La NBA está suspendida hasta nuevo aviso pero el balón sigue botando en NBAManiacs. Hace unas semanas dimos comienzo a varios seriales históricos con el fin de ofrecer el mejor contenido posible a nuestros lectores durante este tiempo de parón. Recientemente nos centrábamos en la figura de Red Auerbach, el arquitecto de los Celtics durante casi seis décadas, mientras que hace unos días recordábamos a algunos de los mejores jugadores que han vestido la camiseta de los Clippers. Ahora, hacemos un pequeño viaje atrás en el tiempo para conmemorar a aquellos santuarios del baloncesto que han formado parte de la narrativa general de la NBA. Recintos de leyenda, cargados de éxitos y triunfos, pero también de derrotas y decepción. En esta séptima entrega, el Madison Square Garden.
Primera entrega: el Memorial Coliseum de Portland
Segunda entrega: the Mecca de Milwaukee
Tercera entrega: el Chicago Stadium
La historia del Madison Square Garden se remonta a finales del siglo XIX. Desde su inauguración fue uno de los grandes centros culturales de la ciudad de Nueva York, anfitrión en sus orígenes de numerosos eventos tales como combates de boxeo, carreras de caballos, ciclismo indoor, comedias románticos, espectáculos de circo, música orquestal y óperas ligeras.
Es importante mencionar que no hubo un único Garden. El recinto primigenio abrió sus puertas en Madison Avenue en 1879 y no sería hasta la construcción del segundo, en 1890, cuando este recinto comenzó a acoger en sus entrañas sus primeros partidos de baloncesto. Los New York Celtics, propiedad de James Furey, se instalarían en él en 1914 y regresarían tras la I Guerra Mundial bajo el nombre de Original Celtics, quienes disputarían varias ligas profesionales de la época como la Eastern Basketball League, la Metropolitan Basketball League y la American Basketball League.
A pesar de la gran relevancia que consiguió a principios del siglo XX, el MSG II solo fue visto como un producto al que explotar económicamente. Tras exprimir esta inversión, la New York Life Insurance Company, que disponía la hipoteca sobre el mismo, decidió demoler el edificio en 1925 para erigir sobre el terreno una nueva sede para la empresa, diseñada por Cass Gilbert.
Conocedor de lo que iba a ocurrir, el promotor de boxeo Tex Rickard se puso manos a la obra con el objetivo de erigir un nuevo Madison antes de la destrucción del anterior. Para ello reunió a un grupo inversor que denominó “Los 600 millonarios” para financiar el proyecto. Tras 249 días y casi cinco millones de dólares, el tercer Madison Square Garden abrió sus puertas a finales de 1925. Sin embargo, el ‘ego’ de la cabeza visible del proyecto se impuso y el nuevo estadio fue denominado como ‘La casa que construyó Tex’. En contraste con las torres ornamentales del segundo Garden, con influencias árabes y con La Giralda como fuente de inspiración, el exterior del MSG III, diseñado por Thomas W. Lamb, se limitó a una base cuadrilátera en forma de caja. Otra de sus principales características fue la carpa decorada que cubría la entrada principal, que le otorgaba una dosis de elegancia y diferenciación.
La capacidad máxima del recinto ascendía hasta los 18.496 espectadores repartidos en tres niveles aunque la disposición de las mismas no permitía disfrutar bien de los partidos en las zonas más altas. Una dificultad de visión que se intensificaba con la poca ventilación del local y la correspondiente neblina que se formaba ante los numerosos fumadores que abarrotaban el recinto.
No sería hasta dos décadas después cuando la BAA, embrión de la NBA, aterrizaría en el Madison tras la fundación de los New York Knicks. El legendario Ned Irish, que acabaría formando parte del Hall of Fame, fue uno de los fundadores de un equipo que, desde aquel 6 de junio de 1946, ha formado parte de la élite del baloncesto mundial. El MSG se convertiría rápidamente en uno de los templos del deporte de la canasta. En la primera década de vida de la franquicia neoyorquina, el pabellón acogió tres Finales de la NBA consecutivas (entre 1951 y 1953, saldadas con derrota ante los Royals, en una ocasión, y ante los Lakers, en las dos siguientes) y otras tres apariciones en unas Finales de Conferencia.
Posteriormente, los Knicks afrontaron una época muy difícil coincidiendo con el arranque de la década de los 60. Entre 1960 y 1966 finalizaron cada una de las temporadas en la última posición de la Conferencia Este pese a contar con All-Stars como Richi Guerin, Tom Gola, Johnny Green, Willie Naulls o un recién llegado como Willis Reed. No obstante, el propio Reed sería la primera piedra de un prometedor proyecto al que también se unirían en años sucesivos Walt Frazier, Bill Bradley y Dave DeBusschere, dirigidos magníficamente desde el banquillo por Red Holzman, contratado en 1967. Dos años después, los Knicks caían en Finales de Conferencia ante Boston tras seis partidos. Para entonces, el tercer Madison Square Garden ya había sido cerrado y los Knicks trasladados al cuarto y, hasta el momento, último pabellón con este nombre, inaugurado en febrero de 1968 tras una inversión cercana a los 123 millones de dólares. Por el camino, el III MSG albergó siete campeonatos masculinos de la NCAA entre 1943 y 1950, la primera edición del National Invitation Tournament (1938) y tres ediciones del All-Star Game (1954, 1955 y 1968). Como dato anecdótico, la conocidísima felicitación “Happy birthday, Mr. President” de Marilyn Monroe a John Fitzgerald Kennedy tuvo lugar en sus instalaciones en 1962.
Sería en el moderno Garden en el que los Knicks completarían su ascenso hacia el Monte Olimpo de la NBA. Tras la decepción en las Finales del Este ante los Celtics, la franquicia de la Gran Manzana incorporó a otras dos piezas de gran calibre en su claro propósito de conquistar el anillo. Así llegaron Earl Monroe y John Lucas. Durante cuatro años, las Finales se convirtieron en una batalla prácticamente exclusiva entre Knicks y Lakers. Los neoyorquinos lograron su primer título de la historia en 1970 tras vencer a los angelinos en siete partidos. En 1972 perderían las Finales por un 4-1, resultado con el que ajusticiarían a los oro y púrpura apenas un año después para sumar su segundo cetro.
Tras un nuevo periodo de transición, los Knicks disputarían otras dos eliminatorias por el título en 1994 y 1999, ambas saldadas con derrota dentro de la ‘Generación Ewing’. A partir de entonces han seguido una trayectoria errática con muy pocas luces y demasiadas sombras que se prolonga hasta nuestros días.
Mientras dure la crisis por el coronavirus publicaremos diariamente varios contenidos independientes de la actualidad. Bucearemos en la historia de la NBA, tanto en la reciente, como en la de todas las décadas anteriores. Aprovecharemos este parón de la competición para conocer mejor a los equipos, los jugadores, los entrenadores, los directivos, los partidos llamativos, los pabellones y los equipos históricos por una u otra razón. Lo haremos aquí y en Extra nbamaniacs, lugar donde seguiremos publicando contenido especial libre de publicidad para que los lectores puedan seguir apoyándonos directamente.
Todo este plan editorial lo llevaremos a cabo para entretenernos y pasar mejor estas semanas de encierro que nos quedan a casi todos. ¡Salud!
(Fotografía de portada de Chris McGrath/Getty Images)