusev, que decidió emprender su futuro profesional, pero el regreso de jugadores como Corey Kispert, Joel Ayayi, Drew Timme o Anton Watson —con Oumar Ballo todavía en la recámara— unidos al novato estrella Jalen Suggs y a algún que otro transfer les permite disponer de una plantilla experimentada, de gran calidad y bastante amplia para ir a por todas este curso.

Baylor Bears. El equipo de Scott Drew fue uno de los grandes damnificados este pasado año por la cancelación de la temporada de forma abrupta, ya que el rendimiento que sus chicos estaban dando era espectacular, pudiendo optar claramente al título. Este año regresa con gran parte de su bloque de vuelta, ya sin el graduado Freddie Gillespie pero con el inmenso Jared Butler dirigiendo la sala de máquinas y con grandes secundarios como MaCio Teague, Mark Vital, Davion Mitchell o un Tristan Clark que buscará reencontrarse con su mejor versión tras arrastrar problemas físicos durante este último año.

Villanova Wildcats. Los campeones nacionales de 2016 y 2018 vuelven a tener muy serias opciones de sumar un nuevo trofeo nacional para sus vitrinas. El trabajo de Jay Wright esta última década está siendo encomiable, y eso que para este nuevo curso no han incorporado a prácticamente ninguna cara nueva. Pierden a Saddiq Bey porque la NBA ya se ha fijado en él, pero jugadores como Collin Gillespie, Jeremiah Robinson-Earl, Jermaine Samuels o Justin Moore regresan un año más a Villanova. Interesante será ver también el rol que Wright le otorga a Bryan Antoine, uno de los mejores jugadores de la clase de 2019 que el año pasado estuvo muy limitado físicamente.

Illinois Fighting Illini. Por talento han sido una de las plantillas más interesantes de seguir estos dos últimos años, pero los Fighting Illini no acaban de dar ese paso adelante que les confirmen como un candidato al título. El regreso de sus dos jóvenes promesas, Ayo Dosunmu y Kofi Cockburn, unido a la experiencia y el talento de Trent Frazier, Giorgi Bezhanishvili y Da’Monte Williams da al equipo de Brad Underwood muchas tablas para pensar a lo grande. Las expectativas son muy altas con ellos, veremos si es finalmente su año.

Iowa Hawkeyes. No diga Iowa, diga Luka Garza. El veterano pívot de los Hawkeyes es una de las grandes atracciones de esta nueva temporada tras confirmarse su regreso una campaña más, y con él al mando los de Fran McCaffery pueden estar más cerca que nunca del primer título nacional de su historia. Además de Garza, candidato claro al National Player of the Year una temporada más, regresan a Iowa este año jugadores de mucho oficio como Joe Wieskamp, C.J. Fredrick o los lesionados Jordan Bohannon y Patrick McCaffery. Campaña para ilusionar.

Virginia Cavaliers. Son los vigentes campeones nacionales, si obviamos que esta pasada campaña no se pudo finalizar y acabó sin un campeón. Tony Bennett recupera a gran parte de sus filas para este curso, aunque las pérdidas de Mamadi Diakite y Braxton Key no dejan de ser importantes. Para compensar, ya es elegible esta temporada Sam Hauser, que aspira a ser uno de los mejores jugadores de la competición. Si sumamos la veteranía de Jay Huff y la evolución de gente como Kihei Clark, Thomas Woldetensae, Casey Morsell o el argentino Francisco Cáffaro, hay plantilla para pelear por todo.

Kansas Jayhawks. Por norma general, los Jayhawks siempre están en las quinielas por el título. Siempre. Y este año no será una excepción pese a no tener grandes estrellas como años atrás. Con una plantilla generalmente joven, Bill Self debe apoyarse en sus veteranos, especialmente en Marcus Garrett, Ochai Agbaji y David McCormack, esperando encontrar apoyos también entre los más jóvenes del lugar. Y confiar en que las bajas de Udoka Azubuike y Devon Dotson no pesen en exceso.

Kentucky Wildcats. Los chicos de John Calipari no meten miedo como años atrás, pero eso no quita que el plantel confeccionado para este curso no esté cargado de talento y jugadores prometedores listos para comerse la NBA a muy corto plazo. La llegada de los veteranos Olivier Sarr y Damion Mintz les da algo de estabilidad en la plantilla, pero el equipo volverá a confiar primeramente en el talento de sus jugadores freshmen, comandados en esta ocasión por B.J. Boston, Terrence Clarke y Devin Askew.

Duke Blue Devils. Con el paso de los años hemos visto que ‘Coach K’ se ha ido un poco ‘caliparizando’, si me permiten la expresión. Duke sigue echando el resto por su nueva clase de reclutamiento para hacer olvidar a la generación de reclutamiento anterior, siendo esta vez Jalen Johnson, Jeremy Roach o D.J. Steward los que llevan la voz cantante. Pero este año será capital la aportación de jugadores que ya estaban en nómina el año pasado, como Wendell Moore, Jordan Goldwire o Matthew Hurt, así como la experiencia del pívot Patrick Tape tras graduarse en Columbia.

Michigan State Spartans. Termino el repaso de programas por otro de los grandes clásicos, unos Spartans que, si bien no llegan a la incidencia de años anteriores, nunca hay que descartarlos en la lucha por el título nacional. Pierden a dos estandartes del nivel de Cassius Winston y Xavier Tillman, pero por su parte han logrado el regreso del lesionado Josh Langford y ya es elegible por fin el transfer Joey Hauser, hermano de Sam. Si logran que jugadores como Rocket Watts, Aaron Henry o Marcus Bingham den además un paso adelante, los de Tom Izzo volverán a dar mucha guerra.

No quisiera terminar este particular ranking sin hacer especial mención a programas como los de Wisconsin, Creighton, Tennessee, North Carolina, Florida State, Texas, Texas Tech, Oregon o Alabama.

Los jugadores a seguir en la NCAA 2021

De la misma manera que he realizado el ranking anterior de universidades, quiero aprovechar para destacar los que son para mí diez de los jugadores sobre los que hay que seguir de cara a esta nueva temporada, y que seguro darán que hablar durante todo el curso universitario 2020-21.

Luka Garza (Iowa – C). El año pasado Garza ya firmó una temporada espectacular a nivel individual, y solo Obi Toppin le impidió obtener todos los galardones nacionales. Fue All-American y Big Ten Player of the Year, y todo indica que repetirá ambas selecciones en este nuevo curso. La gran incógnita para él —además de intentar guiar a Iowa al título— será hacer una temporada lo suficientemente buena como para que alguna franquicia NBA se fije en él. En su último año promedió 23,9 puntos, 9,8 rebotes y 1,8 tapones por encuentro. 

Ayo Dosunmu (Illinois – PG). Este año Ayo será el gran rival de Garza para el Big Ten Player of the Year, que afronta su tercer año en la competición. En estos dos primeros años se esperaba una evolución notable de un jugador con altas capacidades para seguir su trayectoria en la NBA, pero de momento no ha ofrecido todo lo que se esperaba de él. En su último curso promedió 16,6 puntos, 4,3 rebotes y 3,3 asistencias por encuentro. 

Jared Butler (Baylor – PG). Al igual que con Dosunmu, Jared Butler dio un gran paso decidiendo regresar un año más a college en lugar de escuchar los intereses de la NBA, posponiendo su salto un año. Se ha asentado como uno de los mejores bases de la competición, y de su rendimiento ofensivo y liderazgo dependen buena parte de las opciones de Baylor por triunfar este curso. En su último año promedió 16 puntos, 3,2 rebotes y 3,1 asistencias por encuentro.

Cade Cunningham (Oklahoma State – PG/SG/SF). Cunningham es sin duda una de las grandes atracciones de esta nueva temporada. Catalogado como el mejor jugador de esta nueva generación, y uno de los grandes favoritos a ser el número 1 del NBA Draft de 2021, atraerá buena parte de los focos universitarios este curso. Eso sí, no le podremos ver en post-temporada dado que los Cowboys fueron suspendidos por la NCAA. Salvo sorpresa, será el National Freshman of the Year.

Marcus Garrett (Kansas – PG). Será el nuevo líder de una nueva Kansas. El año pasado estuvo en un rol algo más secundario, pero aún así le valió para ser designado Defensive Player of the Year gracias a su gran trabajo de contención. Veteranía, liderazgo y un gran punto de apoyo para todo el equipo. Su impacto debe de ser notable para que Kansas pueda optar, al menos, a entrar en Final Four. En su último año promedió 9,2 puntos, 4,5 rebotes y 4,6 asistencias por encuentro.

Remy Martin (Arizona State – PG/SG). Los Sun Devils no serán uno de los más llamativos a nivel nacional, pero valdrá la pena seguirles la pista en la PAC-12 gracias a la evolución de Martin. Es uno de los jugadores con mayor potencial anotador de todo el país, y este año tendrá licencia para todo, por lo que no será extraño verle en lo más alto de la tabla de anotadores y en la lucha por el National Player of the Year. En su último año promedió 19,1 puntos, 3,1 rebotes y 4,1 asistencias por encuentro.

Collin Gillespie (Villanova – PG). Ryan Arcidiacono primero, Jalen Brunson después y ahora Collin Gillespie. La senda de bases experimentados, con carácter, garra y liderazgo de Jay Wright sigue su camino, y tras una gran campaña Gillespie viene para confirmarse como uno de los mejores bases de la competición. Su gran reto será guiar a Villanova al campeonato nacional como hizo su antecesor Brunson, y no será por falta de medios ni de plantilla. En su último curso promedió 15,1 puntos, 3,7 rebotes y 4,5 asistencias por encuentro.

B.J. Boston (Kentucky – SF). La gran joya de la corona de John Calipari para este curso es B.J. Boston, un versátil y potente alero físico que difícilmente podrá estar un segundo año en la universidad, teniendo ya la NBA como su gran punto de mira. Se formó en Sierra Canyon High School, donde coincidió con los hijos de LeBron James y Dwyane Wade, y este año es —quizás junto con Evan Mobley— el gran rival de Cade Cunningham en la pugna por el galardón al Freshman of the Year.

Marcus Zegarowski (Creighton – PG). Otro gran base que hay que tener en cuenta para este nuevo curso es el jefe de máquinas de la universidad de Creighton. Zegarowski es uno de los bases más completos de las grandes conferencias, un líder nato, buen generado de juego, buena mano desde larga distancia, buen hacer defensivo… Se avecina un bonito duelo con Collin Gillespie por el Big East Player of the Year. En su última campaña promedió 16,1 puntos, 3,8 rebotes y 5,0 asistencias por encuentro.

Trayce Jackson-Davis (Indiana – C). Quería acabar el listado con un big men después de tantos jugadores destacados en el plano exterior. Hijo del ex NBA Dale Davis, Trayce dejó buenos destellos de su talento y calidad en su año freshman, y ahora vuelve a comandar a los Hoosiers en un año donde de nuevo habrá mucha competencia en la Big Ten. Si sigue con su progresión, nadie podrá impedirle seguir los pasos de su padre rumbo a la NBA a corto plazo. En su último año promedió 13,5 puntos, 8,4 rebotes y 1,8 tapones por encuentro.

Para finalizar, quisiera dejar también constancia de otros jugadores interesantes a seguir para este próximo curso pero que por milímetros dejo fuera de este particular ‘top 10’: como Evan Mobley (USC), Sam Hauser (Virginia), Jalen Suggs (Gonzaga), Corey Kispert (Gonzaga), Scottie Barnes (Florida State), Jalen Johnson (Duke), Ziaire Williams (Stanford), Jeremiah Robinson-Earl (Villanova), Garrison Brooks (North Carolina), Oscar Tshiebwe (West Virginia), James Bouknight (Connecticut) o Terrence Clarke (Kentucky).

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Bryan García es analista de college basketball y NBA Draft y será firma invitada de nbamaniacs durante el mes de noviembre.

(Fotografía de Andy Lyons/Getty Images)

 
Source: nbamaniacs

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