La gran noche del insuperable Kobe Bryant

Kobe Bryant se convertirá esta noche en el primer jugador de la historia de la NBA que iza dos dorsales en lo alto de un mismo pabellón. Con un mismo equipo. Del Staples Center colgarán desde este lunes —partido local ante Golden State— el ‘8’ y el ’24’ que inmortalizan sus méritos con Los Angeles Lakers.

El jugador de baloncesto en su estado más pomposo, como era Kobe dentro y fuera del parqué. Su despedida duró prácticamente una temporada completa, con adioses de honor en un gran número de pabellones visitantes y públicos rivales cerrando ovación unánime a una de las carreras más exitosas de los años 90 y 2000.

Todo el mundo conoce (o debería) que Bryant llegó a la NBA directamente desde el instituto o que fueron los Charlotte Hornets quienes le eligieron en el número 13 del Draft de 1996. Cuando lo hicieron, tenían ya un trato con los Lakers, que iban con todo a por aquel sonriente muchacho de 18 años. Poco podríamos escribir desde nbamaniacs sobre Kobe que no hubiéramos parido ya en el momento de su adiós profesional o meses después, aunque su carrera entintaría cualquier papel infinito. Sin embargo no es tan conocida la similitud que la carrera de Kobe guarda respecto a su rendimiento con los dos dorsales que empleó y esta noche le serán retirados.

Puede ser mejor o peor considerado pero Kobe Bryant tiene lugar casi garantizado entre los 10 mejores jugadores de siempre y entre las dos máximas leyendas de los Lakers. Magic Johnson y él encabezan sin discusión cualquier templo púrpura y oro. Y el legendario escolta logró tan estimables cotas con diez temporadas exactas embutido en cada dorsal.

Época con el ‘8’

De 1996 (su llegada a la liga) a 2006, su ópera prima fue escrita desde el número ‘8’ de su camiseta ‘laker’. En total, disputó 707 encuentros, en diez ejercicios, con 16.866 puntos cosechados. 61 encuentros por encima de los 40 puntos, diez de los 50, uno de los 60 y aquel mágico estallido de 81 puntos ante Toronto. Por cierto, aquella fue la segunda máxima anotación individual de la historia, tras los inalcanzables 100 de Wilt Chamberlain.

Con el ‘8’ desplegó su nombre en el mejor quinteto (1st All-NBA Team) de la temporada un total de cuatro veces, otras tantas en el Mejor Quinteto Defensivo de la temporada, ocho presencias All-Star y alzó tres campeonatos de la mano del mejor Shaquille O’Neal y un renovado Phil Jackson.

De aquella época quedaron sus inicios en la liga, el adolescente de 18 años que llegó «para ser el mejor de siempre» y ya se creía mejor que Shaq (25 años por aquel entonces y tras explotar en Orlando) sin haber jugado un solo partido en la NBA.

«A Kobe no le importaba salir por la noche u otra cosa. Solo tenía un interés, que era ser lo mejor que pudiera ser. Y en su mente estaba retar a Michael Jordan», contaba del más joven Bryant Del Harris, su primer entrenador en la NBA (dos temporadas y un poco). «La gente puede debatir de lo cerca que estuvo o no de Jordan, pero no hay duda que llegó a la mayoría de sus sueños», añade Harris, con quien los primeros Lakers de Kobe no despegaron del todo.

Traspaso con Vlade Divac

Tampoco se conoce demasiado entre el público general que Vlade Divac, pívot de los Lakers hasta que llegó Kobe (fue parte del traspaso a cambio de Bryant) se negaba a marcharse a Charlotte y dejar Los Angeles. Llegó a amenazar con retirarse a los 28 años si le mandaban fuera de California, tal como escribe este lunes Marc Stein en un artículo para el The New York Times.

«No me hacía feliz salir de L.A., pero si hubiera sido Jerry West, me hubiera traspasado por Kobe también», recuerda el ahora directivo de Sacramento Kings, Divac.

Cambio al ’24’, llegar a MJ

Como hemos relatado, tres anillos e infinidad de logros después, Bryant decidió mutar su identidad profesional y cambiar al dorsal número ’24’. En un innegable guiño a Michael Jordan y su eterno ’23’, Kobe se aventuraba a colocarse por encima del siempre considerado mejor jugador (hasta deportista) de todos los tiempos. En número y también rendimiento. Encaraba la fase importante que su yo de 18 años se había propuesto.

Con las vertiginosas nuevas dos cifras a la espalda, Kobe llegó hasta 638 partidos (en otras diez temporadas) y 16.777 puntos, cifra prácticamente idéntica a la de su primer decenio en la liga. Eso sí, esta vez estuvo más lastrado por las lesiones, sobre todo en sus últimas tres campañas en activo.

49 encuentros por encima de 40 puntos, diez (valor idéntico a su etapa anterior) de 50 y cuatro de 60. Guarismos tremendamente parecidos a los de ciclo aliado con el número ‘8’.

Además, consiguió siete apariciones en el mejor First All-NBA team, cinco en el mejor quinteto defensivo, diez presencias en All-Star y dos anillos. Menos profunda, por muy poco, en puntos pero más en logros individuales y reconocimientos. Su único MVP (2008) llegó de hecho en esta segunda época, cuando ya no era complemento de nadie, sino que los Lakers edificaban conforme lo que él necesitaba. Y llegaron a tres Finales y dos campeonatos con tal formato.

«Lo más cercano a MJ»

«Lo más cercano a Michael Jordan que la liga ha visto nunca», se atreve Marc Stein a sentenciar en su nota de The New York Times. Sin duda, la de Kobe era una mente competitiva a la altura del gran M.J., hasta cuando tenía 18 años y solo fue titular en siete partidos en dos temporadas completas.

20 años de carrera después, todos en los Lakers, tendrá dos dorsales retirados con una igualdad siniestra en cuanto a rendimiento. Casi calcados en las diez temporadas que vistió cada uno. Kobe Bryant dejará otra noche para la memoria. Nadie anotaba 60 puntos como él (en tres cuartos hizo 62 a los Mavs por ejemplo), nadie se fue de la NBA como él (60 puntos, algo jamás visto en un último partido profesional) y tampoco ningún otro jugador había visto jamás dos camisetas con su misma identidad en un mismo pabellón. La historia del insuperable Kobe Bryant.


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