En Chicago no se plantean, de momento, el desmantelamiento del proyecto. Y si barajan esa opción buscarán el máximo retorno posible, por lo que no dejarán escapar a sus jugadores. Así, los Bulls han mantenido «conversaciones exploratorias» con DeMar DeRozan sobre una potencial extensión de contrato, según ha informado el periodista de ESPN Jamal Collier.

Ya en septiembre se informó que la gerencia de Chicago estaba inclinada a renovar el contrato de su estrella. Una pretensión que empieza a coger forma ante la urgencia contractual del alero, quien se encuentra en su último año de vinculación, el cual le hará percibir alrededor de 28,6 millones de dólares.

Según fuentes de dicho medio, los Bulls están interesados en cerrar un nuevo acuerdo a largo plazo pese a que DeRozan cuenta ya con 34 años. El propio jugador compartió a finales de septiembre su rechazo ante una potencial reconstrucción. Un desenlace que los últimos movimientos realizados por las oficinas de Illinois desplazan de forma momentánea. En Chicago siguen confiando en el potencial del equipo si consiguen librarse de las tan temidas lesiones.

A DeRozan le restan poco más de dos semanas para comenzar su tercera campaña como parte de la plantilla de los Bulls. Sus promedios en Chicago ascienden hasta los 26,2 puntos, 4,9 rebotes y 5,0 asistencias en un total de 150 partidos, todos ellos como titular.

(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)

 

Los Chicago Bulls se preparan para una temporada vital de cara al rumbo de un proyecto al que le han acompañado rumores de desmantelamiento durante los últimos dos años. Y este podría ser el definitivo si los resultados no acompañan desde el inicio, dentro de una Conferencia Este de un altísimo nivel.

Por ello, la gerencia de Illinois apostó por la continuidad y una de las decisiones tomadas fue la renovación de Nikola Vucevic por otras tres temporadas y un total de 60 millones de dólares. Antes de cerrar su continuidad en el equipo, Vucevic se reunió con el entrenador Billy Donovan y la directiva de los Bulls para esclarecer cuál será su papel ofensivo en esta nueva campaña.

«Sí, hubo muchas conversaciones sobre ello», afirmó el pívot, según recoge el medio Chicago Sun Times. «Fue algo muy importante para mí. Principalmente hablamos con Billy [Donovan] porque él es el entrenador y es quien toma esas decisiones. Hablamos de encontrar maneras de utilizarme más. No solo se trata de tirar y anotar, sino de usar mi habilidad para crear jugadas y ayudar al equipo de diferentes maneras.»

Se espera que DeMar DeRozan y Zach LaVine concentren gran parte de las posesiones, pero el papel de Vucevic en la ofensiva puede ser más relevante, principalmente sin la presencia de un base organizador de garantías sano en el equipo. Y el pívot montenegrino ha demostrado a lo largo de toda su carrera en la NBA ser un jugador más que capaz de distribuir juego y aportar a la fluidez ofensiva de un equipo.

 

Mañana comienza la pretemporada en la NBA, momento en el que las franquicias preparan el nuevo curso y realizan los ajustes necesarios para cohesionar todas sus piezas. En Chicago han apostado por la continuidad de su proyecto, pero aun así hay ciertas decisiones que deberán tomar en las próximas semanas.

Según informa el periodista de NBC Sports, K.C. Johnson, solo tres jugadores tienen asegurado su puesto en el quinteto inicial: Zach LaVine, DeMar DeRozan y Nikola Vucevic. Eso quiere decir que las posiciones de base y ala-pívot todavía no tienen ‘dueño’ de cara al primer partido de la temporada 2023-24.

Johnson comparte que la ‘batalla’ entre Coby White y el recién llegado Jevon Carter por minutos como base es solo una de las preguntas que el ‘training camp’ ayudará a desvelar. Joe Cowley, del Chicago Sun Times, sugiere, por su parte, que Torrey Craig podría quitar tiempo en pista a Patrick Williams, quien no ha sido capaz de desarrollar un juego ofensivo sólido y es inferior en el rebote respecto a su nuevo compañero.

Así, todo apunta a que los Bulls darán comienzo al nuevo curso sin más cambios en la plantilla. Durante el verano, la franquicia de Illinois fue vinculada a nombres como el de Damian Lillard, Jrue Holiday o Tyler Herro pero, finalmente, no se materializó ninguna operación. En todo caso, no parece que el actual proyecto de Chicago se prolongue más allá de esta temporada.

(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu/Getty Images)

 

Nos adentramos en la previa NBA 2023-24 Chicago Bulls. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

Chigago Bulls

• Balance 2022-23: 40-42 (10º del Este, clasificado para el play-in, no para playoffs).
• Entrenador: Billy Donovan (4ª temporada en el equipo).
• Agentes libres más importantes en 2024: DeMar DeRozan y Andre Drummond.
• Historia: Los jugadores más importantes de la historia de Chicago Bulls. (Michael Jordan, gente).

La plantilla

• Movimientos en el mercado: Fichaje de Jevon Carter y renovación de Nikola Vucevic.
• Backcourt: Alex Caruso, Jevon Carter, Lonzo Ball, Quenton Jackson, Zach LaVine, Coby White y Ayo Dosunmu.
• Frontcourt: DeMar DeRozan, Dalen Terry, Julian Phillips, Justin Lewis (two-way), Onuralp Bitim (two-way), Patrick Williams, Adama Sanogo (two-way), Torrey Craig, Nikola Vucevic, Andre Drummond y Terry Taylor.

Así encaran la temporada

En tierra de nadie. Cuesta decir esto de cualquier equipo antes de que comience una nueva temporada, pero es la pura verdad. El curso pasado los Bulls no fueron de los peores equipos, pero su esfuerzo sobre el parqué solo le sirvió para entrar en el play-in y acabar eliminados por los Miami Heat. Exacto, remaron mucho, pero sin puerto a la vista.

Ahora, encarando ya la campaña 2023-24, los cambios en la confección de la plantilla han brillado por su ausencia. Desde la gerencia, exactamente por voz de su general manager, Marc Eversley, se ha señalado que se sigue confiando en los jugadores que tienen y se ha explicado de igual modo la renovación de Nikola Vucevic, un movimiento que deja meridianamente clara la línea continuista que se ha subrayado desde la oficina.

Lo cierto es que en el caso de Chicago es difícil discernir si se están tomando decisiones o si simplemente no encuentran otra salida. Con el plan de mejorar el equipo y evitar una reconstrucción como premisa principal, no renovar al pívot montenegrino o ser incluso más agresivos con un traspaso de Zach LaVine, no parece que fuese a servir para conseguir una mejor plantilla, algo que ha remarcado el propio DeMar DeRozan, quien no titubea a la hora de afirmar lo siguiente: «Es difícil encontrar y conseguir jugadores talentosos como los que ya hemos reunido».

He ahí la clave. Los de Illinois ya hicieron su apuesta hace un par de años y por momentos salió genial. Hasta la lesión de Lonzo Ball eran el mejor equipo de la Conferencia Este en el curso 2021-22 y no pocos empezaban a verles como candidatos a estar en la élite durante muchos años. Pintaba bien sí, pero todo se fue por la borda con la grave lesión del base y hasta la fecha no han sido capaces de acercarse a lo que mostraron en aquel momento. Resumiendo: con lo que tienen no les da, pero es que las alternativas no son más halagüeñas.

Con tales dudas sobre el rendimiento que puedan ofrecer los chicos de Billy Donovan, no menos hay alrededor del futuro de DeRozan. El veterano alero ha señalado recientemente que su deseo es terminar su carrera jugando en el United Center, pero la realidad es que acaba contrato en verano de 2024. Hace más de un mes era el periodista K.C. Johnson de NBC Sports Chicago quien afirmaba que los Bulls tenían pensado extender el contrato de su estrella. Por ahora no lo han hecho y tampoco extraña, ya que pueden entender la venidera temporada como la prueba final para tener claro si este proyecto tiene aún recorrido o si es el momento de hacer borrón y cuenta nueva. Así, todo apunta a que si no tienen esto claro no se moverán en dirección alguna con el jugador de 34 años.

Aunque a nadie escapa que los Bulls funcionarán al son de LaVine, DeRozan y Vucevic, en la organización entienden que si realmente desean progresar no pueden quedarse ahí. Durante el verano han dicho claramente que esperan que jóvenes como Patrick Williams (número 4 del draft de 2020) y Ayo Dosunmu den un paso al frente que les haga ganar peso en el equipo. Sabiendo lo que pueden ofrecer sus jugadores contrastados, los de Illinois creen que si alguno de estos explota, definitivamente el equipo podría ser mucho mejor.

Y no podemos olvidarnos de LaVine. Aunque Chicago le renovó en verano de 2022 con un enorme contrato de cinco años y 215 millones de dólares, ello no ha impedido que ni transcurrido un año ya se hablase de que la organización estaba planteándose diferentes escenarios con él, hasta el punto de ponerle un precio que desde The Athletic definían como gigante. En su caso parece imposible que veamos un traspaso con prontitud, pero está en una línea parecida a la de DeRozan. Si las cosas van mal… raro será que desde los despachos no aprieten el gatillo para dar salida a un jugador que con el curso que comienza en octubre acumulará hasta siete en la franquicia.

Defensa probada

Se suele decir que un buen ataque gana partidos y una buena defensa campeonatos; pues bien, los Bulls han tirado de lo segundo para seguir a flote. Aunque la campaña 2022-23 terminó en el play-in ante Miami, ello no impidió que hasta ese momento los de Billy Donovan tuviesen la quinta mejor defensa de la NBA al encajar 111,5 puntos por noche; eso sí, en ataque se atascaron para ser el 24º peor conjunto con un promedio de 112,8 puntos por cada 100 posesiones.

Este es uno de los grandes problemas de Chicago. En estático es un equipo al que le cuesta encontrar su ritmo, algo quizás lógico al no tener un playmaker como tal. Mientras ese rol estaba reservado para Ball, LaVine y DeRozan son más bien anotadores (aunque pueden asistir). Por ello, es normal que en ocasiones les cueste dar forma a jugadas que faciliten los puntos de otros compañeros y eviten acabar congestionados ofensivamente.

¿Pueden sorprender este año? Quizás, pero necesitan que coincidan muchos factores. Evitar lesiones en sus mejores jugadores, encontrar alternativas en ataque, que los jóvenes demuestren su progresión sobre el parqué… Y con todo eso puede que les siga sin dar para ser directamente equipo de playoffs. Estos Bulls pelearán sí, pero ya decimos, se les vislumbra en tierra de nadie.

El jugador a seguir

Patrick Williams. Lo decimos nosotros y lo afirma igualmente la propia franquicia. A sus 22 años necesitan que el alero dé un golpe sobre la mesa para hacerse con un rol principal en el equipo. Fue una gran apuesta en el draft de 2020 y por ahora no tiene contrato más allá del próximo verano. Ha llegado su hora. Desde que fue novato su progresión no ha sido más que leve para promediar en la campaña 2022-23 10,2 puntos, 4 rebotes y 1,2 asistencias en 28,5 minutos por noche. No esperamos que se convierta en una estrella, pero sí que sea sustento real de un equipo que no está convencido de querer ofrecerle otro contrato. Puede que esta tesitura alimente a este chico formado en la Universidad de Florida State.

Previa NBA 2023-24 Chicago Bulls, el pronóstico

Elio Martínez, director de nbamaniacs, deja un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada en la previa NBA 2023-24.

Me niego a ser tan pesimista como algunos pronósticos dicen. Tampoco eso significa que esté ilusionado con Chicago. Como bien explica Álvaro en su análisis, esta franquicia ahora mismo está en tierra de nadie. Jugadores demasiado buenos para suponerlos en el último tercio del Este; a su vez, los dos últimos años son suficientes para saber que las 50 victorias son una quimera y que en el hipotético caso de lograrlas no serían carta de presentación suficiente para intimidar lo más mínimo a los mejores de su conferencia. La ‘liga’ de Chicago es pelear con Knicks, Hawks y Nets luchando por una sexta o séptima plaza que les permita, al menos, jugar el play-in (que no deja de ser un objetivo mediocre para tanto nombre en plantilla). Pronóstico: 42 victorias.

Próximo equipo: Toronto Raptors

(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)

 

El ‘terremoto’ por el traspaso de Damian Lillard no ha dejado de sentirse en el seno de la NBA. Los Portland Trail Blazers cerraron este miércoles la operación que daba salida al que había su buque insignia durante la última década rumbo a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo. Como parte del movimiento, del que también formó parte Phoenix Suns, los Blazers recibieron, entre otros activos, a Jrue Holiday.

Sin embargo, la estancia del veterano base en Oregon apunta a ser muy breve. Nada más conocerse el traspaso, el periodista de ESPN, Adrian Wojnarowski, informó que los Blazers moverán a Holiday, quien no entra en los planes de futuro de la organización. Entre los equipos interesados en él adelantó a Toronto Raptors y Miami Heat, quienes también habían pujado por Lillard.

Ahora, el periodista del Miami Herald, Barry Jackson, añade otros cinco equipos que llamarán a las oficinas de Oregon para preguntar por Holiday: Lakers, Clippers, Bulls, Celtics y 76ers. Otros medios, como Sportskeeda, sugieren que franquicias como Timberwolves y Warriors también podrían estar al acecho.

A sus 33 años, Holiday es uno de los mejores exteriores defensivos de toda la NBA. De hecho, el pasado curso lo cerró con su segunda aparición en un All-Star y la inclusión en los All-Defensive Team tras promediar 19,3 puntos, 5,1 rebotes, 7,4 asistencias y 1,2 robos por partido.

(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)

 

En una entrevista exclusiva para el medio Sportskeeda, DeMar DeRozan abordó un tema que la afición de los Chicago Bulls ha debatido profundamente después de que el equipo no lograse sellar su clasificación para los playoffs al caer eliminados en en ‘play-in’. Sumidos los Bulls en una espiral de inconsistencia y problemas físicos, un sector de sus seguidores ha concluido que la organización debería cortar por lo sano y dar comienzo a un proceso de reconstrucción.

DeRozan fue tajante en su postura y contradijo esta petición. «En mi opinión, muchas personas que dicen o sugieren eso realmente no entienden de baloncesto en absoluto», comenzó el veterano jugador. «Puedes creer que es una respuesta o una vía de actuación. Pero no se sabe cuánto durará ese camino. Esa ruta no siempre funciona. Es difícil encontrar y conseguir jugadores talentosos como los que ya hemos reunido.»

La crítica del alero fue más allá. «Cometimos muchos errores, sí. No solo depende de los jugadores, sino también del cuerpo técnico el poder corregirlos. Si podemos corregirlos nos devolverán las 10 o 15 victorias que debimos conseguir la temporada pasada. Eso cambia por completo una dinámica. Siempre es más fácil cortar de raíz cuando algo sale mal, pero no sabemos cómo terminará el tomar ese camino. Así que cuando escucho a la gente decir eso, me hace pensar que no entienden el baloncesto en absoluto. Desde mi punto de vista, solo controlas lo que depende de ti. Y eso es salir, trabajar duro, ser un líder, comprender lo que hay que corregir y seguir desde ahí.»

De forma más concreta, DeRozan señaló la necesidad de ser más consistentes y jugar como un equipo. «Se trata simplemente de estar en sintonía, tanto en ataque como en defensa. La temporada pasada tuvimos muchos grandes momentos. Pero no fuimos capaces de darles continuidad. Desde que comprendamos que tenemos que ser consistentes y sepamos lo que se necesita para ganar, seremos mejores. Tenemos lo que se necesita. Solo falta comprender esas cosas necesarias para mantener una cultura ganadora.»

En el ámbito individual, el seis veces All-Star afirmó que ha empleado la temporada baja en trabajar la fuerza y el acondicionamiento físico de cara a soportar una exigente temporada ahora que acaba de cumplir 34 años. Además, desveló que ampliará sus recursos ofensivos, haciendo especial hincapié en el tiro exterior.

Del mismo modo, compartió sus planes de futuro, pues se encuentra en su último año de contrato. “Este es el lugar donde quiero estar y terminar mi carrera. Quiero poder lograr todo lo que me he propuesto lograr. Eso es todo de lo que puedo preocuparme y controlar. Tengo la máxima confianza en mí mismo. Para ser honesto, dejaré que mi agente y la organización se ocupen de esas cosas. Desde su punto de vista, quieren que esté allí a largo plazo y viceversa. Veremos qué pasa a partir de ahí”, sentenció.

(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu/Getty Images)

 

Tyler Herro parece destinado a salir de los Heat más pronto que tarde. Incluso si los Blazers han dejado claro que no están interesados en dar a Damian Lillard a cambio de un paquete que le tenga a él como pieza central, es indiscutiblemente el jugador traspasable más interesante con el que cuentan los de Florida, y parece que si quieren generar un movimiento a tres o más bandas, el escolta tendrá que marcharse. Y debido a esto, varias franquicias han comenzado a seguir de cerca su situación.

En concreto, el periodista de Yahoo Sports Jake Fischer señala que Chicago, Brooklyn, Utah y Charlotte han mostrado su interés en hacerse con sus servicios. Con la excepción de los Bulls, cuyo plan a largo plazo es más difuso, el escolta parece haber generado especial interés en franquicias con plantillas jóvenes, en las que, a sus 23 años, aún encaja por edad pero a las que podría dar un grado de experiencia en postemporada con el que ayudarlas a crecer. Sus virtudes anotadoras y de generación ofensiva harían indiscutiblemente mejores a cualquiera de estos equipos, aunque la cuestión está en ver cómo podría producirse su llegada.

Y es que si Herro pone rumbo a alguno de estos equipos y Lillard va a Miami, ¿quién llega a Portland? Pues a priori debería ser la franquicia que adquiera a Tyler la que ponga las piezas sobre la mesa. No necesariamente todas, los Heat podría ayudar a dar forma el movimiento con hombres como Nikola Jovic, pero sí las más importantes. Al fin y al cabo, los Blazers buscan a un hombre joven y con talento que pueda ser parte central de su futuro proyecto y que no se solape con los jóvenes que ya tienen. En resumen, un Tyler Herro que no juegue en la posición de Tyler Herro. Ese parece ser el precio para entrar a la mesa de negociaciones.

(Fotografía de portada: Al Bello/Getty Images)

 

Poco a poco se van filtrando otras franquicias que habrían mostrado un gran interés por incorporar a Damian Lillard, quien oficialmente compartió su deseo de ser traspasado a principios de julio. Si ayer emergió el nombre de los Toronto Raptors, en esta ocasión es el periodista Kyle Neubeck quien informa que serían los Chicago Bulls los ‘tapados’ en la ‘carrera’ por la estrella de los Blazers.

De acuerdo con sus fuentes, los Bulls han explorado la posibilidad de dar salida a Zach LaVine en un acuerdo con varios equipos con el objetivo de obtener una paquete compuesto por jugadores y selecciones del draft que después enviar a Portland a cambio de Lillard. Es decir, la gerencia de Chicago estaría buscando un tercer equipo interesado en absorber el contrato de LaVine, al que le resta por percibir casi 180 millones en los próximos cuatro años.

Derek Bodner, periodista en USA Today y The Athletic, ha confirmado que posee una información similar, aunque pone en duda las posibilidades de los Bulls ante la insistencia de Lillard en abandonar Portland para jugar en los Heat. Lo cierto es que los Bulls se encuentran en una posición desesperada, por lo que una operación de este calibre emerge como una última bala antes de desmantelar el proyecto.

(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)

 

Los Chicago Bulls han firmado al agente libre Henri Drell con un contrato que le permitirá participar en el ‘training camp’ del equipo, tal y como ha anunciado la organización mediante un comunicado oficial.

Drell, de 23 años e internacional por Estonia, ya conoce la franquicia tras haber completado las últimas dos temporadas con los Windy City Bulls, el filial del equipo en la Liga de Desarrollo. En su segundo año ascendió hasta el rol de alero titular, promediando 11,9 puntos, 5,9 rebotes y 2,6 asistencias en 31,3 minutos por partido.

Dado que los Bulls han descrito el acuerdo de Drell como un contrato para el campo de entrenamiento, todo apunta a que renunciarán a él antes del comienzo de la temporada regular, siendo su destino más probable el regreso a la G-League. En el caso de que sea un acuerdo ‘Exhibit 10’, el jugador será elegible para recibir un bonus de hasta 75.000 dólares si pasa, al menos, 60 días con los Windy City Bulls.

Con esta adquisición, la franquicia de Illinois completa su cupo de 21 jugadores para afrontar la pretemporada. Este grupo incluye 15 jugadores con contrato estándar (13 de ellos garantizados), tres jugadores con acuerdo dual y otros tres con contrato de pretemporada.

(Fotografía de portada de Mattia Ozbot/Getty Images)

 

Acabado el Mundial, toca volver a poner el foco en la NBA. Aunque algunas franquicias continúan aún ultimando sus plantillas, estas están ya a grandes rasgos confeccionadas, lo que permite analizar cuáles han sido sus principales aciertos y errores en esta labor. En concreto, repasando el mejor y el peor contrato de los que tienen ahora mismo en vigor.

Como cada año, conviene destacar antes de empezar que no necesariamente vamos a estar hablando siempre de contratos excelentes y/o desastrosos. Hay franquicias sin contratos verdaderamente tóxicos en las que no queda más remedio que elegir a un jugador sin un contrato malo como tal, mientras que en otras puede ser difícil encontrar gangas en relación rendimiento/precio y habrá que tener otros factores en cuenta. Hablamos siempre en términos relativos, no absolutos.

Por último, no se han tenido en cuenta para los mejores a jugadores con contrato de rookie, pues en estos su salario viene fijado por la NBA y tiende a ser muy bajo. Todos convenimos en que, por ejemplo, LaMelo Ball es un jugador cuyo rendimiento está muy por encima de los 10,9 millones que va a cobrar, pero no podemos tener en cuenta esa cifra dado que viene preestablecida y los Hornets no han tenido que negociarla. Dicho esto, empezamos.

Atlanta Hawks

Mejor: Dejounte Murray. Sus 17,7 millones son un precio excelente para un base muy polivalente y capacitado para tapar muchos agujeros en el equipo. Su fichaje fue un gran movimiento por parte de la franquicia de Georgia, que a partir del año que viene empezará a pagarle un salario más acorde a sus capacidades.

Peor: Clint Capela. Cuando el suizo firmó la extensión de 45 millones en dos años que entra ahora en vigor, los Hawks venían de ser finalistas del Este y este parecía un proyecto muy prometedor que había que mantener. Dos años después, la perspectiva es otra, y aunque las cifras que se manejan actualmente hacen que un sueldo de 22,5 millones no sea tan alto como muchos seguimos teniendo en la cabeza, este es un contrato que deja más dudas ahora que cuando se firmó.

Boston Celtics

Mejor: Al Horford. Pasan los años y el dominicano sigue haciendo como que no. No viene de unos playoffs tan impresionantes como los de 2022, pero, salvo que su cuerpo decida de una vez aceptar la edad que tiene, contar con él por 10 millones anuales es un lujo para los de Massachusetts.

Peor: Kristaps Porzingis. Los Celtics se la han jugado, y lo cierto es que es seguramente muy temprano para colocar aquí un contrato cuya calidad dependerá de una pregunta: ¿Cuánto va a poder jugar Porzingis? Desde luego, Boston cree que mucho. Pero a su vez, es normal tener reservas con respecto a un hombre que convierte a Arjen Robben en el Hombre de Acero Inoxidable. Y a falta de contratos demasiado inflados (si alguno está pensando en la extensión de Jaylen Brown, todavía no ha entrado en vigor), se queda con esta posición.

Brooklyn Nets

Mejor: Nic Claxton. Reforzado tras un sensacional año en el que dio el salto y se consagró como uno de los mejores defensores interiores de la liga, cuesta no considerar una ganga los 8,8 millones que recibirá este curso. Y que, si sigue con esta tendencia, crecerán notablemente cuando llegue el próximo verano y tenga la oportunidad de negociar un nuevo contrato como agente libre.

Peor: Ben Simmons. Como fan incondicional del Ben Simmons de los 76ers, esto me duele más a mí de lo que le duele a él, que seguramente sea muy poco. El australiano era uno de los mejores defensores perimetrales de la liga (si no el mejor), un pasador y distribuidor excelente, y un jugador con un gran poderío físico muy agresivo en sus internadas a canasta y absolutamente imparable en transición. Era. Durante el curso 22-23, aunque tuvo algún tramo decente, no fue ni la sombra de aquello. Y aunque ha dicho que se siente listo para volver a aquella versión, que sí valía los 37,9 millones de dólares que cobrará, habrá que verlo para creerlo.

Charlotte Hornets

Mejor: Terry Rozier. El base se ha ido confirmando como un anotador solvente en unos Hornets en los que, siendo justos, no hay mucho que destacar. Esta es aún una plantilla muy joven y con muchos jugadores en sus contratos de novato, limitando las opciones y convirtiéndole en el elegido casi por defecto.

Peor: Miles Bridges. Por una vez vamos a dejar de lado el tema deportivo y económico porque la situación lo merece. El mero hecho de que Bridges tenga un contrato en vigor es una mancha para los Charlotte Hornets, y la sanción tan laxa impuesta por la NBA hace a la liga cómplice. Sigamos.

Chicago Bulls

Mejor: Alex Caruso. Es posible que no haya habido una sola temporada en la que Alex Caruso no haya sido una ganga. En una liga con salarios cada vez más desorbitados, un jugador con sus capacidades defensivas y tan capaz de cambiar el ritmo de partido con su energía podría cobrar fácilmente más de los 9,4 millones que recibirá este curso.

Peor: Lonzo Ball. Es una verdadera pena poner a Lonzo aquí, porque, por capacidades baloncestísticas, tenerle en la plantilla por 20 millones de dólares al año es sin duda un buen negocio. Pero no juega desde 2021 y no volverá a hacerlo, como pronto, hasta 2024. En otras palabras, si tenemos en cuenta que ya está descartado para esta temporada, en sus tres primeros años de contrato habrá disputado 35 partidos de 286 posibles. Un 12,2%. Hay universitarios que llaman ‘miernes’ y ‘juernes’ a los miércoles y jueves con un mejor ratio de asistencia. Doloroso, pero no queda otra.

Cleveland Cavaliers

Mejor: Jarrett Allen. El pívot aterrizó en Cleveland prácticamente rebotado desde Brooklyn y no tardó en demostrar el poderío interior que puede aportar en labores defensivas y de rebote. Es cierto que, tras unos playoffs en los que los Knicks exhibieron las carencias ofensivas del equipo, han empezado a surgir voces que cuestionan su encaje junto a Evan Mobley, pero por ahora es un jugador que suma muchas cosas a este proyecto y al que es un lujo tener atado por 20 millones anuales hasta 2026.

Peor: George Niang. Seguramente el contrato menos malo de los que se incluyen en el artículo, pero es difícil mirar la plantilla de los Cavaliers y encontrar alguien a quien señalar. Más que por su salario de 8 millones, es el elegido principalmente por la duración del mismo, pues tres años pueden ser quizás excesivos para un hombre tan unidimensional y de fondo de armario como Niang, que fácilmente podría no encajar y quedar relegado a muy pocos minutos en pista. Pero, siendo justos, es difícil calificarlo como un mal acuerdo.

Detroit Pistons

Mejor: Joe Harris. La de los Pistons es una plantilla un tanto extraña, en el sentido de que ha acumulado muchas piezas pero todavía no parece tener del todo claro qué tipo de puzle quiere armar. La lesión de Cunningham a principios de la pasada liga regular les privó de la habría sido su primera temporada con cierto espíritu competitivo, de modo que siguen aún en una especie de fase de prueba en la que quieren ver qué encaja y qué no. Y en ese sentido, Joe tiene todo lo que les conviene en un periodo así: un potencial demostrado que intentar recuperar, y un contrato expiring que hace de esta una operación de cero riesgo si sale mal. Si por el contrario sale bien, Detroit habrá sacado casi de la nada a un tirador capaz de rozar el 50% de acierto en triples durante toda una temporada regular.

Peor: Marvin Bagley III. Los mismos argumentos usados para defender el contrato de Harris podrían aplicar para el de Bagley (salvo lo de ser expiring), pero lamentablemente el ex de los Kings empieza a ser un jugador al que es difícil tenerle fe. Marvin solo ha llegado a disputar 50 partidos en su temporada de rookie, es decir, la 18-19, y desde entonces ha sido un mar de dudas, de problemas, y de un potencial que se atisba pero que nunca cuaja. Siempre cabe la posibilidad de que por fin llegue su año, y los Pistons son una de esas franquicias que ahora mismo no tienen ningún problema en comerse un contrato así. Pero es quizás el que más chirría.

Indiana Pacers

Mejor: Bruce Brown. No sé si 22 millones anuales son muchos, la lógica dice que sí pero los pasados playoffs dicen que no. La cuestión es que en esta liga, o sobrepagas o tus refuerzos son Isaiah Thomas y Tristan Thompson. Indiana quería un jugador atlético, polivalente y de rol que ayude a crecer a un proyecto joven y prometedor. Tenía espacio salarial para darle el contrato de su vida. Y ha conseguido que el segundo año esté recogido como opción de equipo por si la cosa no sale bien. Pues ole.

Peor: Buddy Hield. Su situación, al igual que la de Myles Turner, es muy curiosa. Ambos parecían destinados a ser traspasados durante la temporada pasada, pero los Pacers se encontraron de repente con que eran un equipo que estaba peleando por entrar en postemporada hasta que Haliburton se lesionó y decidieron que no iban a debilitar su plantilla. Y aunque es una decisión comprensible, deja al bahameño en una situación extraña, sobre todo porque es el que más se solapa con jóvenes como Mathurin que a priori necesitan más minutos. Dicho esto, no es un mal contrato como tal y será agente libre en 2024, pero sí es quizás el acuerdo que menos encaja.

Miami Heat

Mejor: Caleb Martin. Sin duda, este habría sido el verano ideal para él para salir a la agencia libre. Tal vez no volvamos a verle jugar jamás al nivel que ofreció en los pasados playoffs, pero basta con que tenga otro mes como aquel para que sus 6,8 millones queden más que amortizados.

Peor: Kyle Lowry. El base sigue siendo un jugador muy inteligente y que es puro ímpetu y esfuerzo, pero hace un tiempo que no está para contratos tan masivos como el 85×3 que firmó en 2021. Miami podrá consolarse sabiendo que termina el próximo verano.

Milwaukee Bucks

Mejor: Khris Middleton. Viene de dejar muchas dudas tras pasarse gran parte de la temporada gestionando una lesión, pero precisamente eso ha permitido a Milwaukee sacar una renovación más generosa. El alero renunció a su player option de 40,4 millones para firmar un acuerdo menos lucrativo pero a más largo plazo, dando a los de Wisconsin algo más de oxígeno para terminar de apuntalar la plantilla.

Peor: Brook Lopez. Estaba claro que los Bucks iban a tener que rascarse el bolsillo para evitar que algún equipo con espacio salarial como los Rockets se lo llevase, pero pocos esperaban que el pívot lograse sacar un acuerdo de 48 millones en dos años, sobre todo dada su avanzada edad. Viene de una grandísima temporada y renovarlo fue seguramente la decisión correcta por parte de la gerencia, pero no quita que sea una cifra que sorprende bastante, más teniendo en cuenta las limitaciones del nuevo convenio colectivo.

New York Knicks

Mejor: Jalen Brunson. Si había dudas acerca de si habían sobrepagado a Brunson o no, quedaron despejadas muy pronto. Los Knicks vuelven a ser una franquicia importante, el Madison vuelve a celebrar triunfos en playoffs, y el optimismo ha vuelto a la Gran Manzana. De repente, 26,3 millones parecen pocos.

Peor: Evan Fournier. El francés aseguró cuando acabó la temporada 22-23 que no esperaba volver a Nueva York para el próximo curso, pero tiene un contrato tan intraspasable que ahí sigue. La franquicia sigue intentando darle salida, pero a estas alturas tal vez tengan que conformarse con saber que será agente libre el verano que viene. Los Knicks tiene una team option para la 24-25, pero si a cualquier aficionado le diesen a elegir entre recibir un disparo o ejercer dicha opción, seguramente apretarían ellos mismos el gatillo.

Orlando Magic

Mejor: Markelle Fultz. A fuego lento, pero parece que la apuesta ha sido saliendo bien en Orlando. Fultz viene de la que seguramente sea su mejor temporada, y está aún a tiempo de ir creciendo junto a resto de jóvenes del equipo y de terminar de ganar la consistencia que le permita mostrar su talento más a menudo. Los de Florida contarán con él por 17 millones, una cifra que ha demostrado ser capaz de dejar corta.

Peor: Jonathan Isaac. Como Lonzo, da pena tener que asignarle este puesto por motivos no relacionados puramente con su rendimiento, pero las dudas son demasiado grandes como para no hacerlo. Después de dos años y medio sin jugar un partido con los Magic, el ala-pívot hizo su esperada reaparición durante el curso pasado, pero tras 11 encuentros tuvo que volver a parar y poner el foco en esta próxima temporada. ¿Le veremos en ella en condiciones normales? Si es así, podrá borrar su puesto de la lista.

Philadelphia 76ers

Mejor: Patrick Beverley. Aun siendo denostado por muchos debido a su carácter, no puede negarse que hacerse con él por 3,2 millones de dólares es un gran logro por parte de los 76ers. Su llegada a los Bulls en febrero cambió de forma notable la dinámica defensiva del equipo, y ahora aspira a dar un impulso parecido a Philadelphia a cambio de un salario mínimo.

Peor: James Harden. Siendo justos, este puesto debería pertenecer a Tobias Harris, pero tras cuatro años cincelando su nombre en mármol como uno de los peores contratos de la liga, aprovechemos que es expiring para darle un respiro y centrarnos en La Barba. A priori, 35,6 millones por él no suenan mal tal como está el mercado actual, pero son las condiciones las que hacen de este un contrato peligroso. Harden se acogió a su player option solo para poder pedir el traspaso e ir a alguna franquicia a la que no podría ir como agente libre, creando un clima de tensiones que amenaza con llevarse al proyecto por delante. Desde luego, no es el ecosistema en el que a los 76ers les habría gustado renovarle.

Toronto Raptors

Mejor: OG Anunoby. En unos Raptors que no parecen tener un rumbo fijo, el británico se queda con este puesto por dos razones. La primera es la buena relación entre rendimiento y precio que presenta este contrato de 18,6 millones de dólares. La segunda, que precisamente por eso es uno de los activos más interesantes en caso de que la franquicia opte finalmente por reconstruir. Su nombre ya estuvo metido en mil rumores de traspaso durante el pasado curso, y no sería de extrañar que la historia se repita esta vez, pues puede dar a los suyos un acuerdo con el que rearmarse de cara a futuro.

Peor: Pascal Siakam. A falta de contratos malos de verdad en Toronto, acabo poniendo a Siakam aquí cada año por el mismo motivo: tiene un contrato de primera espada del equipo sin, en mi opinión, llegar a serlo. Y sin embargo, siempre hay un par de semanas de la temporada en las que pienso que me equivoqué y que sí que es ese tipo de jugador. Pero son eso, tramos. Los canadienses están ahora mismo en una situación interesante en la que parecen haber decidido que es hora de ir deshaciendo este proyecto, y ver qué hacen con el camerunés será din duda uno de los temas a seguir.

Washington Wizards

Mejor: Jordan Poole. Las tendencias de opinión son curiosas, y a veces dan la sensación de crear una narrativa paralela a la realidad. Porque sí, Poole no tuvo una buena temporada 22-23, pero a veces se habla de su baloncesto y de su futuro en términos despectivos con una facilidad que asusta. Sobre todo si tenemos en cuenta que en 2022 fue fundamental en el anillo de los Warriors (aunque sus recientes errores hayan hecho que muchos se olviden de ello) hasta el punto de que se hablaba de que había derrocado a Klay como el otro Splash Brother. Ahora está en Washington, en un equipo sin ninguna aspiración y al que no le supone ningún problema pagarle 32 millones al año para ver si vuelve a aquella versión. Porque los contratos también son eso, contexto. Y así como en unos Warriors cuya ventana se está cerrando no había sitio para él, en unos Wizards que tienen que empezar a construir desde cero es más que bienvenido.

Peor: Bradley Bea… Ah, no. La respuesta comodín ya no está y hay que buscar alternativas, pero precisamente porque los capitalinos están empezando a armar un proyecto de la nada, no hay prácticamente nada donde elegir. La plantilla está formada por jóvenes a los que probar, veteranos con los que intentar marcar una dirección y hombres que están ahí porque hay que respetar el mínimo salarial y en algo habrá que gastar el dinero. Y teniendo en cuenta que ninguno de esos contratos estorba en lo más mínimo, tendría poco sentido señalar a cualquiera de ellos.

(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)

 

Es una de las grandes preguntas sobre el presente de los Chicago Bulls. La organización de Illinois ha renovado este verano a Nikola Vucevic y en palabras de su general manager, Marc Eversley, creen que el actual proyecto puede tener aún un exitoso recorrido. Por ello, no extraña que según señala K.C. Johnson de NBC Sports Chicago se estén inclinando por extender el contrato de DeMar DeRozan.

Llegando a los Bulls en 2021, DeRozan se ha mostrado como el eje del equipo al promediar 26,2 puntos, 5 asistencias y 4,9 rebotes de partido, siendo su desempeño clave para que Chicago estuviese en los playoffs de 2022 (en 2023 se quedaron en el play-in).

Con tales números sobre la mesa parece lógico que la franquicia quiera seguir unido a él, pero el hecho de que acabe de cumplir 34 años parece hacerles dudar un poco. Es normal. La extensión máxima que pueden darle se proyecta en 179 millones de dólares por cuatro años. Sin embargo, no sería sorprendente que buscasen un acuerdo al estilo de Khris Middleton con Milwaukee Bucks, quien firmó por tres años y 102 millones.

Llegados a este punto, la pregunta es si quieren apostar de lleno por lo que ya tienen o tomar otro rumbo. Por ahora todo hace indicar que tomarán la primera ruta, ya que no solo han renovado recientemente a Vucevic, sino que en 2022 firmaron a Zach LaVine un acuerdo por valor de 215 millones de dólares. Raro será que veamos una revolución a corto plazo en los Bulls.

(Fotografía de Kevork Djansezian/Getty Images)

 

El año pasado Andre Drummond aseguró que se retiraría como el mejor reboteador de todos los tiempos. Ahora, en 2023, ha actualizado su estatus todavía como jugador activo: «Soy el mejor de la historia», afirmó en The Comfortable Pod.

El pívot, quien firmó una extensión este verano con los Chicago Bulls, tampoco se mostró tímido para incluirse dentro del Hall of Fame cuando llegue el momento de colgar los botines. «Me ha ido muy bien en mi carrera. Creo que tengo las posibilidades de ser jugador del Salón de la Fama por lo que hecho. Estoy bastante seguro de que estoy entre los primeros 20 para estar en el Salón, así que tengo muchas posibilidades», ratificó.

¿Le falta confianza a Andre, ¿no? Es posible que el center se base en sus cuatro títulos como líder reboteador. También en que actualmente es el mejor en capturas por partido entre los jugadores activos con 12,7 por jornada y se ubica en el puesto 13 de todos los tiempos con 12,6. En cuanto a la estadística avanzada igualmente es el primero de la historia en porcentaje de rebotes totales con 24,9.

Drummond va camino a su duodécima temporada en la liga con 31 años de edad. La última contienda marcó sus números más bajos en puntos (6,0), rebotes (6,6) y minutos (12,7). Desde 2019 cuando salió de los Detroit Pistons ha vestido cinco uniformes distintos, de modo que sus mejores rendimientos parecen haber quedado atrás.

La página Basketball Reference realiza una proyección de probabilidades para ingresar al templo de Springfield, basada en una fórmula que toma en cuenta las estadísticas más importantes para los votantes. En el caso del neoyorquino apenas le dan un 1,9 por ciento de posibilidades.

El puesto cinco, además, ha sido dos veces All-Star y en una ocasión fue nombrado en el tercer equipo All-NBA. Asimismo no ha conseguido campeonatos.

(Fotografía de portada: Michael Reaves/Getty Images)

 

¿Se acerca un fin de ciclo en los Bulls? Nikola Vucevic así lo cree.

Pese a que el pívot se encuentra disputando la Copa del Mundo con la selección de Montenegro, que ha avanzado a segunda ronda, ha podido dedicar un tiempo a reflexionar sobre el futuro de los de Illinois. Tras un año relativamente decepcionante que sumar a la lista de ocho temporadas consecutivas sin ganar una ronda de playoffs, han surgido recientemente muchas cuestiones acerca de cuál es el rumbo que debe tomar la franquicia y muchos rumores sobre traspasos de hombres importantes, lo que hace al center tener la impresión de que este podría ser el último año de este núcleo.

«Sabemos que podemos hacerlo mejor que hasta ahora, y tenemos que hacerlo mejor» comentó en unas declaraciones para Jake Fischer, periodista de Yahoo Sports. «Y sabemos que esta es prácticamente la última oportunidad de este proyecto y de este grupo para poder hacer algo».

Es curioso que Nikola diga esto pocas semanas después de haber firmado una renovación hasta 2026, mismo año hasta el que tiene contrato Zach LaVine, quien incluso podría seguir hasta 2027 con una player option. No obstante, muchas voces en la liga empiezan a pensar que es poco probable que el escolta termine dicho acuerdo en los Bulls, lo cual sumado al hecho de que DeMar DeRozan sí será agente libre el verano que viene puede hacernos pensar que no tardaremos en ver cambios en la plantilla si las cosas no salen bien este curso.

(Fotografía de portada: Jared C. Tilton/Getty Images)

 

Pese a estar lesionado y ser ‘oficial’ que no jugará en toda la temporada 2023-24 –Chicago incluso ha pedido (y tiene aprobada) la disabled player exception–, lo cierto es que el verano de Lonzo Ball está siendo cualquier cosa menos tranquilo. Si bien se podía esperar que los meses fuesen pasando desde la calma mientras pone a tono su rodilla, unas declaraciones de Stephen A. Smith de ESPN, quien afirmó que el base «no podía ni sentarse» por su lesión, encendieron los ánimos hasta el punto de que el jugador grabase un vídeo sentándose y levantándose haciendo uso únicamente de la pierna lastimada. Tal respuesta no va a hacer que regrese antes, pero sí parece haber alimentado sus energías para conseguirlo.

“La vida no es fácil. Si quieres aprovecharlo al máximo, debes dar lo mejor de ti. Si te derriban, debes levantarte cada vez si quieres seguir adelante. Siempre puedes dejarlo y tomar el camino más fácil, hacer ‘pucheros’ y echarte a un lado. Pero para mí, si estás tratando de llegar al lugar al que yo quiero llegar, simplemente tienes que volver a levantarte, desempolvar y seguir adelante. Voy a volver a jugar», comenta durante su intervención en el Invest Fest en Atlanta, donde además de promocionar Big Baller Brand también habló de su dolencia.

Tras hablar sobre cómo se siente, el jugador de los Bulls no evitó hablar sobre la polémica vivida con el mencionado periodista de ESPN. En cuanto a esto, recalca que no suele estar pendiente de lo que se dice, pero sintió que debía parar lo que era una noticia falsa.

«El ruido exterior no me molesta. Respecto a Stephen A., es que tiene a su servicio una plataforma amplia. Personalmente, simplemente no aprecio cuando la gente publica noticias falsas como esa, especialmente alguien de su altura, pudiendo afectar a mucha gente. En cuanto a mí, sé lo que tengo que hacer para volver y estoy justo en ese camino de hacer lo que tengo que hacer todos los días, paso a paso. No miro demasiado a lo que está por venir. Sé que en un futuro próximo seguramente volveré a la cancha», sentencia.

Pensando en su futuro, la realidad es que Ball no ha jugado desde mediados de la campaña 2021-22; es decir, estará más de dos años y medio sin jugar al baloncesto. La última operación, un trasplante de cartílago al que se sometió en marzo, podría ser la solución a sus problemas. Mientras espera que sea así, ya sabe que para el curso 2024-25 tiene en su mano una opción de jugador de 21,4 millones de dólares. Raro será que no la ejecute.

(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)

 

Tal cual suena. Aunque no pocos analistas han señalado a DeMar DeRozan como la pieza más ‘traspasable’ por parte de los Bulls en los próximos meses –concluye contrato en 2024–, ha sido el propio general manager de la organización, Marc Eversley, quien ha echado el freno a tales rumores al apuntar que el deseo de la organización es seguir contando con el veterano guard.

Llegando a Chicago en 2021 junto a otros jugadores como Lonzo Ball, el jugador de 34 años formó parte de algo así como una revolución por parte de la franquicia de Illinois, que en un solo verano montó un roster que se coló entre los mejores de la NBA (hasta la lesión de Ball). Este proyecto, el cual no pocos esperaban que dejasen morir ya, recibió el respaldo del equipo al renovar a Nikola Vucevic por tres años y 60 millones de dólares. Ahora, atendiendo a las declaraciones del mencionado ejecutivo, puede que DeRozan tome el mismo camino.

«Me encantaría que DeMar fuera parte de este programa a largo plazo. Veamos cómo se desarrolla en estos momentos y cómo se ve en el futuro. Cuando esas conversaciones tengan lugar, hablaremos más sobre este tema, pero sin duda esperamos que Deebo haya regresado. Ha sido una parte integral del éxito de este programa. Esperamos que esté aquí a largo plazo», comenta Eversley a Darnell Mayberry de The Athletic.

Lo cierto es que más allá de los malos momentos colectivos que hayan podido pasar en los dos últimos cursos, lo que siempre ha estado fuera de toda duda es el rendimiento de DeRozan, quien ha tirado del carro en todo momento. En la última temporada, la 2022-23, promedió 24,5 puntos, 5,1 asistencias y 4,6 rebotes en 36,2 minutos por noche.

Llegados a este punto, siempre cabe la posibilidad de que se trate de declaraciones estratégicas. Si el objetivo final de los Bulls es traspasar a DeRozan, de nada serviría anunciarlo con tiempo, ya que ello devaluaría el producto. En cambio, si la apariencia es de contar con él y querer extender su contrato, es posible que las ofertas que lleguen sean algo más atractivas.

El año de Patrick Williams

Aunque Chicago no cuenta con demasiados jóvenes que rezumen talento, sí que continúan intrigados por lo que pueda llegar a ser Patrick Williams. Elegido en el número cuatro del draft de 2020, el alero vio cortada su progresión por una importante lesión en la campaña 2021-22, la cual no le impidió retomar el pulso a la competición en la siguiente para promediar 10,2 puntos, 4 rebotes y 1,2 asistencias en 28,3 minutos por noche. Cuestionado por él, Marc Eversley tiene claro que este debe ser su año.

«Ha mostrado destellos durante los primeros tres años. Quiero verlo mostrar esos destellos más veces y de manera más consistente. Lo tiene dentro de él. Mucho de eso viene como consecuencia del crecimiento fuera de la cancha. Puedo decirles que está empezando a crecer en ese aspecto, que está empezando a entenderlo y a hacer clic. Y cuando lo haga, que lo hará, es posible que tengamos algo especial», avanza.

Confianza en el proyecto

Esta es la base de todo lo que está haciendo Chicago en el mercado. Si Everley ya explicó lo que pasaba por la cabeza del equipo en cada uno de los movimientos realizados en verano, ahora (y en estrecha relación al deseo de renovar a DeRozan) deja claro que en la oficina principal de la organización de Illinois siguen confiando en el proyecto, lo cual hace que en ningún caso se dejen llevar por opiniones externas.

«Creo que para nosotros, como directiva, la forma en que vemos nuestro techo puede ser diferente a la de los foráneos. La forma en que hemos operado, y en la que vamos a seguir haciéndolo, responde solo a nuestras creencias. Todos hemos estado en diferentes lugares. Hemos visto cómo se ve el éxito. No podemos ejecutar esta operación basándonos en lo que la gente pueda pensar que puede ser el resultado. Confiamos los unos en los otros», sentencia.

(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)