Baron Davis, quien fuera estrella de los Hornets entre 1999 y 2005, ha concedido recientemente una entrevista al medio HoopsHype.com donde ha analizado, entre otras cosas, el futuro de LaMelo Ball en la franquicia de North Carolina.
El mediano de la saga Ball ha demostrado que puede ser un jugador muy bueno, y una de las grandes estrellas de la liga; sin embargo, desde su llegada a la NBA no ha tenido suerte con las lesiones, no teniendo continuidad en su juego con apenas 162 partidos oficiales en tres campañas.
«No tiene techo. En realidad no sabes cuál es su techo. Tiene unos intangibles que solo los grandes jugadores los tienen. Tiene la personalidad, la visión, la inteligencia sobre la pista, un gran corazón… Ahora mide más de dos metros. Me paré a su lado… Piensas en alguien al que el baloncesto es un arte. El baloncesto es como un instrumento musical para un niño pequeño», destacó Davis.
Ball, número 3º del pasado Draft 2020, se alzó con el Rookie of the Year en 2021, y también entró a formar parte del Mejor Quinteto Rookie 2021. Además, en 2022 consiguió por primera vez en su carrera disputar el All-Star Game con unos promedios de 20,1 puntos, 6,7 rebotes, 7,6 asistencias y 1,6 robos en 32 minutos por jornada.
El Draft 1999 y el ‘We Believe’
Baron Davis cayó al número 3º del Draft 1999, solo por detrás de Elton Brand, que fue a los Clippers en el número 1º, y de Steve Francis, seleccionado por los Vancouver Grizzlies en el 2º, pero inmediatamente traspasado a Houston Rockets.
Ni Davis ni Francis querían marcharse a jugar a Vancouver, tal como han podido reconocer ambos ex jugadores en repetidas ocasiones. Aquel movimiento que dio con Francis en Houston fue en su momento el que más jugadores incluyó en un traspaso de la historia (Michael Dickerson, Othella Harrington, Antoine Carr y Brent Price).
«Hablo constantemente con Steve (Francis) sobre aquello. Yo creía que iba a ser el número 2º. Creía que los traspasos que iban darse, simplemente no llegarían. Durante el Draft, estuve todo el momento en la oficina de mi agente. Así que más o menos sabía donde iba a jugar todo el mundo. Paul Silas, descanse en paz. Recuerdo una llamada con Art Tellem (su agente), y Paul estaba como: «A la mierda. Puede irse al extranjero, pero voy a seleccionarle. No tienes que venir si no quieres, pero te voy a seleccionar el Draft». Y yo estaba en plan: «No quiero jugar en Charlotte». Y entonces, me dijo: «Está bien, pero aún así te pienso seleccionar. No tienes que venir si no quieres, pero te estoy seleccionando. Si estás disponible en el 3º, te escogeré», explicó Davis.
«Esa fue sin duda una de las mejores jugadas de mi vida. Ser entrenado por Silas… Otra figura paterna y un modelo a seguir. Nunca vi lo que era un padre a ese nivel y un entrenador a ese nivel. Fue una bendición para mí irme a Charlotte y vivir allí. Una de mis relaciones más cercanas fue con el Senador Marshall Rauch, que acaba de cumplir cien años. Fue mi gurú financiero. Me sentó y me lo enseñó todo sobre finanzas, bonos, socios, etc.», agregó.
Y de Charlotte/New Orleans a la Bahía Blanca de Oakland donde llegó en 2004 en una operación por Speedy Claxton y Dale Davis, y formó uno de los mejores backcourts del momento con Jason Richardson. Dirigidos por Don Nelson fueron uno de los equipos más divertidos sobre la pista, y dieron el primer paso del a posteriori Run & Gun de Mike D’Antoni, y del Small Ball de Steve Kerr también en Golden State.
En los Warriors estuvo desde 2004 hasta 2008, alcanzando en una única ocasión los playoffs en 2007 donde se dio el famoso ‘We Believe’ y la sonora eliminación de Dallas Mavericks y el espectacular mate sobre Andrei Kirilenko muy recordado a día de hoy.
«Golden State fue muy divertido. Éramos como los Bad News Bears de la NBA, y Nellie (Don Nelson) era nuestro entrenador. Una cosa que nunca olvidaré es que estábamos todo el día en el autobús haciendo fantasy drafts. Todos los días en los viajes de autobús y en avión los chicos estaban escogiendo a los mejores jugadores de todos los tiempos. Cosas así nos unían muchos. Podías ver el conocimiento de juego que tenían Stephen Jackson o Monta Ellis, que prácticamente se conocía a toda la liga, y también Jason Richardson», concluyó.
(Fotografía de portada: Charlotte Hornets Twitter)